Control de trampas

por ChessBase
06/03/2004 – La descalificación de un jugador en la final del Campeonato de Alemania por Internet ha causado algunas incertidumbres. Aunque el uso de módulos como ayudantes silenciosos en una partida entre personas (es decir, en partidas fuera de la Sala de Máquinas) es unánimemente condenado, aún se manifiestan incertidumbres sobre si alguien no puede ser considerado falsamente como un tramposo cuando realiza una de las partidas de su vida. Como se puede ver, no hay razón para preocuparse en ese caso. Más detalles

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Otros programas activos
El servidor detecta si están activos otros programas. Si resulta que el usuario a menudo trae a primer plano un programa que está funcionando en segundo término, recibirá un aviso, pidiéndole que deje de usar ese otro programa. Si se ignora ese eviso una y otra vez, se eliminará la puntuación del jugador en el servidor y, en caso de reincidencia, incluso se borrará su cuenta de usuario.

Jugar como un ordenador
Durante los torneos, se repasan las partidas con un programa especial, tomando como referencia el estilo de un jugador. Todos los jugadores, no importa si son aficionados o profesionales, tienen un determinado estilo de juego. Y los ordenadores y programas tienen también su propio estilo. Este último es bastante distinto del de los humanos. A lo largo de largos periodos de tiempo, los humanos no pueden jugar como ordenadores y los ordenadores no son capaces de jugar como humanos. Cuantas más partidas se tengan de un jugador, más fácil es establecer la distinción. El programa indica para cada partida el grado de similitud con el juego de los ordenadores. La base de comparación la forman partidas de muchos fuertes grandes maestros y módulos. Cuando hay muchas indicaciones de que el juego de un ajedrecista se asemeja al de un módulo, la partida se examina con más detalle, incluso con ayuda de expertos.

Buscando su propia partida inmortal
Por todo lo anterior, carece completamente de fundamento temer sanciones por haber jugado una partida buena, brillante o incluso grandiosa. En realidad, ese es en mayor o menor medida el aliciente del juego: jugar alguna partida buena de vez en cuando. Y los controles para detectar las trampas no le impediran lograr su Inmortal, su Siempreviva o su Mona Lisa.

Proteger a los jugadores honrados
Por otra parte es absolutamente necesario proteger a los jugadores honrados, que no emplean ayudas externas. No sería lógico que quienes representan la nobleza del juego limpio se convirtiesen en paradigma de la estupidez. Por ello, son necesarios los controles, tanto en las partidas de torneo como en las esporádicas. Y con ese fin seguiremos sancionando el uso de programas y se seguirán descalificando a quienes no jueguen limpio y se dará publicidad de ello. Los tramposos deberán soportar las consecuencias de sus actos.

Martin Fischer,
Director de torneos


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