Ajedrez social y terapéutico 18

por Juan Antonio Montero
21/09/2016 – La entrevista y portada son para un personaje extraordinariamente polifacético y fructífero: el argentino Alejandro Oliva. Relacionado también con el arte, una muestra del poeta y ajedrecista almeriense Juan Antonio Moreno Ávila: versos concisos pero a la vez densos, profundos y muy bellos. Marina Sánchez, nos ofrece un trabajo sobre ajedrez, envejecimiento cerebral y mayores. Además hay obras de los 3 ganadores del concurso de relatos. Uno de ellos es Pablo Martínez, cuyo texto tenemos el placer de presentarles, además de la revista en formato PDF...

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Antes de pasar a enumerar el contenido de este número, como ya es habitual, hablaremos de acontecimientos  del ajedrez social y terapéutico. El Club de Ajedrez Magic Deportivo-Social lanza su tercera oferta anual de cursos el 3 de octubre : una oportunidad para adquirir formación de la máxima calidad en estas aplicaciones (publicidad en el interior). Por su parte, nos alegra mencionar que la Fundación Kasparov de Ajedrez para Iberoamérica organiza un gran encuentro en la UNAM a finales de octubre (publicidad en última página) más otros actos en diferentes Estados mexicanos.

Pasando ya a nuestra revista, nos congratula ofrecerles una nueva entrega de gran calidad: La entrevista y portada de este número es para un personaje extraordinariamente polifacético y fructífero, el argentino Alejandro Oliva. Era ya obligado dedicarle la portada a un profesional y artista que ofrece tanto al mundo del ajedrez.

La revista número 18 para descargar (en formato PDF)

Relacionado también con el arte, presentamos una muestra del poeta y ajedrecista almeriense Juan Antonio Moreno Ávila : versos concisos pero a la vez densos, profundos y muy bellos.

Marina Sánchez , Máster en Marketing e Investigación de Mercados, nos ofrece un trabajo de plena actualidad sobre ajedrez, envejecimiento cerebral y mayores: las modernas neurociencias se imponen.

Y nos alegra muchísimo presentar los trabajos de los tres ganadores de nuestro Primer concurso de relatos que tanto éxito ha tenido: Pablo Martínez Rodríguez, experto en intervención social, Raúl Esteban Aparicio , monitor de ajedrez y especialista en ajedrez terapéutico y Santiago Bertault, profesor, monitor de ajedrez y árbitro de la Federación Asturiana, tres artículos extraordinarios, que muestran la gran vitalidad de estas modernas aplicaciones del ajedrez. Que los disfruten.

Ajedrez social y terapéutico
Octubre / MMXVI / Número 18
Juan Antonio Montero.

Ajedrez social con jóvenes: la experiencia de Fundación Cruz de los Ángeles

Últimamente se habla mucho sobre ajedrez educativo, terapéutico y social. Se ha escrito mucho ya sobre los beneficios y aplicaciones de uno y de otro, pero no son tantas las experiencias concretas conocidas, más allá del formidable trabajo del Magic (Extremadura) o de  Ajedrez Social (Andalucía), ni existe apenas material guía de referencia. En este artículo, se presenta una experiencia concreta de Ajedrez Social desarrollada en Asturias, con menores tutelados por el Principado a través de la Fundación Cruz de los Ángeles, y se pretende aportar al mismo tiempo algunas estrategias prácticas.

La Fundación Cruz de los Ángeles trabaja con y para  la infancia y la juventud en general, con especial atención a las situaciones de desamparo, conflicto social, o simplemente con desavenencias familiares. En su misión está promover una educación y atención integral de los menores, mejorar su calidad de vida y prepararles para la vida autónoma. Y como parte de su intervención para cumplir estos objetivos, desde el pasado curso, ha apostado por el Ajedrez como útil herramienta, tanto en Asturias, como en sus sedes en Cantabria y Castilla-León.

¿Cómo? Con un proyecto destinado fundamentalmente no a formar grandes ajedrecistas, sino a que los destinatarios y destinatarias mejoren su capacidad  de análisis en la toma de decisiones y resolución de problemas, potencien su creatividad y autoestima, y afiancen modelos relacionales basados en el respeto
y la igualdad de oportunidades.

¿Y cómo se plasman estas frases tan bonitas en la práctica? Durante el pasado curso, coexistieron hasta 8 grupos distintos repartidos en diversos puntos de la geografía asturiana: cuatro unidades familiares (donde viven los menores), dos unidades de socialización (unidades donde residen, pero de contención no lesiva) y dos centros de día. En las sesiones, de hora y media de duración, se enseñaba ajedrez como base, claro. Pero solo como principio. Solo como medio. Como ya sabemos, no se trata de clases de ajedrez al uso, como en una extraescolar de un colegio o como en un club.

Recordemos que aquí los objetivos son diferentes, por lo que no procede el uso permanente de los manuales clásicos de ajedrez, si no que las sesiones requieren la elaboración propia de ejercicios y dinámicas y una gran adaptación a las características del grupo. Porque hasta el momento, han proliferado libros de ajedrez educativo (algunos de ellos excelentes), pero el material guía de Ajedrez Social se limita a artículos puntuales en revistas especializadas o en algún blog particular. En estos grupos, tampoco procede, lógicamente, un monitor cualquiera: además de lo descrito, requiere empatía, mucha experiencia, gran dinamismo, capacidad de resolución de conflictos...

¿Y cómo son las sesiones? Íbamos enseñando ajedrez, para poder realizar luego ejercicios concretos. Por ejemplo, una práctica habitual, recomendable durante los primeros meses (una vez adquiridas las reglas), es dedicar un tiempo al “come-come”, variante donde, quien primero se quede sólo con el rey, gana, siendo obligatorio capturar una pieza rival siempre que se pueda. Al ser mucho más sencillo que el ajedrez clásico, evita casos de frustración. No se trata de comerle las piezas al rival para darle jaque mate más fácilmente a medio plazo (la esencia del ajedrez), lo que puede no resultar tan sencillo para algunas personas.

Todo lo contrario, el objetivo principal de esta variante del juego es ¡que el rival te coma todas tus piezas! En una partida clásica, perder piezas y no poder comer las del rival genera frustración, desánimo y poco a poco desinterés por el juego. Al darle la vuelta a las reglas tradicionales, resulta muy fácil seguir enganchado al tablero: regalarle todas las piezas posibles al rival. Cuantas más pierda, más me enfado, ¡más me alegro!, aunque luego acabe perdiendo igualmente. E importante, a pesar de ello, no estaremos dejando de concentrarnos, ni de pararnos a pensar, de calcular las distintas opciones (tanto propias como del rival) ni de divertirnos.

Otra dinámica práctica, recomendable para fomentar el trabajo en equipo, la coordinación y el respeto, es el Ajedrez por parejas. En esta ocasión, los enfrentamientos se harán dos contra dos, pero con un sólo tablero. Es
decir, una pareja jugará con blancas, y otra con negras. Antes de realizar cada jugada, la pareja deberá ponerse de acuerdo en un periodo razonable de tiempo, ya que la partida se juega con reloj, y es otro factor a gestionar. A su vez, tenemos también la versión muda : en este caso, las parejas no pueden hablar, y cada miembro deberá realizar un jugada alternativamente, siguiendo siempre el mismo  orden. Este ejercicio nos ayudará a trabajar coordinados, a mantener la concentración de forma activa y a respetar doblemente el turno de juego (en este caso, no sólo el del rival si no también el del compañero/a).

Un tercer ejemplo, dejando el tablero a un lado momentáneamente, es un sencillo ejercicio de matemáticas camuflado de ajedrez: cada persona escribe en columna diez números comprendidos entre el 1 y el 25, y le pasa el folio al compañero o compañera de su derecha. Como ya habremos enseñado el valor de las piezas, cuando se reciba el folio, se deberá anotar qué suma de piezas alcanzan cada una de las diez cifras. A esta instrucción, se le pueden añadir pequeñas restricciones que dificulten el ejercicio: usar sólo las piezas de la posición inicial, no poder usar tres veces una misma pieza, utilizar el menor número de piezas posible, etc. Y luego corregiremos entre todos.

Como estos, son muchos los ejercicios que hemos utilizado en estos grupos de Ajedrez Social: sopas de letras y crucigramas con conceptos aprendidos, análisis y debate sobre cuentos y vídeos temáticos, manualidades, etc., que requerirían de más espacio para su explicación detenida. En nuestra experiencia, entre estos ocho grupos, repartidos en seis núcleos de población distintos, participaron cerca del centenar de menores. Como colofón y cierre de curso, se organizó un encuentro conjunto (que no un torneo), en el que se proyectó “La fiebre del Ajedrez”.

A continuación, cada participante tenía que completar la siguiente ficha: Tendrás que jugar al menos tres partidas, utilizando el reloj a 10 minutos por persona. Podrás escoger a tus rivales, pero deberás jugar con:

1) Una persona de tu misma edad
2) Una persona mayor que tú
3)Una persona más pequeña que tú
Si te da tiempo a jugar más partidas, puedes jugar contra:
4) Alguien que no conocieras previamente
5) Un educador o educadora

Y para terminar, una merendola final. Tanto los y las participantes, como los monitores de ajedrez como las responsables de la Fundación, coinciden en que el proyecto tuvo resultados muy positivos, y no dudan en la continuidad, lo que nos hace seguir formándonos y trabajando con ilusión en el material para este segundo curso.

Texto: Pablo Martínez Rodríguez (trabajador social, experto en Intervención social con Infancia, Familia y Adolescencia; coordinador del CTD Naranco Ajedrez)

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En breve: Ajedrez Educativo en la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México)

Enlaces


Juan Antonio Montero, psicólogo y presidente del Club de Ajedrez Linex Magic

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