¿Inteligencia artificial?

por Andre Schulz
17/09/2015 – Se han publicado varios artículos en medios que se proclaman especializados en ciencia gritando "olé" porque "por fin existe la inteligencia artificial". Informan que Mattew Lai del Imperial College de Londres ha desarrollado un programa informático llamado Giraffe que aprende solo a jugar al ajedrez y que en 72 horas ha llegado al nivel de MI. Para la reflexión...

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Mucho ruido... ¿Cuántas nueces?

La revista alemana Galileo, que se autodefine como especializada en ciencias, anuncia entusiasmada en su web:

"¡Por primera vez una inteligencia artificial se ha enseñado a si misma a jugar al ajedrez! ¡En tan solo tres días! ¡Con nivel mundial!"

La edición alemana de Wired además informa:

"Ya ahora el ordenador podría clasificarse entre el 2,2 % de los mejores ajedrecistas del mundo, alcanzando un nivel que a otros programas de ajedrez les llevaría varios meses".

MIT Technology Review, que ha recopilado la información de otras fuentes, informa con más detalle:

"Para poder hacer pruebas con "Giraffe" ("Girafa"), Matthew Lai ha utilizado una base de datos que se llama Strategic Test Suite. Incluye unas 1.500 posiciones que deben demostrar si el ordenador puede reconocer las diferentes ideas estratégicas. El máximo de puntos que se puede alcanzar son 15.000. Según el científico, Girafa había alcanzado casi 9.700 puntos tras 72 horas de entrenamiento. Eso según Lai corresponde a la fuerza de los mejores programas de ajedrez que hay en el mundo".

Todas esas publicaciones pseudocientíficas, que se hacen las importantes, demuestran sobre todo una cosa: la inocencia y el desconocimiento de la materia de los autores encargados de escribir los artículos.

La FIDE tiene unos 460.000 jugadores de ajedrez afiliados, ajedrecistas que han partiticipado en torneos internacionales y que por lo tanto tienen puntuación Elo y figuran en el escalafón mundial. Si el ordenador realmente jugase a un nivel que correspondese al 2,2 % de los mejores, la ciencia sugiere que cuenta con una precisidad científica. "Todos los jugadores del mundo", sin embargo, signifcaría que el programa estaría entre los 10.120 mejores del jugadores humanos del mundo. Si esto se compara con las valoraciones en los escalafones de la FIDE, correspondería a un valor de apróximadamente 2300 puntos Elo.

En otro sitio se informa que el programa tiene una fuerza de juego de 2400 puntos Elo. Al calcular el valor del 2,2% (la regla de tres) al parecer los calculos se basan en un valor demasiado bajo de los jugadores con Elo. Es más, en realidad incluso hay más jugadores que participan en torneos, dado que muchos únicamente participan en torneos nacionales y por lo tanto no figuran en los escalafones internacionales de la FIDE. Bueno, no importa mucho que sean 2300o 2400 puntos.

No se menciona de qué manera se calcula el valor Elo, si mediante partidas disputadas contra jugadores humanos o contra oponentes artificiales o bien virtuales, haciendo una extrapolación de los resultados del "Strategic Test Suite" (que en realidad no es otra cosa que una simple base de datos con posiciones de ejemplo). Lo último parece lo más probable. De esta manera, trabajando con posiciones de ejemplo (eso ya se hacia hace 20 años, por cierto) resulta evidente hasta para la gente normal que es un callejón sin salida que no suele brindar resultados válidos.

Sea como fuese que se haya calculado la fuerza de juego en puntos Elo, desde luego, no puede ser que el programa forme parte del primer 2,2 % de la elite mundial. Entonces tendría que tener una fuerza superior a los 2800 puntos. Eso es una diferencia de 400 puntos Elo y eso sí que es una diferencia significativa, como la que hay entre un jugador de club y un principiante. Los mejores programas de ajedrez (módulos) tienen una fuerza de juego alrededor de los 3300 puntos y más. Un programa informático con una fuerza de juego de 2400 puntos quedaría aplastado sin más por dichos módulos de elite.

También la afirmación de que la estructura de los programas de ajedrez no ha cambiado desde el duelo entre Kasparov y Deep Blue en 1997 es absurda, lógicamente. Hoy en día, los mejores módulos de ajedrez tienen unas rutinas muy refinadas para descartar movimientos inútiles inmediatamente para calcular únicamente aquellas variantes que merecen la pena. Es eso lo que marca la diferencia entre un programa de ajedrez de elite y uno inferior.

Es posible que Matthew Lai haya dado con un enfoque interesante, para que un programa informático pueda enseñarse a jugar al ajedrez a si mismo mediante unos algoritmos. Desde luego, parece cuestionable qué debe tener eso en común con la "inteligencia artificial". Desde luego, todo eso no suena más interesante que el que se haya inventado una nevera capaz de ajustar la temperatura de manera automática a la temperatura de la cama (si dejamos abierta la puerta...) Por ciderto, las rutinas de autoenseñanza en los programas de ajedrez ya existen desde... ¡Fritz 3! (En un entorno DOS, en 1995)

Eso, por supuesto, no trata de despreciar la idea del programador, pero sí deja un sabor de boca un poco raro leer unos artículos escritos por personas que (evidentemente) desconocen los hechos y que se publicen en sitios que se consideran "medios de comunicaación científicos".

"Máquina de aprendizaje profundo se enseña a jugar al ajedrez a si mísma en 72 horas, jugando a nivel de maestro internacional" (Emerging Technology, 14 de septiembre de 2015)

"Por primera vez en la historia, una máquina con inteligencia artificial juega al ajedrez valorando la situación en el tablero en vez de usar la fuerza bruta para investigar todas las jugadas posibles.

Hace casi 20 años desde que el superordenador de la IBM, Deep Blue derrotó al entonces campeón mundial Garry Kasparov por primera vez bajo condiciones de torneo normales. Desde entonces, los ordenadores capaces de jugar al ajedrez han aumentado su fuerza de juego de manera considerable, dejando a los humanos con muy pocas posibilidades, incluso contra un módulo de ajedrez moderno en un smartphone.

Pero a la vez que los ordenadores se han hecho más rápidos, la manera de trabajar de los módulos no ha cambiado mucho. Su fuerza radica en la fuerza bruta, el proceso de buscar todos posibles movimientos futuros para encontrar la mejor jugada".

Texto: André Schulz (ChessBase)
Traducción: Nadja Wittmann (ChessBase)

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Es el editor jefe de la web de ChessBase con noticias en alemán. Forma parte de ChessBase desde 1991 y lleva la web alemana desde 1997.

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