A principios de los años 70, Wayne y su tercera mujer, la actriz peruana Pilar Pallete, visitaron la villa como dos enamorados. Pilar quería participar en un campeonato de tenis que tomaba el nombre de Clint Eastwood, buen aficionado a la raqueta. Nada más llegar, fueron recibidos por Donald Hamilton, promotor y director del torneo. «¿Qué puedo proporcionaros para haceros felices durante vuestra estancia?», preguntó Hamilton.
«¿Bueno, yo no juego al tenis, pero me encanta beber tequila y jugar al ajedrez», contestó John Wayne. Al día siguiente, Hamilton le pidió a Wayne que le acompañara a una caseta colindante con las pistas de tenis. En la puerta de la caseta colgaba el siguiente cartel: «John Wayne está dentro y le encanta jugar al ajedrez». No faltó en el camerino una buena botella de tequila Sauza Conmemorativo y un hermoso tablero. Según relató Pilar Pallete muchos años más tarde, la fila de curiosos que querían jugar contra su marido «se extendió a lo largo de una cuadra de la ciudad».
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