Para jugar mejor
por
Manuel López Michelone

Siempre
que leo en los medios acerca de los nuevos prodigios del ajedrez, me pregunto lo
mismo: ¿qué hacen estos pequeñines para jugar al nivel que juegan? Tenemos el
caso de Karjakin,
hasta donde sé, el gran maestro más joven de la historia, o bien, de Katerina
Lahno, la cual tiene una fuerza sorprendente y una agresividad en el tablero
notable. Son jugadores de un nivel extraordinario para su edad y es evidente que
sus triunfos no son obra de la casualidad, sino de un trabajo constante en el
tablero, amén de tener cualidades innatas para el juego ciencia.
¿Qué nos queda entonces a nosotros, jugadores apasionados pero que no
podemos, o no tenemos ya el tiempo, de dedicarnos en cuerpo y alma, además de
que probablemente no hayamos nacido con estas capacidades inherentes para el
ajedrez? ¿Se puede progresar y adquirir un nivel "decente"? Es decir,
un nivel en el cual podamos enfrentar a todo género de jugadores y crear una
que otra partida más o menos bien jugada, sin burdos errores y con cierta
riqueza de planes. En mi opinión, creo fervientemente que esto es posible,
aunque claro, lleva tiempo y trabajo. Nada en esta vida (y menos en el ajedrez)
es fácil, pero con dedicación se pueden tener logros aparentemente imposibles
para muchos de nosotros.
En primera instancia debemos reconocer que el ajedrez no es sólo para los
Garry o Vladimir que existen en el
mundo (que son pocos, muy pocos). Todos podemos obtener placer en jugar y
estudiar nuestro juego, aunque nuestro nivel sea muy bajo. Guillermo González,
un alumno aventajado de mi padre (que es guitarrista clásico), me decía un
día que la guitarra no tenía que ser sólo para los guitarristas
profesionales. Si alguien rasga el instrumento y lo estudia una hora a la
semana, pues qué mejor. El hacer música le proporcionará placer y en el fondo
esto es lo que cuenta. Lo mismo pasa en el ajedrez y no debemos olvidar algo
fundamental: es un juego y no debemos perder esta concepción.
Y en el mismo tenor Guillermo me dijo algo más: que desde que empezó a
estudiar con mi padre (siendo Guillermo ya un guitarrista notable), se dio
cuenta de que la actitud ante el instrumento, que mi padre abordaba (y lo hace
aún), es de una completa obsesión al instrumento. Un frenesí por estudiar
horas eternas practicando escalas y repitiendo una y otra vez las obras que se
han de tocar ya en la sala de conciertos (incluso considerando que mi padre ya
se ha retirado de esta actividad pública). En el ajedrez es igual. La obsesión
por el juego es un detonante de las actividades relacionadas, como el ir a
torneos, como el estudiar horas y horas partidas de otros, o bien jugar en la
red Internet o incluso, con estos pequeños monstruos de software como Fritz
o Shredder,
que nos apabullan con su precisión fría y calculadora.
Así, pienso que hay maneras de obtener un nivel razonable en ajedrez (claro,
jamás llegará al del campeón del mundo), y que podrá el lector obtener gozo
constante del juego. He aquí los pasos a seguir:
- Un estudio sistemático y cotidiano de la táctica ajedrecística.
Siendo un juego en donde se repiten las posiciones, es claro que hay
patrones establecidos que cuya práctica nos hacen reconocer posiciones para
ganar o encontrar unas tablas con un recurso extraordinario. Szusza Polgar
dice al respecto (en una columna de Chesscafe),
a la pregunta de alguien de cómo mejorar su juego: sugiero que estudie
tácticas del medio juego y técnicas del final. Hay muchos libros con
problemas de táctica de los cuales aprender. Yo le diría que empiece con
entre 10 y 20 ejercicios por día. Estos pueden ser mate en 1 o 2 jugadas, o
tácticas que involucran clavadas, dobles jaques, ataques al descubierto,
etc. En la medida que se convierta en mejor jugador y más eficiente, puede
incrementar el estudio a entre 30 y 40 ejercicios por día. Mientras más
ejercicios resuelva (teniendo el tiempo, desde luego), mejor será...
- Trabajo obsesivo en el tablero. El GM Nigel Short, en su
columna del Telegraph
habla de las virtudes de la esclavitud, preguntándose: ¿Cómo se supone
que se puedan producir obras de arquitectura monumental y además pensar
filosóficamente si uno tiene que hacer las compras, limpiar la casa y
cortar el césped? Así, se necesita disponer de tiempo para el ajedrez.
Esto es sin duda fundamental. Si sus obligaciones no le dan para más de un
par de horas a la semana para nuestro juego, pues ni modo, pero no las
desperdicie. Cuántas veces vemos televisión por horas y al final solamente
perdimos el tiempo. Planee lo que va a estudiar y empiece sin más
dilación.
Estos son, en mi opinión, los dos puntos fundamentales. Claro que se pueden
desmenuzar en temas acerca de qué estudiar, qué partidas ver, cómo sacar
provecho de la tecnología, la búsqueda de información (partidas ilustrativas
modernas), etc. De estos temas hablaremos en otra ocasión.