15/04/2009 – El psicólogo
Dr. K. Anders Ericsson, de la
Universidad Estatal de Floridano cree que las personas nazcan con
capacidades especiales o talentos que les permiten destacar. Según Ericsson, el
factor decisivo que marca la diferencia entre aficionados y maestros, es la
"intensidad" con la que alguien se dedica a una actividad. Un estudio con 30
estudiantes de violín en la Universidad de las Artes en Berlín fundamenta la
tesis del científico. La diferencia entre las capacidades de unos estudiantes y
otros únicamente dependían del esfuerzo que invertían los músicos en
perfeccionar sus habilidades. "Como regla práctica se podría decir: las personas
necesitan invertir unas 10.000 horas y 10 años para poder conseguir resultados
destacados", concluye Ericsson. Incluso las personas menos inteligentes pueden
especializarse y llegar a conseguir resultados destacados en ciertos campos.
Ericsson menciona al ex campeón del mundo Bobby Fischer como ejemplo: a pesar de
su cociente intelectual relativamente bajo, de 90, llegó a ser el mejor jugador
de ajedrez en su tiempo. Eso sí, hay que empezar desde joven, a ser posible
desde niño, a entrenarse en una cosa, para en el futuro poder dar el do de
pecho. La buena noticia para los adultos: la memoria también se deja entrenar
muy bien y se puede mejorar el rendimiento, aún siendo mayor. Hay una entrevista
(en alemán) con Ericsson, publicada en
FOCUS Online.