Domingo ajedrecístico en la cárcel de Ixcotel, México
Por Nibaldo Calvo Buides
El domingo, 2 de noviembre de 2008 entré a la cárcel…Es que ese día acudí a la cárcel de Ixcotel (Estado de Oaxaca, México) para realizar de manera totalmente gratuita una exhibición de partidas simultáneas de ajedrez contra 20 aficionados de esa penitenciaria. Entré a la cárcel a las 10: 20 a.m después de pasar por los controles de revisión. Me guiaron hasta el patio del penal. Por el camino pasé junto a reclusos que me miraban con caras de asombro; no de furia ni de rencor gratuito.
Llegué al patio. El sol estaba en su esplendor. Minutos después decenas de reclusos comenzaron a armar una lona y a las 12:00 a.m comencé la actividad, en el patio del penal, tal y como yo propuse con antelación, para que todos los interesados participaran.
Inicié la simultánea enfrentándome a la vez contra 12 aficionados porque solo había esa cantidad de tableros de ajedrez, pero a medida que se decidieran las partidas y se fuesen unos, se iban incorporando los otros 8 jugadores inscritos.
Dos horas después ya habían concluido todas las partidas, con resultado perfecto (para mi): 20 victorias sin derrotas. No obstante, debo reconocer que alrededor de 6 jugadores demostraron poseer un nivel aceptable. Pero, más que los resultados a mi favor, el mayor mérito estriba en que se haya podido llevar el ajedrez a la cárcel, porque este noble juego cuenta con múltiples beneficios y coadyuva a la rehabilitación mental del ser humano.
Esta exhibición de partidas simultáneas de ajedrez resultó ser atípica: estuvo acompañada de música y animación. Antes de iniciar la simultánea, me preguntaron: ¿maestro, le molesta que pongamos música?, y me respuesta fue: “Por mí no hay problema, pregúntale a quienes van a jugar.” Y respecto a la animación, estuvo dirigida por un interno, quien con mucho carisma y micrófono en mano estuvo comentándole al público algunos aspectos del Manual de Ajedrez Introductorio de mi autoría que les entregué de manera gratuita a cada uno de los jugadores.
¡Ah!, y para alegrar la actividad no faltaron las bromas del ocurrente animador. Antes de comenzar a jugar recuerdo que me dijo: “Maestro, entre los que te vas a enfrentar hay uno que mató a su maestro de ajedrez por haberle ganado”. Y entre carcajadas de los presentes y mías yo le respondí: “Entonces me dejaré ganar en todas las partidas porque no sé quién es el que dices.”
La actividad fue todo un éxito y hubo mucho respeto por parte de los internos, y algunos se interesaron por recibir clases de ajedrez de manera sistemática.
Por parte de la Asociación de Cubanos en Oaxaca José Martí, que preside Merlys Garcias Noa, se rifó una playera identificativa entre los 3 jugadores que "más batalla me dieron". Y el ganador de la playera se mostró muy satisfecho por su suerte.
Salí de la cárcel de Ixcotel con la enorme satisfacción de haber compartido mis más modestos conocimientos con estos seres humanos que tienen derecho a disfrutar de las delicias del ajedrez. Porque como afirmó el gran Capablanca: "El Ajedrez sirve, como pocas cosas en este mundo, para distraer y olvidar momentáneamente las preocupaciones de la vida diaria".
Por eso, para que continúen progresando no tuve reparos en regalarles 20 ejemplares de mi Manual de Ajedrez Introductorio.
Mil gracias al Ing. Gerardo Guzmán por haber sido la persona que desde afuera se encargó de establecer el contacto para que yo realizara esta actividad en la cárcel de Ixcotel. Mil gracias a EL PROFE y a Sergio por la organización desde adentro.
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