Para ganar, primero debes aprender
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Como ya es habitual, hablaremos de los acontecimientos de mayor relevancia del ajedrez social y terapéutico antes de desglosar el contenido de nuestra revista.
Entre finales de octubre y primeros de noviembre, la Fundación Kasparov de Ajedrez para Iberoamérica organizó uno de los enormes eventos a los que nos tiene ya acostumbrados, con un gran Encuentro en la Universidad Nacional Autónoma de México, al que siguió una de las habituales giras por otras lugares de ese gran país.
Lo que más nos gustó fue cómo en el programa de la Fundación se apostó por cuatro ejes específicos: Ajedrez educativo y cultural, ajedrez deportivo, ajedrez terapéutico y ajedrez social . Como verán nuestros lectores, en un evento de tanta importancia, ya se contemplan estas dos aplicaciones del ajedrez al mismo nivel que el clásico ajedrez educativo o el competitivo... Un gran éxito para quienes han trabajado por elevar estos usos del ajedrez a donde se merece.
Una iniciativa extraordinaria es la que realiza Expochess en Vitoria a partir del próximo 10 de diciembre, un gran torneo internacional de ajedrez que reúne a niños de entre 8 y 12 años de los cinco continentes. El objetivo indirecto del certamen, como indican sus organizadores, es concienciar sobre las diferencias en las condiciones de vida de los niños, así como sobre la desigualdad de trato que existe con las niñas o la falta de oportunidades.
Y pasando ya a nuestra revista, Juan Antonio Montero entrevista a Lorena García Afonso, que ocupa también nuestra portada. García Afonso es la gran especialista nacional en ajedrez e inteligencia emocional, conferenciante habitual en muchos congresos en los últimos años, y nos relata en una bella e interesante entrevista muchas de sus ideas sobre este apasionante campo.
Paola Molina Sánchez , periodista que trabaja para el Club de Ajedrez Magic, nos habla precisamente de esta nueva terminología (ajedrez social, terapéutico) que se ha instalado en el ajedrez, y lo hace con su habitual claridad y precisión.
Ángel Chumo, alumno aventajado de los cursos del Magic, afronta con solvencia un artículo de ajedrez terapéutico en relación con las familias de adopción/acogida.
Continuando con temas que requieren mucha precisión, el extremeño Juan Francisco López, muy bien formado en ajedrez terapéutico y que ya ha implementado varios e interesantes programas, habla sobre accidente cerebro vascular y ajedrez.
Nos complace mucho presentar desde Argentina la experiencia en cárceles del profesor Jorge Berguier , experiencia muy consolidada, y fi nalizamos con un artículo de Juan Antonio Montero , considerado el padre del ajedrez social y terapéutico, que nos desgrana la génesis del famoso programa de cárceles extremeño, que con tanto empeño se está implementando ya en México.
Ajedrez social y terapéutico
Diciembre / MMXVI / Número 19
Como siempre tenemos el placer de presentarles un artículo de muestra.
Ángel Chumo Yáñez. Escritor en ciernes, jugador federado y monitor en diferentes ámbitos. Desde muy pequeño mostré predilección por la escritura y el ajedrez. Considero la ciencia un arte y tengo la intención de formar parte de ello. Correo electrónico: xumetro72@gmail.com
La adopción es conocida en casi todo el mundo pero pocas personas conocen el acogimiento familiar. Una familia de acogida es una familia que se hace cargo temporalmente de un menor mientras (o) se busca una familia de adopción o se resuelve su situación familiar para que esta sea óptima y quepa la posibilidad de que vuelva.
Como todo el mundo sabe, niños abandonados o con un entorno familiar inestable hay en todos los lugares, sin embargo no en todos hay recursos para ayudarles correctamente; por lo tanto la mayoría de ellos acaban con la autoestima muy baja, con problemas a la hora de relacionarse y acaban teniendo una dura infancia que les acompaña durante mucho tiempo. Es por esto por lo que creo que es necesaria ayuda externa para que el niño adoptado/acogido acabe teniendo una vida más o menos normal.
Una de las razones de que el niño no pueda pasar página es el hecho de que atribuyen el estar con otra familia a que su familia biológica no les quiera; y no sólo eso, suelen pensar que es culpa suya, que han hecho algo mal, suelen torturase con ello. Es por eso que suelen tener la autoestima baja. Evidentemente este tipo de manifestaciones (tanto esta como las que iremos viendo) varía según la edad.
Para explicarles que no tiene por qué haber sido por su culpa, sino por la situación familiar grave (por ejemplo), les pondremos una posición con unas características similares a esta: las blancas dominan el tablero, tienen cercado al rey, aunque todavía no pueden llegar a él. La torre también está siendo amenazada, pero al estar al lado del rey no puede ser capturada por la dama. La única pieza que puede ser comida en esos instantes puede ser la dama, y su única casilla libre está en la otra punta del tablero. Lo que hará el niño es evidente: moverá la dama a la única casilla libre casi por obligación si quiere tener posibilidades de ganar la partida, así, poco a poco se irá concienciando de que la salida que utilizó la familia biológica del adoptado/acogido era la única viable.
Otra característica de los niños adoptados/acogidos, en general, es lo mucho que les cuesta apegarse a otras personas, esto se debe a que una vez que se marchan de la casa de su familia biológica suele pasar un tiempo hasta que los acogen/ adoptan, ese tiempo lo pasan en centros de recepción de menores, en los cuales, es complicado crear una relación sólida, ya que tanto los niños como los adultos que allí trabajan van yendo y viniendo, por tanto el niño al final acaba pensando que una vez se apegue a alguien este se va a acabar yendo de su vida.
Al igual que el sentimiento, este ejercicio es más complejo que el anterior. El niño deberá escoger a tres personas a las que le de miedo perder, y con las piezas negras escogerá lo que le parece el equivalente de afecto/importancia y el por qué (es decir, si tú piensas que sin esa persona apenas podrías vivir, entonces las escoges dama, si crees que es muy importante, pero sin pasarte, torre…), y después con las blancas se escogerán que tan importante creen que son y la razón, una vez hayan hecho eso le ayudaremos en consecuencia a su respuesta, es decir, si cree que los dos se quieren lo mismo, entonces le haremos saber de que si él/ella no tiene intención de dejarle la otra persona tampoco tendría por qué.
Una secuela a destacar es que suelen intentar llamar la atención a su figura de referencia más de lo habitual, para autoconvencerse de que esa persona le tiene aprecio de verdad y para aumentar así su autoestima.
Algo que puede ayudar al niño de manera más que óptima es el hecho de enseñarle a ser empático, ya que así puede entender mejor qué movió a sus familiares a actuar de esa manera, para ello lo único que debemos hacer es que vaya a un torneo de ajedrez como observador, y que se limite a mirar las expresiones de los diferentes competidores para tratar de averiguar cuáles son sus emociones/pensamientos.
Por último añadir que no sólo los niños adoptados/acogidos son los afectados; las familias acogedoras y adoptivas necesitan una preparación tanto profesional como psicológica para poder tener el privilegio de tener a un niño.
Esos ejercicios se podrían complementar con otros, haciendo que adjudiquen a sus familiares en piezas de ajedrez, poniendo al adoptado/acogido como el rey, dando a entender que a partir de ahora este será el centro de sus movimientos y que antes de cada uno de ellos tiene que tenerlo en cuenta.
