
La celebridad y notoriedad que a escala mundial alcanzara la cuarta edición de estos Memoriales no se debió, en modo alguno, a su militancia en la categoría 1-A de la FIDE (Federación Internacional de Ajedrez, siglas del francés); ni porque intervinieron trece GG.MM y siete MM.II, representando a quince países; ni por ser el tercer torneo de mayor fuerza entre los realizados ese año. La razón, bien inusual e inédita, sería que el jugador número 22, para redondear la nómina del evento, a desarrollarse en el Salón de Embajadores del Hotel Habana Libre, se hallaba a cientos de millas de allí, específicamente en el Marshall Chess Club de Nueva York, donde jugaría todas sus partidas por teletipo.
Luego de su impresionante victoria en el Campeonato de EE.UU en enero de 1964, al obtener el 100% de los puntos en litigio y un astronómico performance rating de 3138, Robert James Fischer decidió “tomarse un receso”. Se le hicieron varias ofertas interesantes para intervenir en torneos de nivel superior, pero todas fueron rehusadas por Bobby, sin embargo, mostró interés especial por participar en La Habana 1965.
Fischer el –jugador invencible-, dejó atrás 18 meses de inactividad
Tal vez, entre sus principales motivaciones estaba la de rendir homenaje a Capablanca, pues siempre lo consideró el mejor jugador de todos los tiempos y a cierta nostálgica predilección por Cuba, ya que fue el destino de su primera salida fuera de las fronteras patria, en febrero de 1956, sin apenas cumplir los 13 años y donde jugó varias partidas en el Club Capablanca de La Habana e incluso dio sesiones de simultánea.
Un rasgo importante de la personalidad de Fischer es su naturaleza rebelde y esta, fuera de dudas, fue exacerbada cuando conoció la decisión del Departamento de Estado de su país, negándole la visa para viajar a Cuba. La solución que se propició para la participación del “jugador invisible” resultaría ser de una connotación memorable, exaltando así este evento a los anales del ajedrez mundial.
Así las cosas, tras 18 meses de inactividad, Fischer sale de nuevo al ruedo, con plena conciencia del inmenso esfuerzo que debía realizar, ya que cada una de sus partidas debía extralimitarse del tiempo normal, incluso más de nueve horas como promedio. Tamaño handicap resultó ser un escollo bien difícil de salvar, incluso para la genialidad del joven Bobby.
Bien es cierto que encontró una tenaz resistencia frente a jugadores nominalmente inferiores, con los cuales se vio obligado a entablar y tuvo, además que soportar tres reveses, mas, a pesar de todo, su segundo lugar compartido puede considerarse como una loable actuación.
Vista del salón de juego en el Hotel Habana Libre
Frescos aun sus lauros, por la victoria compartida dos meses antes en la ciudad yugoslava de Zagreb (CAT 12 –2542,8-) con el GM Wolfgang Uhlmann (RDA), el GM yugoslavo Borislav Ivkov partía como favorito, en unión del trío soviético, para conquistar la victoria final.
En el ecuador del torneo se corroboró el favoritismo inicial de los especialistas, pues Ivkov se hallaba cómodamente instalado en el lugar cimero y había salido airoso ante dos de sus más difíciles rivales (Smislov y Fischer). Smislov, por su parte, había logrado conseguir siete victorias y su primer empate llegaría en la ronda 10 ante su compatriota Ratmir Jolmov en 22 jugadas. Ewfin Geller y Fischer compartían los lugares 3ero y 4to, siguiendo caminos bien diferentes. Mientras el GM de la URSS concertara seis empates, el norteamericano lo hacía en cuatro oportunidades, más su revés ante Ivkov en la propia décima jornada.
Al concluir la 19na ronda, todo presagiaba un feliz final de torneo para Borislav, pues, en posesión de la cima con un punto de ventaja sobre Smislov y Geller, y dos puntos completos sobre Fischer, que había tenido que soportar dos reveses sucesivos ante Geller y Jolmov. A partir de entonces, la adversidad golpea con descomunal fuerza al joven Ivkov, teniendo que aceptar dos derrotas consecutivas al final del torneo, de manos de jugadores que jamás le habían vencido con anterioridad. En la ronda 20, frente al maestro nacional cubano Gilberto García, cometería, tal vez, uno de los “blunders” mayores de su carrera, cuando en posición ganadora, en todos los sentidos, hizo 36…d3??, para tener que resignar en la siguiente movida ante un imparable mate. Ya en la 21, conduciendo las blancas ante el GM Karl Robatsch, plantea la Ruy López, donde se le reconoce como un consumado especialista a escala planetaria, sin embargo, la tensión nerviosa acumulada como consecuencia de su anterior revés, le impidieron desenvolverse de manera serena y tranquila, en este su último compromiso ante el GM austríaco que con solvencia y rapidez hacía sus jugadas hasta lograr su primera victoria ante un Ivkov totalmente desmoralizado y que veía con ojos incrédulos la inexorable realidad de perder el lugar de honor, después de gozar de ese privilegio, prácticamente desde el gong inicial de la justa.
Gilberto García y Robatsch fueron las grandes pesadillas para Ivkov, de cara a triunfar en la lid
A manera de consuelo Ivkov se llevaría a casa, el segundo lugar compartido, el mejor resultado ante sus homólogos en título, 8 puntos de 12 (+6 =4 –2) y el premio de brillantez, por su victoria frente al GM holandés Jan Heinz Donner.
Tras su derrota en la 19na ronda ante el MI cubano Eleazar Jiménez, Smislov pensaría que sólo debería conformarse con un buen lugar en la zona de privilegio, máxime cuando al siguiente día debía enfrentar a Geller, no obstante, con la ayuda no solicitada de García y Robatsch, lograría alzarse de modo apoteósico con la victoria final en solitario. Cierto es que Vasili regaló a la afición cubana con producciones de alto vuelo, tanto por su belleza como por su técnica, claros ejemplos de ellos fueron sus partidas ante Donner y el MI británico Robert Wade.
Smyslov resultó ser el gran triunfador.
El desempate favoreció a Geller para el 3er escaño. Sólo él y Jolmov se mantuvieron invictos a lo largo del certamen. Su fuerza y maestría se puso a prueba en este evento y si no alcanzó la más alta nota, fue debido a su escasa ambición para luchar por el lugar cimero. Dos claros momentos que avalan esta apreciación la podemos hallar en sus empates con negras en las rondas 19 y 21, ambas en 18 movimientos.
Geller fue uno de los invictos del torneo
Del 5to lugar en solitario se apropió el GM soviético Ratmir Jolmov. Medio punto lo separó del triple empate en el 2do puesto y sólo uno de la cima. Algunos opinaron que Jolmov debió ganar el torneo con no menos de dos puntos de ventaja y sustentaban su opinión basado en las contundentes derrotas que le asestara a Ivkov y Fischer, y el mal rato que le hiciera pasar a Geller. Su 75% de efectividad ante el cuarteto vanguardista, sería su principal credencial para dejar una muy grata impresión de su jerarquía tanto a propios como extraños. Jolmov, con aire bonachón, a diestra y siniestra, se excedería en firmar empates, lo cual significó su alejamiento de la gloriosa zona de la victoria.
El checo Ludeck Pachman hizo un torneo aceptable. Sólo inclinó su monarca ante Robatsch. En esta ocasión demostró un talante pacifista en extremo. Nos legó partidas de sumo interés, entre las que pueden destacarse las efectuadas frente a Wade y Fischer.
El siempre atractivo Jan H. Donner, con sus casi dos metros de estatura, carácter afable, esmerada educación y su peinado estilo Beatles, realizó un desempeño aceptable, mejorando en tres escaños su actuación de la anterior edición. En esta oportunidad, si bien es cierto, que perdió partidas altamente interesantes, también lograría buenas victorias ante Laszlo Szabo, Alberick O’Kelly y Robatsch.
Otro que mejoró su actuación con relación a la tercera edición fue el GM austríaco Robatsch. Ahora lograría ubicarse en el 8vo lugar, además de “ayudar’ al triunfo de Smislov, por su victoria ante Ivkov, también merece especial destaque su bonita victoria ante Pachman.
El joven GM húngaro Istvan Bilek no rindió lo que cabría esperar de él, pero puede afirmarse que siempre batalló por alcanzar la victoria. Resulta muy instructivo el triunfo que alcanzó ante el MI de Polonia Zbygnew Doda.
El campeón mundial juvenil de 1961 y actual GM yugoslavo Bruno Parma defraudó a los aficionados al entablar en 16 ocasiones, siendo diez de ellas consecutivas en igual número de ronda iniciales. No pudo reeditar su loable actuación de Zagreb 1965, pero ocasionalmente demostró destellos de su calidad, en especial, sus encuentros ante Fischer y el MI cubano Francisco J.Pérez.
Los GG.MM L.Szabo, A.O’Kelly y Georgi Tringov no lograron hallar su mejor forma a lo largo del evento. A los dos primeros su veteranía les jugó una mala pasada, mientras que al búlgaro, pese a ser un gran luchador, el éxito se mostró bien esquivo con él.
El MI Eleazar Jiménez lograría concretar uno de los mejores torneos de su vida. Su inicio fue bien incierto (2,5 puntos de 8), pero pudo disfrutar de un segundo aire, suficiente para garantizar revalidar el título que dignamente ostenta. Dos de sus principales “travesuras’ las hizo ante los colosos, Fischer (partida que concluyó en tablas, pero que Eleazar con negras pudo haber ganado) y su impecable victoria frente al ex campeón mundial Vasili Smyslov.
Jimenez vs Fischer, conduce las negras el hijo de José R.Capablanca
Eldis Cobo, Francisco J.Pérez y Gilberto García cerraron la tabla final de posiciones. Cobo muy luchador y con profundas ideas, sin embargo, el reloj, como de costumbre, fue un contrario adicional de consideración para dar al traste con sus aspiraciones de cosechar puntos. Pérez, gran parte del evento lo jugó con problemas de enfermedad, su solitaria victoria sería ante el consagrado GM L.Szabo. Gilberto García compartió el frío sótano con Pérez, Gilberto con su peculiar estilo de “todo o nada’ tuvo un sensacional protagonismo, luego de alcanzar una increíble victoria ante Ivkov y cambiar radicalmente la espectacular batalla en la cumbre.
La organización del evento alcanzaría categoría de cinco estrellas, al cuidar de los pequeños y grandes detalles con esmero y solvencia. Fuera de dudas, nunca antes un torneo ajedrecístico en el Nuevo Continente, y tal vez en el mundo, había gozado del incondicional apoyo de los medios masivos de difusión, la prensa escrita mantuvo una intensa y minuciosa actividad para llevar todas las incidencias de este histórico certamen, del mismo modo se comportaron la radio y la televisión empleando muchas horas de transmisión.
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Texto y fotografías históricas, proveídos por Romelio Milián González