En el deporte, ¿qué es la práctica deliberada?

por Uvencio Blanco Hernández
27/05/2025 – La práctica deliberada es un enfoque estructurado y consciente del entrenamiento que busca mejorar habilidades específicas mediante metas claras, retroalimentación constante y atención plena. Más allá de la simple repetición, este método moldea el cerebro, fortalece funciones ejecutivas y permite intervenciones personalizadas en contextos educativos, clínicos y deportivos. | Imagen: Uvencio Blanco Hernández

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¿Práctica deliberada?

Consecuentes lectores, una vez más volvemos con el tema de la práctica deliberada, esto es, trabajo sistemático en apoyo del talento en programas de entrenamiento en determinadas especialidades del quehacer humano.

Al referirnos a práctica deliberada, lo hacemos respecto a un enfoque estructurado y altamente intencional de entrenamiento, diseñado específicamente para mejorar el rendimiento en una habilidad determinada. Este concepto fue popularizado por el psicólogo K. Anders Ericsson, quien demostró que el talento natural no es suficiente para alcanzar niveles de maestría: es la calidad y el tipo de práctica lo que marca la diferencia.

Ahora bien, en neurociencias, el concepto de práctica deliberada va más allá de su definición clásica (Ericsson et al., 1993) centrada en la mejora intencional del rendimiento experto mediante tareas específicas, retroalimentación constante y repetición con corrección de errores. En este campo, el término puede adquirir tres acepciones complementarias desde perspectivas neurocognitivas y neuroeducativas: como modelador de la neuroplasticidad, como ejercicio de autorregulación metacognitiva y como intervención neurocognitiva personalizada.

Práctica deliberada como modelador de la neuroplasticidad

En este enfoque, la práctica deliberada es vista como un estímulo estructurado que induce cambios adaptativos en la arquitectura cerebral. Al centrarse en la mejora de habilidades específicas mediante repetición focalizada, se promueve:

La refinación de redes sinápticas asociadas al control motor, la memoria de trabajo o la toma de decisiones.

La especialización funcional de áreas como el córtex prefrontal dorsolateral, áreas parietales, ganglios basales y el cerebelo.

Es decir, no se trata solo de repetir, sino de moldear el cerebro para responder con mayor eficiencia a tareas cognitivamente demandantes.

Práctica deliberada como ejercicio de autorregulación metacognitiva

Desde la neuroeducación, la práctica deliberada también se considera un entrenamiento en funciones ejecutivas, en especial:

Monitoreo de errores (corteza cingulada anterior)

Control inhibitorio (corteza prefrontal ventrolateral)

Planificación estratégica (corteza prefrontal dorsolateral)

Atención sostenida (red atencional frontoparietal)

Esta acepción subraya el papel de la práctica deliberada en el desarrollo del control consciente de los procesos mentales, fortaleciendo la capacidad de aprender a aprender.

Práctica deliberada como intervención neurocognitiva personalizada

En contextos clínicos o educativos, la práctica deliberada puede verse como una herramienta de intervención cognitiva individualizada para:

Personas con déficits atencionales, disfunción ejecutiva o trastornos del neurodesarrollo (ej. TDAH, TEA).

Pacientes en neurorehabilitación tras daño cerebral adquirido (ictus, trauma, cirugía).

Programas de enriquecimiento cognitivo en envejecimiento saludable o prevención del deterioro cognitivo.

Aquí, la práctica deliberada se adapta a los perfiles cognitivos específicos, usando retroalimentación en tiempo real, gamificación y tecnologías adaptativas.

En términos más precisos, la práctica deliberada implica la presencia de objetivos claros y específicos. Cada sesión de práctica tiene un propósito concreto (por ejemplo, en ajedrez: "mejorar la precisión en los finales de torre"). Igualmente se trata de un desafío controlado: Las tareas son difíciles, pero alcanzables; se sitúan justo fuera de la zona de confort del practicante para promover el crecimiento. También representa retroalimentación inmediata porque el aprendiz recibe información clara sobre sus errores y aciertos para ajustar su rendimiento en tiempo real.

Asimismo implica alta concentración y esfuerzo, debido a que la práctica deliberada exige atención total y no se realiza de forma automática o distraída. Por igual, tengamos en cuenta el enfoque en la mejora de debilidades; no se trata simplemente de repetir lo que uno ya sabe hacer bien, sino de trabajar específicamente en los puntos débiles de ese conocimiento. A la par, está la repetición y refinamiento de la tarea porque se realizan múltiples intentos enfocados, con pequeñas adaptaciones tras cada uno, hasta dominar el elemento particular.

Finalmente, está la intervención de un instructor o entrenador experto; alguien que pueda diseñar las actividades adecuadas, brindar retroalimentación especializada y orientar el proceso de mejora.

La importancia de la práctica deliberada en el deporte

Habiendo definido ampliamente el concepto de práctica deliberada, la misma es un pilar fundamental en el desarrollo del rendimiento deportivo de alto nivel. Su importancia radica en que no toda práctica conduce a la excelencia: solo aquella que es intencional, estructurada, supervisada y orientada a mejorar aspectos específicos del desempeño tiene un impacto significativo. Esta aclaratoria es fundamental para nuestros instructores y entrenadores deportivos que, en ocasiones, pasan por alto esta realidad: no toda práctica, por intensa que sea o parezca, conduce al mejoramiento o a la excelencia deportiva.

En tal sentido, seguidamente presentamos los principales argumentos que sustentan su valor en el deporte:

Optimiza el proceso de adquisición de habilidades

La práctica deliberada permite que los atletas:

Trabajen en componentes aislados de su técnica (ej. mejorar el saque en tenis o la transición defensa-ataque en fútbol).

Corrijan errores específicos mediante retroalimentación inmediata.

Realicen repeticiones de alta calidad, no solo de cantidad.

Esto favorece una consolidación más eficiente de patrones motores y decisiones tácticas.

Favorece la neuroplasticidad y la automatización del rendimiento

En términos neurofisiológicos, la práctica deliberada:

Refuerza redes neuronales especializadas (corteza motora, cerebelo, ganglios basales).

Favorece la transición desde el aprendizaje consciente al automatismo inconsciente, reduciendo la carga cognitiva durante la competencia.

Mejora la anticipación, la percepción situacional y la resolución rápida de problemas.

Desarrolla el autocontrol, la resiliencia y la mentalidad de crecimiento

La práctica deliberada no siempre es placentera, pero alienta:

La tolerancia al esfuerzo y la frustración.

El desarrollo de una mentalidad orientada al aprendizaje, no al resultado inmediato.

El fortalecimiento de la disciplina mental y la resiliencia emocional, claves en la alta competición.

Diferencia a los atletas de élite del resto

Estudios longitudinales han demostrado que:

Los atletas de élite acumulan más horas de práctica deliberada que sus pares menos exitosos.

La precocidad en la especialización no garantiza el éxito, pero la práctica intensiva y bien diseñada sí lo hace.

Ejemplo clásico: jugadores de ajedrez, violinistas o atletas olímpicos rara vez alcanzan la cima sin al menos 10 años o 10 000 horas de práctica deliberada (Ericsson et al., 1993).

Permite el entrenamiento cognitivo y táctico bajo presión

En el deporte moderno, ya no basta con entrenar el cuerpo. La práctica deliberada también:

Simula situaciones de alta presión competitiva.

Desarrolla la toma de decisiones rápida y precisa.

Integra variables emocionales y cognitivas dentro de la rutina física.

¿Está la práctica enfocada en mejorar una habilidad específica y medible, en lugar de simplemente repetir una tarea conocida?

La evidencia recogida nos dice que sí. La práctica deliberada está específicamente orientada a mejorar una habilidad concreta, definida y medible.

A diferencia de la repetición rutinaria, que puede reforzar errores o generar estancamiento, la práctica deliberada identifica debilidades puntuales y trabaja de manera intencionada sobre ellas. Esto implica establecer objetivos claros, dividir tareas complejas en componentes entrenables y aplicar ajustes progresivos con base en retroalimentación constante. Al enfocarse en métricas de rendimiento (como precisión, velocidad de decisión o calidad de ejecución), esta práctica permite monitorear avances reales.

En esencia, no se trata de “hacer más”, sino de “hacer mejor”, con atención consciente, propósito definido y mejora continua como pilares metodológicos.

¿Se proporciona retroalimentación inmediata, precisa y correctiva durante o después de la práctica?

Sí, en la práctica deliberada, la retroalimentación inmediata, precisa y correctiva es esencial. Su función no es solo informar, sino guiar activamente la mejora. Esta retroalimentación permite al aprendiz identificar errores específicos, ajustar estrategias en tiempo real y reforzar comportamientos deseables. Puede provenir de un entrenador, de un sistema de análisis o de la autoevaluación bien entrenada.

Cuanto más oportuna y específica sea, mayor será su impacto en el aprendizaje. Sin ella, la práctica corre el riesgo de consolidar fallas. Por tanto, retroalimentar no es corregir al final, sino construir conocimiento durante el proceso, favoreciendo una progresión más rápida, segura y consciente.

¿Existe un grado de esfuerzo mental consciente durante la práctica, o la actividad se realiza de forma automática y pasiva?

En la práctica deliberada, el esfuerzo mental consciente es un componente esencial y diferenciador. A diferencia de la práctica automática y pasiva —donde se repiten tareas sin atención plena ni objetivos claros—, la práctica deliberada exige un alto grado de concentración, monitoreo interno y toma de decisiones en cada momento.

El aprendiz debe estar activamente comprometido en identificar errores, analizar alternativas, y ajustar sus acciones en función de los resultados. Este proceso demanda recursos cognitivos elevados, especialmente funciones ejecutivas como la atención sostenida, el control inhibitorio y la autorregulación metacognitiva.

Practicar de forma consciente implica estar presente, evaluar continuamente el rendimiento y no conformarse con la mera repetición. Es este esfuerzo mental sostenido el que permite consolidar aprendizajes duraderos y avanzar hacia niveles superiores de rendimiento experto.

Visto así, la práctica deliberada transforma el entrenamiento en un proceso de perfeccionamiento consciente, individualizado y estratégico. No se trata de entrenar más, sino de entrenar mejor, con un enfoque preciso en los detalles que marcan la diferencia entre lo bueno y lo excepcional.

Conclusión

En neurociencias, el concepto de práctica deliberada se refiere a un tipo de entrenamiento altamente estructurado y enfocado que tiene como objetivo mejorar el rendimiento mediante la repetición consciente y la corrección de errores. Este término fue popularizado por el psicólogo K. Anders Ericsson, y se ha aplicado a muchas disciplinas, incluido el ajedrez.

La práctica deliberada es esencial para el desarrollo del rendimiento experto. Numerosos estudios, como los de K. Anders Ericsson, han demostrado que el talento natural no basta: es la práctica estructurada, con propósito claro y supervisión constante, la que conduce al dominio deportivo.

No toda práctica mejora el rendimiento: solo la deliberada lo hace consistentemente.

La simple repetición de tareas o la práctica rutinaria sin atención plena puede consolidar errores o generar estancamiento. La calidad del entrenamiento es más determinante que la cantidad.

La retroalimentación inmediata y específica potencia el aprendizaje. La corrección oportuna de errores —ya sea externa (entrenador) o interna (autoevaluación)— permite ajustes finos que aceleran la adquisición de habilidades deportivas complejas.

Exige un alto nivel de esfuerzo mental, consciente y autorregulado. La práctica deliberada no es placentera ni automática: requiere concentración sostenida, monitoreo metacognitivo y disposición a enfrentarse continuamente a los propios límites.

Favorece la neuroplasticidad y la automatización del rendimiento experto. En disciplinas cognitivas y motoras, como el ajedrez o el tenis, la práctica deliberada induce cambios estructurales y funcionales en el cerebro, consolidando patrones eficaces de respuesta.

La cantidad acumulada de práctica deliberada predice con fiabilidad el nivel alcanzado. Los atletas y jugadores expertos tienden a acumular significativamente más horas de práctica deliberada que sus pares menos exitosos, especialmente durante la adolescencia y la juventud.

Debe ser planificada, supervisada y adaptada a cada etapa del desarrollo deportivo. La práctica deliberada requiere diseño pedagógico individualizado: lo que es apropiado para un principiante no lo es para un jugador avanzado. El rol del entrenador como mediador es crucial.

Fuentes

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ChessBase. El papel de la práctica deliberada de la tarea en la adquisición de la pericia en el ajedrez (2/2). Uvencio Blanco Hernández. 05/02/2021

Côté, J., & Vierimaa, M. (2014). The developmental model of sport participation: 15 years after its first conceptualization. Science & Sports, 29(Supplement), S63–S69.

Ericsson, K. A. (Ed.). (2018). The Cambridge Handbook of Expertise and Expert Performance (2nd ed.). Cambridge University Press.

Ericsson, K. A., Krampe, R. T., & Tesch-Römer, C. (1993). The role of deliberate practice in the acquisition of expert performance. Psychological Review, 100(3), 363–406.

Ford, P. R., Ward, P., Hodges, N. J., & Williams, A. M. (2009). The role of deliberate practice and play in career progression in sport: The early engagement hypothesis. High Ability Studies, 20(1), 65–75.

Macnamara, B. N., Hambrick, D. Z., & Oswald, F. L. (2014). Deliberate practice and performance in music, games, sports, education, and professions: A meta-analysis. Psychological Science, 25(8), 1608–1618.

Tedesqui, R. A. B., & Young, B. W. (2017). Investigating the interplay of domain-specific practice, general physical activity, and deliberate play in sport expertise development. Journal of Expertise, 1(2), 121–136.


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Uvencio Blanco Hernández, Venezuela. Comisión Ajedrez y Educación FIDE. Escritor, Investigador, Conferencista, Árbitro Internacional, Organizador Internacional, Entrenador, Profesor de Ajedrez ECU y Lead School Instructor FIDE.
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