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La tercera edición del Torneo Clarín se jugó del 15 de octubre al 3 de noviembre de 1980 en el Teatro Presidente Alvear de la calle Corrientes de Buenos Aires.
Fue más fuerte que las ediciones previas de 1978 y 1979, y contó con la presencia del campeón del mundo, Anatoly Karpov, que jugó por primera vez en Argentina.
Karpov en esos años era el número uno indiscutible. Con sus 2.725 puntos de Elo era el máximo favorito, y los otros aspirantes a priori eran Jan Timman, Lubomir Kavalek y Yury Balashov, aunque tenían “solo” 2.600 de Elo. Venía luego Vlastimil Hort con 2.595, seguido de Ljubomir Ljubojevic y Ulf Andersson con 2.590.
El brillante vencedor del tercer torneo Clarín, Bent Larsen (2.585), era el octavo preclasificado. El presidente de la FIDE, Fridrik Olafsson, seguía después con 2.545. Los otros participantes fueron Walter Browne (2.540), y los argentinos Oscar Panno (2.540), Miguel Najdorf (2.510), Miguel Quinteros (2.515) y Sergio Giardelli (2.300).
Master Class Vol.6: Anatoly Karpov
Entre Capablanca y Carlsen en cuanto al estilo, entre Fischer y Kasparov en lo que respecta a la cronología, Anatoly Karpov tiene mucho que enseñar sobre su sentido de la coordinación y la armonía.
Nadie podía esperar —quizás solo él— que Larsen ganara el torneo de forma arrolladora.
Fridrik Olafsson enfrentando a Anatoly Karpov | Foto: Clarín
Elogios de los participantes
Tanto Jan Timman como Lubomir Kavalek, Ulf Andersson y otros participantes, se deshicieron en elogios por la organización y por las atenciones recibidas.
En Timnan’s Triumphs, Timman destacó la impresionante tradición ajedrecística argentina “desde fines de los años 70”. En realidad se quedó muy corto, pues comenzó muchas décadas antes, aunque es cierto que hubo altibajos.
Timman recordó: “No se escatimaron esfuerzos para complacer a los participantes. Uno de los días libres se alquiló un avión para una visita al valle del Iguazú, una imponente zona de cataratas en el límite de Brasil, Paraguay y Argentina. Se recorrieron un par de miles de kilómetros en un día, pero mereció la pena. No había contemplado nunca un fenómeno natural tan imponente como la Garganta del Diablo. Desde todos lados se alza una masa de agua espumosa que luego cae como un velo opaco…”.
Me extrañó que escribiera que las Cataratas del Iguazú eran famosas a causa de la película Moonraker de James Bond, la última de la saga que protagonizó Roger Moore. Dicho sea de paso, la película envejeció bastante mal, incluso con tantos atractivos.
Como era habitual en los torneos Clarín, todas las partidas se publicaban con comentarios en el diario Clarín, con crónicas de Najdorf, Panno y Quinteros. También comentaron Larsen y Andersson; la información ocupaba dos páginas completas.
Timman dijo que había cerca de 4.000 espectadores diarios: “Tras las partidas éramos asediados por cazadores de autógrafos. A veces no era nada fácil escribir los autógrafos, dado que era difícil mover las manos debido a la densidad de la muchedumbre”.
Kavalek, en su libro póstumo Life at Play, A Chess Memoir, recordó que todos los participantes del torneo de Tilburg, que finalizó el 2 octubre, fueron invitados a jugar en Buenos Aires. Los seis que acudieron (Karpov, que ganó el torneo, Timman, Hort, Larsen, Andersson y el propio Kavalek) esperaron a sus visas en Ámsterdam.
“Timman estaba deseando encontrase con Jorge Luis Borges y a mí me ilusionaban los enormes bifes en el restaurant Los Años Locos”, comentó Kavalek.
Miguel Najdorf
Una de las figuras coloridas fue Miguel Najdorf, que ya tenía 70 años. Kavalek recordó que Najdorf se quejó en el viaje a las cataratas, pues le dijo: “Mucho sol, no hay comida buena, no hay chicas lindas, ¡La vida es dura, Kavalek!”.
Rememoró una de las frases de Najdorf, “El ajedrez me enseñó a vivir porque me enseñó a perder”, y dijo sobre Najdorf: “Tenía un ego grande, le gustaba ser el centro de la atención, y no tenía rival en las exhibiciones de ajedrez a la ciega”.
Attack like a Super Grandmaster
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Recordó que al jugar blitz (en realidad lo hacía también cuando jugaba partidas serias), Najdorf solía preguntar a todo el mundo, “¿Cómo estoy? ¿Qué te parece?”. Todos le respondían que él estaba mejor, pero cuando Kavalek le dijo una vez que no tenía buena pinta, “Najdorf sacó a relucir su estilo de preguntas tipo ametralladora”, preguntando: “¿Qué no tiene buena pinta? ¿Qué quieres decir? ¿Qué hubieras jugado?”.
“Los aficionados lo adoraban y cuando ganaba una partida, recibía una ovación. Najdorf hacía de todo, y, a pesar de tener 70 años, terminó en la parte alta de la tabla”.
En la nota completa, el GM Franco relata el desarrollo del torneo y analiza algunas de las posiciones más interesantes de la lid.
Leer nota completa en ABC Paraguay | Visitar web del auspiciador Roggio e Hijos
La solución a este problema será presentada en la siguiente columna del GM Zenón Franco.
Middlegame Secrets Vol.1 + Vol.2
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