El rey que desafía el tiempo
por Carlos A. Ilardo
Lo que pasó antes....
Karpov y su primera esposa Irina, en 1979
Najdorf observa a Karpov en Bs.As, en 1980 (Karpov era campeón)
Campeón rey en Merano, en 1981
Equipo ruso en las olimpíadas de Lucerna en 1982
Las 2 K en Setiembre de 1984, en el match que fue suspendido
Karpov en 1984, el mismo match
2do match, en Moscú, en noviembre de 1985
Tras casi seis horas de intensa lucha de una Defensa Sicilina, el mayor de
los maestros extendió su mano en señal de abandono; así, Kasparov se convertía,
por entonces, en el campeón mundial más joven de la historia del ajedrez (ni
siquiera aún había nacido Ponomariov). Una multitud aturdía aquella sala al
grito de “¡¡¡Garry, Garry, Garry!!!” y en la calle algunos ensayaban el paso de
la Lezginka, el baile nacional del Cáucaso. Había nacido un nuevo Rey. La gesta
de un fenómeno del ajedrez había comenzado...
Moscú, 7 de noviembre de (vídeo)...
La partida disputada en Moscú en 1985, Karpov con blancas, la n° 24 del match...
Consagración de Kasparov en 1985
Con aquella victoria por 13 a 11 Kasparov había ratificado su liderazgo
al frente del ranking de la FIDE. Dos décadas después, ya sin corona y
retirado de la alta competencia hace nueve meses desde el torneo de Linares
(en marzo de 2005) todavía su nombre ocupa el puesto de N°1 del mundo;
Kasparov reina sin jugar. Una gesta para la memoria.
“Después del encuentro, mis entrenadores y yo nos abrazamos detrás de las
cortinas, antes de que cortaran el paso de la calle Gorki los gritos de la
multitud en la copiosa nieve. Un reportero me preguntó como me sentía
“Otlichno” (excelente), grité. Era la verdad, pero no reflejaba la auténtica
excitación de aquel momento sublime y delirante. Cuando volví a nuestro
“Palacio” como lo llamábamos, fui de habitación a habitación durante quince
minutos gritando de pura alegría animal. No creo que nunca vuelva a
experimentar un sentimiento tan grande de satisfacción. Es suficiente haberlo
sentido una vez en la vida. La gente me pregunta si es como enamorarse. Tengo
que decir que es incluso mejor, quizá porque es totalmente incomparable, esa
sensación de haber demostrado que eres el mejor del mundo, de haber alcanzado
finalmente el objetivo que te propusiste muchos años antes, de haber superado
cada obstáculo del camino, de saber que nada, sin que importe lo que suceda el
resto de tu vida, pueda quitarte este éxito, ya que te has convertido en parte
de la historia ”, dicho por Garry Kasparov en su autobiografía “El Hijo del
Cambio”.
Match en Londres 1986
Quizás para comprender el valor de estas palabras se necesite un breve
repaso de la carrera ajedrecística de uno de los mayores genios del mundo
del ajedrez, que a los 11 años recibió el primer elogio de su maestro, el
patriarca del ajedrez ruso, Mijaíl Botvinnik. ““En las manos de este joven
está el futuro del ajedrez” tras un empate que el chico le arrebató en una
exhibición simultánea y que un año después, a los 12, se adjudicaba el
campeonato juvenil soviético frente a rivales de 18 años.
En 1975 en tiempo de la Guerra Fría en la URSS, algunos expertos comparaban
las hazañas frente al tablero del prodigio azerbaijano con las de un genio
norteamericano, llamado Bobby Fischer.
A los 16 años, en 1978, Kasparov se adjudicó el primer torneo en el
extranjero, en Banja Luca (Yugoslavia) y dos años después obtenía el
campeonato mundial juvenil, en Dortmund (Alemania). A los 19, se consagró
campeón soviético.
Sin embargo cuando la felicidad era brisa amable en el horizonte de
Kasparov su ascenso vertiginoso chocó contra el poder oculto de la política.
“Por el momento tenemos un campeón mundial y no necesitamos otro” fue la
irónica respuesta del jefe del departamento de ajedrez del comité deportivo,
Nikolai Krogius ante la interrogación de Kasparov de porqué lo marginaban de
participar en los mejores certámenes. Rápido de reflejos, el azerbaijano leyó
el juego con la precisión de un maestro: querían detener su avance, que no
fuera un obstáculo en la carrera de Karpov.
Por eso Kasparov buscó aliados en la perestroika y glasnot, y junto al
poder del Mijail Gorbachov derrotó a la burocracia comunista que protegía al
campeón.
En 1983 Kasparov se clasificó al torneo Candidatura, entre sus vencidos
estuvieron el ucranio Alexander Beliavsky, el suizo Víctor Korchnoi y el
ruso Vassili Smyslov. En 1984 Kasparov se convirtió en el desafiador del
título mundial en poder de Karpov.
Kasparov con Smyslov
...con Korchnoi...
... y con Beliavsky
La batalla comenzó 10 de septiembre de 1984 en la Sala de Columnas de la
Casa de la Unión Comercial, cerca de la perspectiva Marx y de la calle
Pushkin, en el mismo corazón de Moscú. En ese lugar los líderes soviéticos
fallecidos están de cuerpo presente entre 28 columnas blancas, sobre unas
alfombras rojas en un suelo de mosaico y bajo un arco iris de diamantes
formado por unas centellantes lámparas de cristal. Ese Palacio fue construido
en el siglo XVII y se usaba como la Casa de la Asamblea de los nobles. Allí se
jugó el torno de Moscú, en 1936 y el propio Karpov fue consagrado campeón
mundial en 1975, por el Dr. Max Euwe.
Histórica foto de tres ex campeones mundiales, Karpov, Tal y Kasparov
El Presidente
Gorbachov
Caricatura de Karpov
Al comienzo del match Karpov tuvo un ataque arrollador; tras nueve juegos el
campeón se imponía 4 a 0, en la 27ma. partida llegó la quinta victoria de
Karpov. La suerte de Kasparov parecía estar sellada. Sin embargo sucedió el
milagro. Se acentuaron los empates, Karpov perdió confianza y tras veinte
partidas, Kasparov sumó dos victorias.
La demora de la definición del match obligó al cambio de sede; se mudaron a
casi 10 Km. de Moscú, al hotel Sport. La mudanza le dio un respiro a Karpov.
Pero fue pasajero.
Tras la reanudación, en la 48va. partida, Kasparov sumó otra victoria y se
acercó en el marcador, ahora las cosas estaban 5 a 3.
En ese instante el presidente de la FIDE, Florencio Campomanes, aliado
político del dictador filipino, Ferdinan Marcos suspendió el match. Sus excusas
dieron pena a la tristeza. La Federación Rusa había salvado a “su” campeón. El
15 de febrero de 1985 se anunció la suspensión; el 3 de septiembre, en la sala
de concierto Tchaicovsky, en Moscú, se dispuso la reanudación de un nuevo match,
con límite de 24 partidas.
Tras casi 60 días, el 9 de noviembre, Kasparov logró la hazaña.
Match en Leningrado en 1986
Durante seis años la 2K más famosas del ajedrez protagonizaron tres nuevos
matches por el título mundial, con 144 partidas en total (21 victorias para
Kasparov, 19 para Karpov y 104 empates). A lo largo de sus carreras jugaron 180
partidas, con 36 triunfos de Kasparov y 21 de Karpov.
Anatoly Karpov
Garry Kasparov
Hoy se cumplen 20 años de aquella gesta de la que emergió, acaso, uno de los
mejores ajedrecista de la historia. Aún, el indiscutible Nº1 del mundo. Garry
Kasparov, un rey que desafía al tiempo y que se resiste a ser un recuerdo.