'El diario de Leontxo': El submarino español emerge con fuerza

XXXVIII Olimpíada de Ajedrez en Dresde 2008 La ciudad de Dresde, la Federación Alemana de Ajedrez (DSB) y la FIDE tienen el honor de invitar a todas las federaciones que son miembros de la FIDE a participar en la XXXVIII Olimpíada de Ajedrez en Dresde 2008 (del 12 al 25 de noviembre de 2008)y en el LXXIX Congreso FIDE en Dresde 2008 (del 17 al 25 de noviembre de 2008)que se celebrará en Dresde (Sajonia, Alemania)

Ronda 10, 23 de noviembre de 2008

El submarino español emerge con fuerza

“No sé si podré hablar”, me decía Alexéi Shírov unos minutos después de ganar por primera vez en su vida a un número uno (había derrotado muchas veces a Véselin Topálov, pero no con el búlgaro en el primer puesto del escalafón), cuando le pedía unos minutos grabados para El Ágora. “Estoy todavía muy excitado. Me he quitado el mal cuerpo que tenía desde que perdí con un rival de Tayikistán a quien debería ganar nueve veces y media de cada diez”, reconocía Pablo San Segundo tras lograr un punto de gran importancia. “Era una partida dificilísima. Estoy muy contento, y además el equipo ha ganado justo cuando hacía falta”, manifestaba Vallejo tras imponerse con negras a Iván Cheparínov, su compañero de trabajo (ambos son analistas de Topálov). “Todo el equipo, incluso Miguel Illescas [derrotado por Délchev] ha estado muy bien hoy. El día de descanso será sobre todo para descansar, de modo que el martes podamos aguantar bien la tensión”, recalcó Jordi Magem, el capitán.

Un equipo con dos jugadores en baja forma (Miguel Illescas e Ibrahim Jamrakúlov) difícilmente puede aspirar a mucho en una Olimpiada; por cierto, Magem tendrá que decidir a quién de los dos alinea ante Rusia, aunque parece más lógico confiar en la gran experiencia del heptacampeón de España. Pero a grandes males, grandes remedios, y tanto Shírov como Vallejo brillaron a gran altura en un día decisivo, ganando a rivales teóricamente superiores mientras San Segundo aprovechaba muy bien las imprecisiones de Iótov. En el primer tablero hubo un gran combate de gladiadores; Topálov jugó a ganar con negras, como casi siempre; y Shírov aceptó el cuerpo a cuerpo, como es su costumbre; el choque fue tremendo, y el español puso la guinda con un elegante y espectacular remate. A su lado, Vallejo tuvo que enfrentarse a una novedad teórica de Cheparínov que incluía un peligroso sacrificio de pieza, pero el menorquín mantuvo la sangre fría, mejoró sus piezas poco a poco y apostó por la masa de peones centrales, que le dio la victoria.

¿Es la Rusia actual invencible para España? No, porque el primer cabeza de serie en Dresde es bastante menos fuerte que aquellos equipos terroríficos de la Unión Soviética, antes y durante el reinado de Kaspárov, y tampoco es mejor que el primer equipo con el nombre de Rusia, en Manila 1992, cuando el adolescente Krámnik fue incluido en la selección por expreso deseo de Kaspárov. Ahora mismo, Krámnik no está en su mejor forma, y además no se encontraría cómodo ante Shírov, quien le propinó uno de los correctivos más dolorosos de su vida en la Final de Candidatos de Cazorla (Jaén) 1998, que luego desembocó en la injusticia que Kaspárov cometió contra Shírov al defender su título (y perderlo) ante Krámnik en Londres 2000. Vallejo va como una moto, y no tiene por qué perder, y menos con blancas, frente a Svídler y Grischuk. Hay menos motivos para confiar en el tercer y cuarto tablero de España, pero Morosiévich tampoco está fino, y Jakovenko puede acusar la inexperiencia al defender el nombre de su país en una partida de alta tensión. Además, Miguel Illescas (suponiendo que juegue) y Pablo San Segundo tienen talento y experiencia suficientes para puntuar en un día concreto ante rivales de alcurnia. Pero la clave estará otra vez en el rendimiento de Shírov y Vallejo; por cierto, ambos acostumbran a levantarse tarde, pero Krámnik también: ¿Jugarán bien a las diez de la mañana?

Aparte de la categoría intrínseca de sus componentes y su estado de forma, al equipo ruso le falta un líder con carisma, como recalcó Anatoli Kárpov el sábado. En la mañana del domingo me encontré con Borís Spasski, quien me pidió ayuda para lograr otra acreditación porque se había olvidado la suya en el hotel. Aproveché la espera para preguntarle si estaba de acuerdo con Kárpov: “Sí, creo que es un análisis correcto. De hecho, Kárpov fue un buen líder cuando tuvo que asumir ese papel. Pero este asunto tiene matices importantes. Por ejemplo, cuando Kárpov y Kaspárov estaban juntos en el equipo la tensión enorme entre ellos se contagiaba al resto, y era negativa. Y lo mismo ocurría a mediados de los años cincuenta, con Petrosián y yo, que carecíamos de un tercer líder con carácter fuerte, capaz de poner orden”. Le pregunto si se refiere a Smyslov: “Sí, Vasili siempre fue muy diplomático, y no sólo con la selección soviética. Cuando me iba a casar con mi actual esposa, Marina, tras llegar a un acuerdo con el Gobierno de la URSS para que yo me fuese a Francia a cambio de no hacer declaraciones sobre las consecuencias de mi derrota ante Fischer, le llamé a Smyslov para pedirle que fuera mi testigo de boda. Me dijo que tenía que pensarlo; me llamó esa noche para decirme que tenía que rechazar mi amable invitación porque la situación de las estrellas era desfavorable; evidentemente, no quería correr ningún riesgo político, pero yo le agradecí su peculiar franqueza”.

Spasski es tan interesante que me encantaría invertir días enteros en hablar con él, sin hacer otra cosa; está escribiendo sus memorias, y es probable que la primera parte (hasta 1969), se publique en uno o dos años. Su memoria es fantástica; como ocurre con Korchnói, Áverbaj, Campomanes o el propio Smyslov, son ejemplos ilustres (hay bastantes más) de cómo la práctica frecuente del ajedrez puede prevenir el Alzheimer o enfermedades similares. En la hora que pasé con él este domingo, hablamos, como siempre, sobre lo bueno y lo malo de Bobby Fischer, a quien una vez sacó a bailar en una fiesta durante el duelo de 1992 en Sveti Stefan (Montenegro): “Al día siguiente, Fischer estaba muy enojado conmigo por haberle convencido, porque se había sentido ridículo”. Otros temas recurrentes en nuestras conversaciones de los últimos años son la política rusa –a Spasski le duele mucho Rusia, aunque viva en París, o quizá por eso- y la fascinante vida de Alexánder Aliejin (Alekhine), cuya muerte, supuestamente en la habitación de un hotel de Estoril (Portugal), tiene muchos puntos oscuros que Spasski ha investigado: “Hay indicios sólidos para pensar que fue asesinado fuera del hotel y llevado muerto a su habitación. Había gente variada con móviles para matarle. Principalmente, el servicio secreto de la URSS, donde se le consideraba un traidor, y los extremistas judíos, por los polémicos artículos que escribió cuando estaba protegido por el Gobierno de Hitler que, curiosamente, fomentó mucho el ajedrez”.

Recuerda Spasski que él siempre promovía pequeñas reuniones de la selección soviética antes de las partidas: “Sin un motivo especial ni nada concreto de lo que hablar. Podía ser para comer, cantar, charlar o analizar juntos una variante. Pero esa práctica hacía equipo, mentalizaba a todos los jugadores de que no estábamos en un torneo individual, de que teníamos que jugar pensando en el grupo. Y nos dio muy buenos resultados”. Claro que –pensará el lector- aquel equipazo soviético necesitaba pocas terapias de grupo para arrasar a sus rivales. Por el contrario, y por muy bien que Magem haga la parte psicológica de su trabajo, lo normal es que España pierda en la última ronda ante Rusia. Pero en un día concreto pueden pasar muchos imprevistos, y además es totalmente cierto que Shírov y especialmente Vallejo están muy bien. El menorquín tiene ya un pie en el podio individual (va el primero en la clasificación del segundo tablero, por delante de Akopián y Short), y esa medalla es justo lo que necesita para convencerse de una vez de que puede poner su Elo a la altura de su talento. O sea, muy arriba.

Leontxo García

Más Olimpiada: ahora con audiocomentarios en castellano Contamos con comentarios en castellano de viva voz, a cargo los maestros internacionales Claudio Minzer y Renier Castellanos (de momento solamente de Renier). Además de comentar las partidas de la selección española absoluta, estará ahí para que los espectadores de habla hispana le puedan hacer preguntas por medio de la charla escrita del servidor. Le encontrará en la sala "Retransmisiones" del servidor de ajedrez de ChessBase Playchess.com. En principio continuará la programación de sesiones de entrenamiento y clases gratuitas  en la Escuela de Ajedrez Playchess.com (en caso contrario avisaríamos).

Retransmisión de las partidas en Playchess.com En el servidor de ajedrez de ChessBase, Playchess.com habrá retransmisiones en directo de 32 partidas. Si usted aún no es miembro en Playchess.com podrá descargar gratuitamente el lector de archivos Chess Base Light, que le dará acceso inmediato (durante 7 días). Además podrá utilizar el programa para leer, reproducir y analizar los archivos PGN. y con el cual podrá leer los archivos PGN. Si usted tiene alguno de los programas como ChessBase, Fritz o o cualquier programa compatible con Fritz (Rybka, Hiarcs, Shredder), por supuesto, también podrá acceder al servidor automáticamente. Todos estos programas vienen con acceso gratuito a Playchess.com durante un año. Tenga en cuenta de que en el caso de que usted se haya conectado con una cuenta gratuita de prueba, si hubiese demasiados miembros registrados, no le podemos garantizar el acceso.

Enlaces:

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