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El grabado es una de las técnicas artísticas más antiguas. Su componente principal es una plancha de metal, normalmente de cobre o zinc, sobre la que se talla una imagen con una aguja afilada, formando así una matriz. El proceso de impresión es largo y arduo y requiere de considerable pericia.
Las antiguas culturas orientales, como Japón o China, consiguieron con la impresión grandes logros artísticos. En un primer momento se empleaba una presión ligera para imprimir, pero con la invención de la prensa de imprenta se desarrollaron nuevos estilos y variantes. Algunos de los más grandes artistas adoptaron esta técnica para crear una parte importante de su producción, como por ejemplo Rembrandt, Durero, Blake y Goya.
Con el paso del tiempo la prensa de grabar conoció algunas mejoras técnicas, sustituyéndose la madera por componentes metálicos, más fuertes y engranajes más suaves, pero en lo básico su forma y uso siguen siendo como en la antigüedad.
La prensa de grabar de Rembrandt se conserva en su casa museo en Ámsterdam
Hay muchas variantes y subvariantes de impresión que, combinadas y mejoradas con tintas de color o con un pintado a mano tras la impresión dan como resultado un rico y elaborado trabajo en papel. Uso la forma de grabado más pura y tradicional, sin ninguna desviación de fantasía.
Con nostalgia, vuelvo la vista 25 años atrás, cuando en Australia, entonces con un contrato como profesora universitaria, aprendí a hacer y produje mi primer grabado. Fue gracias a mi afortunado encuentro y amistad con una gran artista y persona, Memnuna Vila-Bogdanich (1934–2004), ue me instruyó personalmente en el arte del grabado y me facilitó su estudio en Perth (Australia) Mi primer grabado tuvo un caracter muy personal, dedicado a mi relación postal a larga distancia con mi madre.
My Mother’s Letter, 1989, aguafuerte, edición limitada, 12, 25 X 25 cm
Mi involucración con el ajedrez me impulsó a retomar esta técnica tras un largo paréntesis y producir seis piezas de ajedrez que, con mis pinturas de ajedrez, completan el ciclo de trabajos con el ajedrez como tema.
De vez en cuando tengo que explicar a mis amigos, y en especial a los ajedrecísticos, la verdadera naturaleza y el mérito artístico de la impresión, así que haré un breve resumen para los lectores también.
No hay mucha gente que esté al tanto de las sutilezas del proceso de producir un grabado. Básicamente es una técnica de impresión que consiste en obtener varias copias idénticas de una imagen. Normalmente se trata una edición limitada a un número de ejemplares decididos por el artista. Multiplicar el mismo trabajo disminuye su valor, en comparación con el que tendría una única obra, por lo que el valor de venta es considerablemente más bajo.
Sin embargo no debe confundirse con la impresión masiva asociada con los periódicos, carteles, etc. La única similitud es el uso de una máquina, la imprenta. Mientras que los procesos industriales pueden producir millones de copias y páginas de una tacada, la prensa de grabado solo puede producir una copia de cada vez. El proceso completo (tintado, limpieza del exceso de tinta, preparación del papel, que debe estar humedecido hata un nivel adecuado, pasarlo por la prensa, secarlo, hacer las correcciones, aplicar los toques finales, colorearlo a mano, , etc.) se debe repetir meticulosamente con cada copia, individualmente. La producción de una sola copia es larga, estenuante y requiere la máxima precisión y paciencia. En efecto, en términos de creación, cada impresión es un "original"; el término "múltiple" aqyí se refiere solo a la repetición de la misma "imagen".
Las planchas recién grabadas. Las partes negras son el fondo del grabado y las anaranjadas es el cobre grabado con imágenes de ajedrez.
Una plancha de cobre o zinc se recubre primero con una cera o barniz resistente al ácido llamado ‘fondo’. El artista entonces dibuja sobre el fondo con una aguja de grabado para dejar al descubierto el metal que hay debajo. Cuando se completa el diseño, la plancha se sumerge en ácido, que corroe las líneas en las que el metal ha quedado expuesto. La profundidad de las líneas depende del tiempo que se exponga la plancha al ácido. Cuando se termina el "mordido", que no dura má de unos pocos minutos, dependiendo de la fuerza del ácido, se lava el fondo y se seca la plancha, que queda lista para ser entintada.
La plancha grabada con el fondo lavado, listo para una nueva tintada
Se aplica la tinta de grabar en toda la plancha, pero con especial atención a que llegue a las líneas grabadas. El exceso de tinta se limpia con un tarlatán o papel. Se coloca un papel humedecido encima de la cara entintada de la plancha, se cubre con mantas de fieltro y se mete en la prensa de impresión. Por medio de la presión se trasfiere la tinta de la plancha al papel.
El papel con la imagen impresa tendido para secar
Las primeras copias son pruebas, que se llaman ‘pruebas de autor’. Sirven para conseguir el estado final deseado de la imagen antes de pasar a imprimir toda la serie. Cuando se imprime la última copia de la edición, la plancha puede estar desgastada, pero incluso aunque no fuese así se supone que el autor debe destruirla para que la edición limitada sea realmente limitada. Esto no siempre sucede y en ocasiones el mercado puede inhundarse con copias adicionales creadas fraudulentamente, lo que ocasiona dificultades a los marchantes, historiadores y asesores a la hora de establecer la originalidad y el valor de una impresión.
Hoy en día hay tintas de grabar en muchos colores; sin embargo, la impresión en blanco y negro es la tradicionalmente aceptada como imagen clásica y elegante. Luego pueden colorearse a mano con acrílico, óleo o cualquier otro tipo de pintura. Yo prefiero el blanco y negro. También a veces me gusta usar el marrón siena oscuro para dar un aspecto antiguo. Los colores también pueden invertirse con un método de tintado alternativo, por medio de un rodillo.
Una torre 'antigua' en negativo
Sin embargo, la versión coloreada tiene amplia aceptación, así que las piezas de ajedrez que hice existen en ambas versiones: blanco y negro y coloreadas a mano. Usé algunas imágenes simbólicas para diseñar el fondo con formas geométricas y decoraciones vegetales en función de cada pieza.
El rey se asienta en un espacio parecido a un altar dentro de un tablero de ajedrez parcial, rodeado por ramas de hiedra y laurel, símbolos de la victoria [Ampliar: b/n – color]
La dama se admira a si misma en un espejo, entre rosas [Ampliar: b/n – color]
La torre se asienta como un castillo rodeado de plantas de pantano [Ampliar: b/n – color]
El alfil está rodeado de líneas diagonales con tulipanes como decoración [Ampliar: b/n – color]
El caballo está en un campo con forma de L, con amapolas y cereales [Ampliar: b/n – color]
El peón camina entre flores primaverales [Ampliar: b/n – color]
Los grabados de la parte superior son de 25 x 25 cm (la imagen) y de 38 x 35 cm (montados) La edición de cada grabado está limitada a 50 ejemplares y el precio es de 450 EUR en blanco y negro y 550 EUR en color, más 50 EUR si los quiere enmarcados, en un material libre de ácido con calidad de museo, para conservar el papel, que es frágil y propenso a deshacerse y motearse.
Esta serie de seis permite muchas composiciones en la pared. Pueden mostrarse individualmente o en pequeños grupos, en horizontal o vertical. Sus tamaños, al enmarcarse, pueden variar, pero el más pequeño estrái entorno a 46 x 43 cm.
Una presentación sencilla en una pared, con la seis piezas con marcos finos, simples
También se pueden preparar disposiciones con más inventiva, como colocar todas las piezas en un mismo marco, creando un gran "cuadro" en vertical u horizontal. Puede llegar aproximadamente a los 70 X 100 cm.
Puede que haya notado una ligera anormalidad con respecto al caballo. Mi amigo Stewart Reuben (un organizador internacional bien conocido y árbitro, amante de la precisión), al ver las imágenes comentó en un correo electrónico: ‘estoy habituado a ver al caballo mirar en la dirección contraria.’. En realidad en el dibujo original, el caballo mira en la dirección "correcta".
El caballo en una fase temprana, acabado de grabar, con el fondo en elaboración
Sin embargo, pasé por alto el efecto espejo que le ocurre a la imagen cuando se imprime. Bueno, ahora ya no se puede hacer nada y este caballito mirará en la dirección menos habitual.
Suze da el visto bueno, o sea que así queda
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