¡Repetimos!
El sofocante sol de primera hora de la tarde se muestra remiso a traspasar el
umbral del balcón entreabierto. Por el resquicio deja paso, sin embargo, a una
leve brisa caliente y al coro de insectos que alaban al astro que les hace
circular la sangre.
La hora de la siesta, con su tranquilidad y reposo, siempre fue propicia para
el ajedrez. Una vez saciadas las necesidades vitales, cuando las actividades
físicas suponen un alto esfuerzo, es reconfortante sentarse a jugar con un buen
amigo y unir al cri cri de los grillos el tic tac del reloj, el golpeteo
amortiguado por el fieltro con el que se desplazan discretas las piezas y, en
momentos especiales, el tintineo de un buen brandy o un ron añejo en una copa o
el delicadísimo crepitar de la combustión de un habano o de una aromatizada
pipa. La penumbra y el frescor de la estancia alivian la digestión y dan alas
al pensamiento.
¡De cuántas partidas han sido testigo estas paredes! Cada detalle podría
contar una maravillosa historia de mis antepasados: el retrato de la Condesa de
Tirabuzones, lejana antepasada, que huyó de su linaje para dar rienda suelta a
sus inquietudes; la tía abuela Virtudes que estuvo en Chicago en los años 20;
la botella de cava condenada a no ser descorchada cuando el tío Abel se jugó a
su novia a partidas rápidas; el pájaro disecado que nos regaló el primo
Andrés, que era misionero; los libros del abuelo Gonzalo, que recorrió las
universidades de media Europa sin graduarse en otra cosa que no fuera la vida
disipada; los cuadros de escenas costumbristas, de paisajes, de bodegones, de
flores, que pintó la abuela Amalia mientras estuvo de reposo; el lavatorio que
mandó instalar el tío Generoso, que iba para médico y se quedó en
hipocondríaco... Ellos fueron los encargados de transmitir el culto a Caissa en
mi familia.
Hice muchas reformas para que el hogar familiar se modernizara y resultase
confortable, para lograr que mi mujer y mis hijos me acompañasen durante mis
estancias en el campo, pero he dejado el cuarto del ajedrez como ha estado
siempre. Sólo Casandra, la vieja morocha que nadie sabe cuantos años tiene, es
la encargada de entrar allí, a mantener el orden que durante años ha reinado
en ese microcosmos, presidido por el tablero de ajedrez, alrededor del cual todo
gira con astronómica precisión.

Haciendo clic en la imagen superior la verá con mayor tamaño.
Si sobre la imagen ampliada hace clic derecho con el ratón y escoge Establecer
como fondo, la convertirá en la imagen que aparezca en el Escritorio de
Windows.
Quizás algún día seguiré contándoles la historia de mi familia, pero
ahora voy a explicarles un poco como pueden venir a jugar conmigo en ella.
Todo ha sido programado de la forma más realista posible. Para desplazar la
vista por la habitación, debe hacer clic derecho con el ratón. El cursor
cambiará de forma y arrastrándolo hacia un lado o hacia otro podrá variar la
zona de visión. En la parte inferior del panel dispone de dos botones, para
acercar o alejar más la imagen. Volviendo a hacer clic derecho el cursor
recuperará su apariencia y funciones tradicionales.

¡Las manecillas del reloj se mueven y la bandera cae!
Para seleccionar la habitación de Deep Fritz:
Debe activar el menú Ver > Tablero 3D real o pulsar la
combinación de teclas CTRL + ALT + 3
Una vez cargado el tablero 3D real, en la parte inferior del panel, debe
hacer clic sobre el botón Parámetros y le aparecerá la siguiente
ventana de opciones:

Las opciones que se le ofrecerán dependerán de los programas que tenga
instalados.
Escogiendo Habitación de Deep Fritz entrará en un acogedor ambiente
para jugar al ajedrez.
Según las capacidades de su tarjeta gráfica podrá usar mayor o menor
detalle o resolución en la recreación de los elementos.
El tablero que está encima de la mesa siempre es el centro de la imagen:
podrá ampliar la imagen o reducirla o moverse por ella, pero siempre la
referencia central está en el tablero.
Efectos 3D

Aquí puede ajustar una serie de efectos avanzados:.
Sombras reales calculará en cada momento la sombra de cada elemento,
incluso si se proyecta sobre otra pieza próxima.
Colisión de piezas hará que las piezas con las que choque la que
estamos moviendo se desplacen, tal y como sucedería en la realidad. Al
contrario que en ésta, al colocar la pieza en la casilla de destino, las piezas
desplazadas volverán automáticamente a su lugar.
Como hemos indicado, el rendimiento de su tarjeta gráfica y procesador será
determinante a la hora de poder activar todas las opciones y poder ver los
movimientos a una velocidad adecuada.
Geometría y tablero

Como la orientación
de los caballos se convirtió en un punto de debate (que incluso salió a
colación en el reciente duelo con Kasparov en Nueva York), a pesar de nuestros
anteriores esfuerzos, finalmente se ha optado por dar completa libertad de
movimientos, para que cada uno pueda elegir el ángulo exacto, tanto con blancas
como con negras, y si quiere o no que exista simetría entre los equinos de
ambos flancos. A continuación les ofrecemos algunas combinaciones posibles y su
efecto:






Deep Fritz 8 incluye también un extraordinario juego de piezas basado en el
Antiguo Egipto y su mitología.
El tablero está situado en lo alto de un túmulo, con un paisaje de pirámides
bajo un cielo estrellado.
