Cuentos, jaques y leyendas
Manuel Azuaga en Diario Sur:
Samuel Reshevsky aprendió a jugar por observación, las ideas le aparecían en la cabeza como por arte de magia
Un chico de 4 años se muestra tan inquieto que el padre, para distraerlo, le enseña a mover las piezas del ajedrez. El padre sabe que aún es demasiado pequeño para este tipo de estrategias, pero, por alguna razón, el truco funciona. El hijo ahora se pasa las horas delante del tablero, mueve un alfil de aquí para allá, emite sonidos, onomatopeyas. Al poco de aquello, el padre juega una partida con un buen amigo, en casa, como de costumbre. El hijo observa la lucha en silencio...
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