19/01/2007 – Los grandes jugadores de todas las épocas, a pesar de ser tenidos por personas extremadamente racionales, siempre han sido proclives a todo tipo de creencias o costumbres extravagantes. En su artículo, David Llada nos relata algunos de los hábitos más curiosos de los ajedrecistas, particularmente de Garry Kasparov, quien solía esconder barras de chocolate entre bastidores, se quitaba el reloj para jugar y sentía predilección por el número 13. Pero no está solo: Karpov no cambia de traje si tiene una buena racha en un torneo y Alekhine siempre tenía cerca a los gatos de su mujer.
Para leer el artículo en el blog de David Llada...