El diario de Leontxo 10
Gracias al banco Lombard Odier, todos los escolares de Gibraltar acabarán teniendo un precioso juego de tablero y piezas, junto con un libro de iniciación escrito por Gari Kaspárov; empezarán con 400 alumnos este curso, y repetirán la campaña durante los próximos años. Es un paso muy importante porque introducirá el ajedrez como algo normal y frecuente en la sociedad gibraltareña, y contribuirá a cambiar la imagen de “nerds” (empollones), muy perjudicial si queremos masificar la introducción de ajedrez en los colegios.
Tuve la suerte de que uno de mis compañeros de mesa durante la cena de clausura fuera el director de Educación, Joey Britto, muy competente e interesado en la utilización pedagógica del ajedrez: “Tenemos una amplia autonomía en Educación con respecto a las leyes británicas. Sin embargo, el número de horas de clase es limitado y también hay otras materias que nos gustaría introducir o potenciar, pero el ajedrez es una de ellas, y estoy plenamente convencido de sus virtudes”.
Por desgracia, no son pocos los torneos donde se cuidan muy poco la inauguración y la clausura. Y la gran mayoría de los jugadores sólo acuden a ellas si es realmente necesario. Ciertamente, lo que a ellos les gusta es jugar, pero deberían comprender que sin patrocinadores y buena cobertura de prensa no habría torneos (o los premios serían mucho menores), por lo que es muy lógico que ellos contribuyan de forma razonable y, sobre todo, de buen grado.
Todo eso se ha logrado muy bien en Gibraltar. La cena de clausura se diseña con verdadero mimo, hasta los detalles más pequeños. Detrás del excelente maestro de ceremonias y director del festival, el GM Stuart Conquest, se instala una pantalla gigante donde se va proyectando el nombre de la persona que habla o entrega premios, imágenes del torneo o actividades paralelas, logotipos de los patrocinadores (todos ellos representados en el acto por altos cargos de cada empresa u organismo), etc. Y el apoyo total del Gobierno de Gibraltar a Brian Callaghan, organizador y propietario del hotel La Caleta, queda patente cada año: esta vez iba a acudir el ministro principal, Fabián Picardo, pero por obligaciones ineludibles de última hora tuvo que delegar en su adjunto, Joseph García, acompañado por otros ministros y altos cargos.
Bastaba un poco de atención para cerciorarse de que los patrocinadores presentes, tanto públicos como privados, estaban muy satisfechos al ver jugadores de países muy lejanos subiendo al escenario: Mongolia, India, China, Islandia, Canadá, Israel, Emiratos Árabes Unidos, Catar, Kenia, Argentina, Venezuela, Brasil… y así hasta 60 banderas. El valor de la publicidad que Gibraltar consigue en esos países a través del Tradewise Chess Festival supera en mucho la inversión realizada. No se trata sólo del torneo abierto mejor organizado desde el punto de vista técnico, o de su ambiente muy agradable tras las partidas (que ya he glosado en anteriores entregas de este diario), sino de que la mercadotecnia y puesta en escena de todo ello se cuidan mucho también.
Supongo que los jugadores, al término de la cena, mientras se despedían de tanta gente, sentirían lo mismo que yo: éste es un sitio al que debo volver cada año, porque de lo contrario me faltaría algo importante. Si quieren apuntarse, tomen nota: 27 de enero al 6 de febrero de 2015; y háganlo en octubre, porque luego ya no hay plazas. Ha sido un gran placer compartir esta experiencia con ustedes a través de mi diario. ¡Hasta pronto!
Crónica: Leontxo García
Impresiones del último día en Gibraltar
Irina Krush y Stuart Conquest con sus representantes
Irene Zapata
Lo que hacen los ajedrecistas
Pia Cramling y David Navara
Mariya Muzychuk
Natalia Zhukova y su hija
John Saunders, fotógrafo
Paddy y la jefa de prensa, Alice Mascarenhas
Disfrutando de los restos de la fiesta
Venga, se acabó lo del ajedrez. Para casa.
Fotos: Sophie Triay
Fotos, vídeos e información, cortesía del sitio web oficial.
Enlaces
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