Problemas de ajedrez: de vuelta al jaque mate

por ChessBase
03/07/2011 – Pregunten a quienes no juegan al ajedrez cuál es el objeto del mismo y se lo dirán: dar jaque mate. No obstante, sean sinceros ahora: ¿con cuánta frecuencia vemos en partidas de ajedrez que se de jaque mate al rey? Incluso en partidas de aficionados, no muy a menudo y en las de grandes maestros, a duras penas. No obstante hay una rama del ajedrez en el que el mate siempre sucede, en casi cualquier posición. Y no solo eso, sino que los mates son excepcionalmente bellos y sorprendentes. Hablamos de los problemas de ajedrez. Steve Giddins comienza una nueva columna sobre este tema. Aquí tienen su primera entrega traducida al castellano...

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Nuestro colaborador habitual, el MF Steve Giddins de Inglaterra es conocido por los lectores de ChessBase en su faceta de reportero en torneos, escritor y traductor del ruso. También tiene una faceta secreta: es un gran aficionado a los problemas de ajedrez.

Tras haber pasado la mayor parte de su vida ajedrecística ignorando casi completamente los problemas, se hizo adepto al mundo de los problemas hace pocos años, en gran medida gracias a un encuentro fortuito con algunos entusiastas de la problemística que lo visitaron cuando Steve estaba viviendo en Moscú. Ahora considera que es su misión convertir a otros ajedrecistas de competición a los placeres de los problemas de ajedrez.

En una nueva serie de artículos quincenales, Steve les llevará en un viaje por este mundo fascinante, presentándoles las hermosas ideas y composiciones que allí encontrarán, a la par que desnuda los misterios de la terminología de los problemistas. En el primero e sus artículos, examina algunos de los mates directos clásicos.

De vuelta al jaque mate

Por Steve Giddins

Pregunten incluso a quienes no juegan al ajedrez cuál es el objeto del mismo y se lo dirán: dar jaque mate. No obstante, sean sinceros ahora: ¿con cuánta frecuencia vemos en partidas de ajedrez que se de jaque mate al rey? Incluso en partidas de aficionados, no muy a menudo y en las de grandes maestros, a duras penas. Y cuando sucede suele ser un rudimentario mate del tubo o un Dxg7, que da mate al rey en g8, mientras que el resto de las piezas blancas permanecen sin ninguna función en otro lugar del tablero. No resulta muy estético, ¿verdad? Con todo, hay una rama del ajedrez en el que el mate siempre sucede, en casi cualquier posición. Y no solo eso, sino que los mates son excepcionalmente bellos y sorprendentes, en los que todas las piezas sobre el tablero participan y no hay fuerzas superfluas que permanezcan inactivas. Estoy hablando, por supuesto, de los problemas de ajedrez.

Es una de las grandes tragedias de nuestro juego que tantos ajedrecistas de competición presten escasa o nula atención a los problemas de ajedrez. Es una tragedia porque los problemas son extraordinariamente bellos y, como ajedrecistas, están en una posición privilegiada para apreciarlos. Se pueden amar otras formas de arte, como la música o la pintura, pero a menos que se tenga alguna especialización musical o entrenamiento artístico, siempre se va a perder algo de la belleza y de la pericia de lo que oiga o vea. Pero si juegan al ajedrez y comprenden lo que las piezas pueden hacer, tienen todo el entrenamiento que se necesita para apreciar completamente un problema de ajedrez refinado.

Tomen el siguiente ejemplo:

Godfrey Heathcote, 1er premio,
Hampstead and Highgate Express
, 1905

Mate en dos

Lo primero que hay que decir es: no hay que preocuparse si la posición no parece que haya surgido en una partida. No es el caso, así que ¿por qué debería parecerlo? Es como poner pegas a un cuadro abstracto basándose en que no parece lo que dice que es. Tal y como Nimzowitsch respondió al Dr. Tarrasch, "la belleza de una jugada de ajedrez reside en el pensamiento que hay tras ella". Eso es  especialmente cierto en los problemas de ajedrez.

Lo que ven aquí es en realidad uno de los problemas de ajedrez más famosos de todos los tiempos. Es uno de los primeros ejemplo de lo que se conoce como problema de tarea. Como sabe cualquier ajedrecistas decente, un caballo en el centro tiene un máximo de ocho jugadas posibles. En el caso que nos ocupa eso es cierto en lo que respecta al caballo negro en d4. Este problema muestra las ocho jugadas del caballo negro (la rueda del caballo) como parte de la solución.

La primera jugada de las blancas (la clave) es 1.Tcc7. Se amenaza 2.Cc3 mate. Las negras pueden defenderse de ella moviendo su caballo, para dejar la casilla  d4 libre para su rey. Sin embargo, como podemos ver, cada uno de los ocho movimientos posibles del caballo tiene un inconveniente fatal:

1...Cc2 (bloquea al Ad1) 2.b4#
1...Cxb3 (autoclava al caballo) 2.Dd3#;
1...Cb5 (bloquea a la Ta5) 2.Tc5#;
1...Cc6 (autobloquea la casilla c6) 2.Tcd7#;
1...Ce6 (autobloquea la casilla e6) 2.Ted7#;
1...Cf5 (bloquea a la Th5) 2.Te5#;
1...Cf3 (bloquea a la Dh1) 2.De4#;
1...Ce2 (bloquea al Ad1) 2.Dxh5#

¿No es maravilloso? Si continúan conmigo durante los próximos meses, quiero presentarles muchos más ejemplos de semejante belleza ajedrecística e introducirlos en este maravilloso mundo de la composición de problemas de ajedrez.

En un problema de mate directo, como espero que todo el mundo sepa, las blancas tienen que jugar y deben dar mate de manera forzada a las negras en no más del número de jugadas establecidas y de una forma única, exclusiva. Naturalmente, de cuantas más casillas de escape disponga el rey negro en la posición inicial, normalmente más difícil será darle mate. Vean el siguiente ejemplo:

William A Shinkman - Checkmate Diciembre 1901

Mate en tres

En este momento el rey negro tiene las casillas de escape f7, f6 y h6. Un jugador de partidas, buscando dar mate a las negras tan pronto como sea posible y marcharse al bar, probablemente buscaría una jugada clave que cerrase alguna de las salidas del rey. Pero los compositores de problemas son chavales generosos y Shinkman en esta ocasión evidentemente conocía el dicho "más vale dar que recibir". Aportó una clave que no solo no cerraba ninguna salida al rey negro sino que en realidad le daba nada menos que ¡cinco! más, para totalizar el máximo de ocho elementos de esa clase:

1.Tc2. Por desgracia para las negras, eso no les hace ningún bien. Tras 1...g1D 2.Dxg1+ y mate a la siguiente, mientras que si en vez de eso mueve el rey a cualquier lado, entonces 2.Txg2 y mate a la siguiente.

En lo que se refiere a escapes, los compositores siempre intentan evitar una clave que los limite. Una clave que cierre un escape pero abra otro (clave que abre y cierra) es aceptable, pero las que más se valoran son las que abren escapes.

Lo mismo que permitir escapes, otra cosa que no se esperaría de una jugada clave de un problema es exponer al rey blanco a jaques, especialmente en una problema de mate en dos. Después de todo, si solo tenemos dos jugadas para dar jaque mate al rey negro y nuestra primera jugada le permite darnos jaque, va a ser bastante difícil darle mate en la siguiente, ¿no? Bueno, si y no…

Norman A Macleod - 5º premio Yug. Chess Fed Ty 1950

Mate en dos

La clave destacable en este problema es 1.Rc4. Amenaza 2.Dc5 mate y si 1…Rf5 está 2.Ta5 mate, sacando provecho de dos clavadas, sobre Te6 y Af4. Sin embargo, como observarán, la primera jugada de las blancas las expone a recibir jaque de tres formas diferentes: en las diagonales g8-a2 y f1-a6 y en la cuarta fila. Pero no se asusten, amigos míos:  cada uno de los posibles jaques descubiertos permite a un guardián blanco cubrir f5, lo que a su vez da a las blancas la posibilidad de defenderse del jaque con otro (un jaque cruzado) que es mate:

1...Te6-mueve + 2.Cd5# ;
1...Af4-mueve+ 2.Cce4#;
1...d2+ 2.Ce2#

No es lo menos destacable de este problema que se compuso en unos ¡15 minutos!, durante un viaje en tren que el compositor estaba haciendo con el MI y muchas veces campeón de Escocia W. A. Fairhurst.

Si les gustan los mates económicos y las jugadas clave espectaculares, entonces es que ya han visto algo y hay muchas delicias en camino para los próximos meses, especialmente en los problemas de la llamada Escuela Bohemia, que fue popular durante el siglo XIX y comienzos del XX. No obstante, la estrategia es otra característica de muchos problemas. Aquí tienen un deliciosamente simple ejemplo de una idea paradójica:

Matti Myllyniemi, 1er premio Suomen Shakki 1952

Mate en tres

Lo primero que le viene a uno a la cabeza sobre esta posición es cuán pocos movimientos tienen las negras a su disposición; solo dos, de hecho. En tales problemas, siempre merece la pena comenzar examinando si se facilitan los mates contra ellos (lo que se llama jugadas fijas). En este caso, pronto vemos que así es: 1...fxe5 2.Te2 fuerza 2…exf4 3.exf4 mate, mientras que 1...f5 2.Tf3 fuerza 2…gxf3 3 gxf3 mate. Así que todo lo que las blancas necesitan es una jugada de espera, que no estropee nada. Por desgracia no disponen de ninguna, por lo que deben buscar otra idea.

La clave es 1.Ah6. Deja a las negras con esas mismas dos jugadas legales, pero vean que pasa ahora cuando las examinamos. Tras 1...fxe5, encontramos que 2.Te2 ya no es posible por el ahogado, mientras que 2.Tf3 ahora da mate tras  2…gxf3 3.gxf3 mate. Del mismo modo, tras 1…f5, el movimiento 2.Tf3, que antes servía, ahora falla debido a 2…f4, pero en vez de eso 2 Te2 fuerza 2…f4 3.exf4 mate!

Merece la pena volver a mirar lo que ha pasado aquí. En la fase de jugadas fijas, a 1…fxe5 se respondía con 2.Te2 y a 1…f5 con 2.Tf3, pero en la fase tras la jugada clave, las respuestas de las blancas se invierten. Este efecto hermoso y paradójico se conoce como cambio recíproco.

La estrategia salta al primer plano especialmente en problemas más largos, muchos de los cuales presentan lo que se conoce como maniobra pendular. Aquí tenemos una especie de monstruo, un mate en nada menos que 17 movimientos:

Yakov Vladimirov 1er premio, Macleod Memorial 1993-4

Mate en 17

La idea de mate de las blancas es bastante básica: Tf8 y Tc8 mate. El problema es que si juega inmediatamente 1.Tf8 es ahogado. Si su alfil estuviera en g1 y el peón e en e5, entonces podría usar el jaque descubierto para llevar su torre a f8 a tiempo, jugando 1.Tf2 Rc5 2.Tf8+ etc. Así que se embarca en una larga maniobra para conseguir precisamente eso.

1.Ac1 Rc5 2.Ae3+. Advierta que las blancas deben dar jaque cada vez que el rey negro va a c5, ya que de otra forma las negras rompen sus ataduras con Cc6+. 2...Rc6 3.Af4 Rc5 4.Tf5+ Rc6 5.Ae5 Rc5 6.Ah2+ Rc6 7.Tf6 Rc5 8.Ag1+ Rc6 9.e3 Rc5 10.e4+ Rc6 11.Ah2 Rc5 12.Tf5+ Rc6 13.e5 Rc5 14.Ag1+ Rc6. ¡Misión cumplida! 15.Tf2 Rc5 16.Tf8+ Rc6 17.Tc8#.

Bueno, este es el final de nuestra primera entrega. En nuestra siguiente columna, dentro de un par de semanas, veremos algunos de los tipos de problemas de ajedrez alternativos, como los mates con ayuda y los automates.


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