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No se podrá saber con toda seguridad, sí Alexandre Deschappel era el jugador más fuerte del siglo XIX que jugaba en el Café de la Régence. Lo que sí está claro es que era uno de los personajes más ambiguos en la historia del ajedrez. La gente le adoraba, le temía o le despreciaba. Deschapelles falleció hace unos 140 años.
En realidad, su nombre completo era Alexandre Louis Honoré Lebreton Deschapelles. Su padre Louis Gatien le Breton, conde de Chapelles, trabajaba como guardia de corps de Versalles. Había nacido en Nueva Orleans (EE. UU.) y había sido recomendado como oficial de la caballería, con lo que le contrataron en Versailles sin vacilar mucho.
De esta manera, la carrera de Alexandre Deschapelles, el hijo de Louis, quedó predestinada automáticamente. Le mandaron a la Academia Militar de Francia, en Brienne, el mismo sitio donde unos años antes Napoleón Bonaparte también había recibido su formación profesional. En 1794, es decir, en el quinto año tras la revolución francesa, los padres de Alexandre Deschappelles y sus tres hermanos se marcharon a Alemania. Esa fue una buena razón para que la academia militar, echase al joven hijo del conde de la institución. Alexandre se apuntó al ejército de la libertad porque quería obtener fama y honor, en el ejército de Napoleón de todas maneras.
Su carrera como soldado de combate se acabó pronto en el campo de batalla de Fleuros, en verano de 1794 cuando Dechapelles perdió su mano derecha. Aún así, el chaval de 14 años se quedó en el ejército. A partir de entonces fue responsable de todo lo que necesitaban los soldados durante sus campañas. Lo único que no tenía bajo su control eran las armas y la munición. De esta manera también luchó cuando el ejército de Napoleón atacó a los prusianos en 1806 y a los españoles en 1808. En esta última ocasión, sin embargo, lo capturaron. Tras huir del campamento español, llegó a conocer al mariscal Michel Ney (a quien Napoleón había dado el apodo "el más bravo de los bravos"). Alexandre ocupó un puesto de "comisario de recaudación de impuestos de tabaco", en Estrasburgo. Únicamente en 1815, cuando Napoleón regresó del destierro en Elba y había recuperado el poder mediante un golpe de estado, Deschappelles también fue reactivado como "especialista en cuestiones logísticas". Ney le atrajo con la promesa de nombrarlo general.
Tras tan solo 100 días, todo se acabó con la tremenda derrota en Waterloo. Deschapelles, que hasta entonces no había visto muchas más cosas que la guerra y el trabajo en el ejército, se quedó en la nada. Entonces tenía solo 35 años, pero lo jubilaron de manera permanente. Manco y con la parte derecha de su cara un poco deformada por un golpe con un sable, Alexandere Deschapelles buscaba nuevos retos. Los encontró en el Café de la Régence en París y jugando al "whist", lo que hoy se conoce como "bridge", al billar y al ajedrez.
Aunque todo eso suena bastante mal, no deberíamos tener demasiada compasión con Deschapelles. Dicen que era una persona muy desagradable: mandón, malvado en sus comentarios, desenfrenado en sus insultos, vanidoso, fanfarrón y además le gustaba "adornar" sus historias con "hechos alternativos", tal y como los solemos llamar hoy en día.
Dice una leyenda que Deschappelles aprendió a jugar al ajedrez sólo en 1798, directamente en el Café de la Régence. El primer día aún perdió tres de las partidas que jugó, pero el segundo día, ya aguantó invicto contra el mejor jugador que solía frecuentar el local. Lo que contó Deschappelles, sobre sus viajes a Berlín y Hamburgo en 1806 y 1807 también son obras de su fantasía. Afirmó que había dado una torre de ventaja a todos los oponentes con los que se enfrentó, pero que aún así no había perdido ni una sola partida. Cuando una revista inglesa puso en duda esas hazañas, Deschapelles se puso furioso y gritó que la palabra de un general francés debería ser prueba suficiente para afirmar la veracidad de lo dicho.
Deschappelles (de abrigo amarillo) en el Café de la Régence
Aunque seguramente no era cierto todo lo que comentaba Deschapelles de si mismo, sí puede ser verdad que entre 1816 y 1830 aproximadamente, fue el mejor ajedrecista de París (aunque la mayor cantidad de dinero la ganase en la mesa de cartas y no con el ajedrez). Por lo tanto, tampoco es extraño que exista un "Descappelles Coup" en el bridge.
Desde luego, sus alumnos sí apreciaban, si no tanto a la persona, si la fuerza de juego del maestro Deschappelles. Cuando éste se dio cuenta de que ya no podía vencer a todos sus alumnos, se retiró del ajedrez. Otra cosa que influyó en su decisión de mudarse al campo fue que le detuvieron porque se creía que había formado parte de un complot contra el rey Luis Felipe. Deschappelles abandonó París y comenzó a cultivar fruta y verdura en el campo. Muchos pensaban que se trataba de un pasatiempo, pero al parecer tenía mano izquierda (en el mejor de los sentidos) para eso y formó una empresa rentable con esa actividad. Durante los años cuarenta comenzó a padecer molestias de salud y regresó a París, para estar cerca de los médicos. Falleció tras una larga enfermedad el 20 de octubre de 1847.
Quedan pocas pruebas que pudieran servir para evaluar la fuerza de juego de Alexandre Deschappelles. He aquí al menos dos ejemplos:
Partida con hándicap: las negras permitieron un movimiento de ventaja a las blancas.
Traducción: Nadja Wittmann (ChessBase)
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