Partida 1: Mihail Tal
Con sus osados sacrificios, asombrosas ideas tácticas y valientes ataques, Mihail Tal inspiró y deleitó a incontables ajedrecistas, incluso aunque algunos de los sacrificios de Tal no fuesen completamente correctos cuando se veían con la fría luz de análisis posteriores. Pero jugar una partida con el reloj andando y analizar con calma sin la presión del tiempo sencillamente no es lo mismo. E incluso si algunos de los sacrificios de Tal pueden haber sido objetivamente erróneos, muchísimos de sus rivales fueron incapaces de resolver los problemas que Tal les planteaba en el tablero.
La siguiente partida contra el gran maestro húngaro Istvan Bilek es un ejemplo típico. Tras la apertura, Tal pronto sacrifica un peón porque no quiere ser presionado posicionalmente. Ese sacrifico de peón pronto conduce a una posición de doble filo, tácticamente complicada. Objetivamente, las blancas tenían ventaja y los módulos modernos ciertamente encuentran las jugadas que debían realizar las blancas para demostrarlo. Sin embargo, Bilek falló al hacerlo y Tal una vez más ganó una hermosa aunque imperfecta partida.
Averiguar quien jugó una determinada partida cuando se ven solo los movimientos es más difícil de lo que pudiera parecer. A menudo las características "típicas" de un jugador solo se ven cuando se sabe quien jugó la partida. Sin embargo, los lectores de ChessBase parecen conocer la historia del ajedrez: el 62% de los que se atrevieron a votar adivinaron correctamente que la partida había sido jugada por Tal.
Master Class Vol.2: Mihail Tal
Tal, el mago de Riga, fue poco tiempo campeón mundial, pero su talento y creatividad lo mantuvieron durante mucho tiempo en primer plano en el mundo del ajedrez, idolatrado por los aficionados. Rogozenco, Marin, Reeh y Müller se lo presentan como nunca an
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Partida 2: Mikhail Botvinnik
En la vida y en el tablero, Mikhail Botvinnik fue lo opuesto a Mihail Tal. Garry Kasparov, el estudiante más exitoso de la escuela de ajedrez de Botvinnik, escribe sobre el que fue su profesor y entrenador: "Mikhail Moiseevich Botvinnik (17 de agosto de 1911 – 5 de mayo de 1995) fue sin duda uno de los más grandes campeones, un auténtico innovador que creó una aténtica era en el ajedrez. Su estilo era de profunda estrategia, basada en aperturas serias y preparación psicológica, depurada técnica y decisiones posicionales y combinativas reguladas con precisión". (Garry Kasparov, Mis geniales predecesores, vol. II, Everyman 2003, p. 111)
Al contrario que Tal, que disfrutaba de los elementos lúdicos e irracionales del ajedrez, Botvinnik se atenía a un enfoque científico. Buscaba principios en el ajedrez (y en la vida) y en sus partidas intentaba encontrar soluciones lógicas y racionales a los problemas planteados por cada posición.
Un ejemplo de ese enfoque que hace prevalecer la estrategia sobre la táctica es una partida que Botvinnik jugó contra el gran maestro yugoslavo Svetozar Gligoric. Las blancas no cometen errores evidentes pero son superadas estratégicamente y pierden sin ninguna opción.
Botvinnik jugó esta obra maestra en 1967, al final de su carrera ajedrecística. Sin embargo, su estilo se traslució: el 44 % de los votantes optaron por Botvinnik al reproducir esta partida sin datos.
Partida 3: Max Euwe
"Es un táctico que ha decidido a toda costa convertirse en un buen estratega" (cita de Kasparov, Mis geniales predecesores, vol. II, p. 9) Eso es lo que Alexander Alekhine dijo sobre Max Euwe y la siguiente partida, en la que Euwe ganó a Salo Flohr, confirma la observación de Alekhine. Con un buen conocimiento de aperturas y un juego sólido estratégico, Euwe se aseguró una ligera ventaja y una posición cómoda. No obstante, cuando ve la opción de atacar al rey enemigo, quema todos los puentes y gana gracias a un ojo muy sagaz para la táctica.
Max Euwe es el único aficionado entre los 16 campeones mundiales y su fuerza de juego a menudo se subestima. Puede que su estilo y sus partidas sean menos conocidos, pero nada menos que el 32 % de los votantes pensaron correctamente que él era el protagonista de esta partida.
Partida 4: Vassily Smyslov
En su libro Meine 130 schönsten Partien von 1938 – 1984 (Mis 130 partidas más hermosas desde 1938 a 1984) Vassily Smyslov no solo muestra sus partidas sino que también habla de su estilo: "Incluso en mis primeras partidas de torneo no me importaba entrar en los finales porque conocía la técnica para materializar la ventaja. Por lo tanto, nunca agudicé innecesariamente la partida y no buscaba movimientos espectaculares, sino que sencillamente jugaba lo que 'requería' la posición. Intentaba comprender la posición y buscaba una jugada que se adecuase a mi plan". (Vassily Smyslov: Meine 130 schönsten Partien von 1938-1984, Heidelberg 1988: Schachverlag Rudi Schmaus, p.12)
La siguiente partida contra Paul Keres es un ejemplo de la eficacia de ese enfoque. Mientras que las blancas pierden mucho tiempo intentando encontrar buenas casillas para sus caballos, Smyslov no fuerza nada, sino que tranquilamente mejora la posición de sus piezas. Llegado el momento, ddemuestra sus habilidades tácticas con un repentino asalto al rey enemigo.
De las 4 partidas ofrecidas, esta resultó la más difícil de adivinar. el 25 % de los votantes optaron correctamente por Smyslov, aunque el 32 % pesó que era Tal quien jugaba con negras.
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