
Fue un día pésimo para Kaspárov, y no sólo por
el medio punto perdido: ayer se vio que su menosprecio del triunfo de Ponomáriov
sobre Ivanchuk en el Mundial de Moscú, que él atribuye al nuevo
ritmo de juego -más rápido que el clásico- implantado por
la Federación Internacional (FIDE), no tiene justificación. El
joven ucranio dio una lección de alta estrategia al ritmo clásico:
dos horas para los primeros 40 movimientos, y sesiones de siete horas como máximo.
vs

Kaspárov llegó con cara de pocos amigos al escenario. Probablemente,
era su manera de luchar contra el exceso de confianza ante un rival muy inferior
en teoría, el 60º de la lista mundial. Vallejo había diseñado
su estrategia varias semanas antes: evitar los duelos teóricos, de modo
que el ruso no pudiese jugar de memoria los quince o veinte primeros movimientos.
El menorquín renunció a la iniciativa de las piezas blancas y
planteó un cerrojo total, además de poco usual: en la octava jugada,
la posición ya era inédita.

Kaspárov, sorprendido, ya se había quitado la chaqueta en la
segunda, mucho antes de lo habitual. Ubicó sus piezas de forma muy armónica
y logró una pequeña ventaja, pero a costa de invertir mucho tiempo,
que luego echó en falta. Tras desechar las continuaciones más
activas, Vallejo fue cayendo en una posición cada vez más delicada.
Pero, con menos de dos minutos para realizar cuatro jugadas, el ruso omitió
varios golpes que probablemente le hubieran dado la victoria. A partir de ese
momento, el juego de Vallejo fue impecable hasta que forzó el empate.
La partida no fue de gran calidad, pero sí demostró que el español,
campeón del mundo sub 18 en 2000, es un adversario bastante más
duro de lo que indica su lugar en el escalafón.
Tras estrechar la mano del menorquín, Kaspárov no quiso analizar
con él y salió del escenario muy enfadado, incrédulo ante
lo que acababa de ocurrirle. La ira aún dominaba su semblante una hora
después en el restaurante, mientras daba cuenta de un plato de langostinos
y otro de pollo, sin hablar apenas con su madre y su entrenador, Yuri Dojoián.
Mientras tanto, Vallejo se había escabullido de los periodistas para
ver unos minutos de partido Real Madrid-Alavés en una cafetería
cercana junto a su entrenador, Zenón Franco. El debutante aseguró
que no había sufrido de miedo escénico: "Estaba un poco nervioso
al principio, pero luego se me ha pasado. Sólo me he visto casi perdido
durante los apuros de tiempo. Después he logrado contrajuego, como demostraban
las habituales muecas de Kaspárov". Luego se fue a correr con su
analista, Roi Reinaldo.
Los tres se retiraron inmediatamente después de cenar para preparar
la partida de hoy frente a Anand: "Tenemos un repertorio previsto para
cada rival, pero hay que pulirlo. Trabajamos de noche y nos levantamos tarde",
explicó Vallejo. Si tampoco pierde hoy, sus insignes rivales quizá
dejen de catalogarle como la víctima del torneo.
LEONTXO GARCÍA
Para
reproducir las partidas de la ronda 1