La paradoja de Unamuno: del amor a la aversión al ajedrez
Ramón de Unamuno, nieto del escritor, pensador y filósofo Miguel de Unamuno (Bilbao, 1864- Salamanca, 1936,) uno de los grandes intelectuales de nuestra historia contemporánea, visita El Rincón del Ajedrez para contarnos la paradójica relación que mantuvo su abuelo con el ajedrez.
El maestro Azuaga, Ramón de Unamuno y Roberto López en los estudios de Radio Victoria
Unamuno jugó al ajedrez con frecuencia, y tanta pasión prodigó que convirtió su afición en un problema existencial que lo atormentaba. Pasó del amor al odio, del entusiasmo febril por el juego a su reprobación. En 1910 José Pérez Mendoza, presidente del Club Argentino de Ajedrez, dirige una carta a Enrique de Vedia, director del Colegio Nacional de Buenos Aires, pidiéndole la introducción del ajedrez en los colegios. Esta carta, publicada en una revista especializada de ajedrez, cae en manos de Unamuno y es entonces, interesado por este asunto, que decide intervenir escribiendo un artículo (de imprescindible lectura) titulado Sobre el ajedrez, donde nos ofrece una visión no muy positiva sobre los posibles beneficios del ajedrez en los niños.
Miguel de Unamuno
De todo esto y mucho más nos habla hoy Ramón de Unamuno, nieto de un hombre genial e inabarcable, un creador como pocos que quedó embrujado por el hechizo cautivador del ajedrez.
Por cierto, en la biblioteca que tenía Unamuno y que se encuentra en su Casa Museo de Salamanca se conserva un curso de ajedrez del que fuera campeón mundial Enmanuel Lasker (1868-1941) y una suscripción a la revista Ajedrez español.
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