09/07/2003 – Una tarde, a la semana de su matrimonio, Marcel Duchamp se quedó hasta
tarde estudiando problemas de ajedrez. Al día siguiente al levantarse comprobó
que su mujer había pegado las piezas al tablero. Takako Saito elaboró en 1965
un ajedrez sonoro para John Cage en el que las piezas eran todas idénticas
cajas blancas de plástico que contenían distintos materiales (granos de arroz,
cuentas, una campana...) para identificarlas por el sonido que producían. Yoko
Ono, en 1996, presentó un ajedrez en el que ambos bandos eran blancos. Su idea
era volver locos a los jugadores durante la partida, de forma que abandonasen
sus actitudes combativas y acabasen en la cama... Estos y otros muchos ejemplos
nos relata Steven Poole en un interesantísimo artículo publicado en
The
Guardian.