La historia de Torre es dramática.
De los 20 a 24 años (1924-27), el mexicano deslumbró con sus alardes en las 64
casillas. Venció a los grandes jugadores de la época. A Marshall (EEUU) lo
miniaturizó en 8 jugadas escasas. A Dupré lo envolvió en un terrible ataque
que obligó al rey enemigo a moverse de casilla en casilla hasta que Torre lo
liquidó. Tartakover en ese tiempo denominó a tal partida como la del Rey
Magnetizado, porque parecía que el rey de Dupré se movía como magnetizado,
inexorablemente a la casilla del jaque mate. El campeón francés Tartakover
explicó el fenómeno con una humorada: Nos aventaja porque juega con tres
torres.
Después de esto, no se sabe
mucho más de Carlos Torre. Como Juan Villoro dice: sólo hay fechas. Regresó a
Mérida en 1927 y recibió toda clase de homenajes. Aparentemente el ajedrecista
sufrió una crisis nerviosa que le impidió coronar sus esfuerzos en el tablero
escaqueado. En sus últimos años, Torre vivió de la caridad de unos cuantos
amigos. Carlos Durazo (editor de la revista sonorense, Ajedrez) le mandaba de
vez en vez algún dinero, y el hospital psiquiátrico le daba asilo. Rodolfo Ruz
Menéndez (bibliotecario de la universidad) lo nombró maestro de ajedrez.
Aunque ya no podía disputar torneos, podía enseñar y vaya que lo hacía de un
modo muy especial. Torre era muy bondadoso, le interesaba mucho la filosofía y
las matemáticas. Le gustaba leer mucho y es una pena que haya muerto
relativamente en el olvido (hace poco sus restos fueron trasladados a la Rotonda
de los yucatecos ilustres, haciéndole un honor que el país le debía).
Se sabe muy poco de las
circunstancias que provocaron la crisis de Torre. Unos sugieren que fue una
decepción amorosa, hipótesis que el maestro rechazó furiosamente, porque en
palabras de Ruz Menéndez: A él nunca le interesó el sexo, eso no existió
para él.
Tuve la suerte de ver a Don
Carlos Torre. Fue en 1975 en el Campeonato Nacional Abierto del país, que se
disputó en la mismísima Ciudad de México. Frente a un apiñado grupo de
admiradores de las creaciones ajedrecísticas de Torre, el viejo maestro explicó
más de una de sus brillantes partidas. Habló mucho de su encuentro contra el
señor Reti (como él lo llamaba) y mostró algunas de las combinaciones más
importantes de su carrera. Carlos Torre -lo recuerdo como si fuera ayer- iba
descuidadamente vestido, pero a nadie le importaba. A través de sus gruesas
gafas indagaba a los presentes a buscar la mejor jugada en la posición
establecida en el tablero. Después de alguna pausa, el mismo Torre movía las
piezas, con sus manos ya temblorosas -que más de una vez tiraron las piezas
adyacentes- y sonreía al observar el gozo de los presentes ante la belleza
ajedrecística.
Muchos años después, gracias
a los trámites de Carlos Encinas (delegado internacional de la federación
mexicana ante el organismo internacional hace unos años), la FIDE otorgó el título
de gran maestro de ajedrez a Canal (peruano) y a nuestro compatriota Torre.
Ambos reconocimientos fueron post mortem.
Yucatán, su ciudad natal, tiene un grupo de entusiastas hombres que han
decidido recuperar la memoria de Carlos Torre, organizando anualmente un torneo
en su honor. A la fecha podemos contar con 17 ediciones del mismo y jugadores de
la talla de Anthony Miles, Paco Vallejo, Larry Christiansen, Boris Gulko,
Filipov, Gelfand, entre muchos otros, han jugado en este, que quizás es el
torneo internacional abierto más importante que se juega en México.
La península de Yucatán es
una de las zonas turísticas más importantes de México. Las ruinas mayas son
un extraordinario atractivo cultural: Chichen Itzá y Uxmal, los cenotes,
maravillas naturales que de verdad hay que visitar alguna vez y finalmente
tenemos Cancún, un paraíso para el turista. Si además de todos estas
maravillas nos ponen un fuerte torneo de ajedrez, las vacaciones de fin de año
están garantizadas como fenomenales para todos los ajedrecistas que puedan irse
a mediados de diciembre para acudir a este importante campeonato.
Con respecto a la
ciudad de Mérida, hay que decir que tiene todo el encanto pueblerino mexicano y
además, sus pobladores son gente de lo más amable. La tranquilidad que gozan
los meridenses es envidiable. Uno puede estar caminando por el paseo Montejo a
las dos de la mañana y no se siente temor alguno. Sin duda los yucatecos son
excepcionales y deben estar contentos de poder vivir en ese clima de paz y
tranquilidad.
La Alameda y la Catedral
El Ayuntamiento de día...
...y de noche.
Calle típica de Mérida
Para la edición XVII, los
organizadores lograron la presencia de Vassily Ivanchuk, actualmente 14 del
mundo y que, desde luego, no necesita más presentaciones. Vadim Milov, que
reside en Suiza ya ha jugado en más de una ocasión este torneo, Alexander
Graf, que hace un par de años era el rating más alto del Carlos Torre y fue
sorpresivamente eliminado por un jugador de la ciudad de México, Aníbal Muci,
¡el cual incluso no tenía rating!, el MI Yunesky Quesada, el campeón del año
pasado, en donde eliminó a Gelfand, Nisipeanu y Filipov, en una actuación sin
duda impresionante, para ganar el codiciado título. El GM (ahora holandés)
Sergei Tiviakov, así como el GM lituano Sulskis. También hicieron acto de
presencia la “tropa” cubana, comandada por el fuerte contingente de GMs:
Silvino García, Reynaldo Vera, Jesús Nogueiras, Neuris Delgado, H.
Carmenate, Walter Arencibia, el MI A. Abreu, entre otros. Desde luego, por México
estaban los GMs Gilberto Hernández y Juan carlos González, así como una lista
larga de MIs, en donde destacan Rafael Espinosa, Roberto Martín del Campo, Guil
Russek, etc.
La mecánica del Carlos Torre in
memoriam es de la siguiente manera. Hay un torneo abierto a nueve rondas. Al
término de las seis primeras rondas, los doce mejores jugadores clasifican a un
torneo de matches de eliminación sencilla Wimbledon. A esos 12 clasificados se
añaden los cuatro sembrados, en este caso los tres mejores ratings y el campeón
del año anterior. Así, Quesada, Ivanchuk, Milov y Graf estaban ya clasificados.
El sistema Wimbledon se juega a matches individuales a dos partidas, con ritmo
de 1:30 hrs. para toda la partida, con 30 segundos de incremento en el reloj por
jugada. Si hay empate, jugarán ese mismo día dos partidas más, cada una a 15
minutos por reloj. De persistir el empate, se definirá todo en el Armageddon,
es decir, una partida en donde las blancas tienen 6 minutos y las negras 5, pero
con el empate, las negras ganan.
El Wimbledon se juega en su
primera ronda en el día de descanso del torneo suizo. Los ocho eliminados de
esa primera ronda del Wimbledon (si vienen del torneo suizo), regresan a éste
sin perder ninguna ronda. Es decir que los jugadores que sean eliminados en esta
primera ronda pueden terminar un suizo a 9 rondas. Desde luego el esquema es muy
cansado porque los que clasifican al Wimbledon tendrán que jugar 8 partidas en
cuatro días, sin contar las eventualidades de los empates y las partidas
siguientes de 15 minutos. Para colmo, los sembrados tienen la ventaja de venir más
descansados pues no tienen que clasificar. El esquema del Torre se ha repetido
por unos tres cuatro años, pero parece ser que los organizadores han hallado
que ya llegó a su límite y se espera una nueva propuesta para el próximo
Carlos Torre.
Pasando al torneo ya en sí,
los doce clasificados fueron: Nogueiras, G. Hernández, W. Arencibia, Abreu, R.
Martín del Campo, R. Vera, J. Norgaard, J.C. González, N. Delgado, S. Sulskis,
H. Carmenate y Tiviakov. La tabla del sistema Wimbledon puede resumirse de esta
manera:
Octavos de final |
Cuartos de final |
Semifinal |
Final |
V. Ivanchuk
J. Nogueiras |
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V. Ivanchuk
S. Tiviakov |
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S. Tiviakov
G. Hernández |
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V. Ivanchuk
Y. Quesada |
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H. Carmenate
W. Arencibia |
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H. Carmenate
Y. Quesada |
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Y. Quesada
A. Abreu |
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V. Ivanchuk
A. Graf |
A. Graf
R. Martín del Campo |
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A. Graf
S. Sulskis |
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S. Sulskis
R. Vera |
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N. Delgado
J. Norgaard |
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A. Graf
N. Delgado |
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N. Delgado
V. Milov |
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V. Milov
JC González |
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El nuevo campeón del Carlos
Torre fue finalmente Ivanchuk, que concedió solamente dos empates en toda su
participación, frente a Tiviakov. En todos los demás casos, ganó sus dos
partidas reglamentarias de cada ronda. Sin lugar a dudas nadie pudo hacerle
sombra al ucraniano, que se demuestra una vez más como uno de los máximos
exponentes del tablero. Además, el GM Ivanchuk se mostró cálido y afectuoso
con todos. Se tomó fotos con todo aquel que se lo pidió. Firmó autógrafos.
Se le veía contento y encantado de la calurosa acogida que tuvo en Mérida.
Hasta donde sabemos, Ivanchuk dijo que quería volver el año que viene a
refrendar su título. Mientras tanto nos quedamos con un jugador fuera de serie
que le dio luz a esta edición del Torre.
Los resultados del torneo
abierto fueron:
Lugar |
Nombre |
País |
Puntos |
Desempate |
1 |
Gilberto Hernández |
México |
6.5 |
50.0 |
2 |
Walter Arencibia |
Cuba |
6.5 |
48.5 |
3 |
Alonso Zapata |
Colombia |
6.5 |
46.5 |
4 |
Rafael Prasca |
Venezuela |
6.5 |
46.0 |
5 |
Aryam Abreu |
Cuba |
6.0 |
50.5 |
6 |
Reynaldo Vera |
Cuba |
6.0 |
48.5-38.5-32.0 |
7 |
Jesús Nogueiras |
Cuba |
6.0 |
48.5-38.5-31.25 |
8 |
Alberto Escobedo |
México |
6.0 |
46.5 |
9 |
R.Martín del Campo |
México |
6.0 |
45.5 |
10 |
Juan C.González |
México |
5.5 |
47.0-38.0-26.5 |
Algunas fotos mäas de la premiación del Carlos Torre (cortesía del MI Russek):
Ivanchuck,
su esposa y en primer plano la MI femenil Alejanda Guerrero con su hijo.
Ivanchuk firmando autógrafos
Tres
grandes maestros: Gilberto Hernández (México) con los cubanos Walter Arencibia
y Reynaldo Vera
Ivanchuk
contra Graf en la primera partida de la final
Graf
contra Ivanchuk en la segunda partida de la gran final
La
ceremonia de premiación
Ivanchuk recibiendo la placa que lo confirma
como Campeón del Carlos Torre
El auditorio en la primera ronda del Wimbledon
Los tres Grandes Maestros Tiviakov, Graf y
Sulskis
La última ronda del abierto: Gilberto Hernández
contra Nogueiras. En
primer plano Juan Carlos González contra Zapata.
Reportaje:
Manuel López Michelone
Fotografías:
MI Guil Russek
A
la web oficial del torneo