Alina en el país del otro tiempo

por ChessBase
12/04/2012 – En Túnez parece que el tiempo tiene otro significado y su propia dinámica. Así lo vivió Alina L´Ami, acostumbrada al ritmo europeo, en su viaje a ese país. El torneo femenino al que había sido invitada no tuvo lugar, por falta de participantes y tuvo mucho tiempo para hablar con la gente, llegar a conocer el país y sus habitantes y para aprender sobre el tiempo. El tiempo fluye como si fuese un río. Hay que aprovecharlo, porque si no se pierde. Por eso tendemos a sentirnos frustrados si tenemos que esperar, con tantas cosas que hacer. Por otra parte, cuanto más rápido se trabaja, más se va consumiendo el tiempo. En cambio, si descansamos más y nos apuramos menos, y miramos las cosas con más tranquilidad, ¡es posible frenar el tiempo! Así no pasa tan rápidamente o, dicho de otra manera, ¡el tiempo nos e-s-p-e-r-a!

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Jueves, 12 abril de 2012

I Festival de Ajedrez "Checkmat" en El Haouaria (Túnez)

Reportaje ilustrado por Alina L´Ami


El torneo A fue a dos vueltas. Se coronó vencedor Mohamed Haddouche
de Argelia con 7,5/10, que obtuvo norma de GM



El grupo B, con Kirill Stupak, de Bielorrusia en primer plano. Sumó 6,5/9.


Deimante Daulyte, de Lituania participó en el torneo magistral
después de que se hubiese cancelado el torneo femenino por falta de participantes



No lo ves, verdad...


Nesrine Baktache, la recién coronada Campeona de Túnez 2012


La clausura con los nuevos campeones nacionales Nesrine Baktache y Amir Zaibi


Ya debía haber comenzado la ronda, pero el personal sigue en el picnic


¡Harissa! No, eso no es un estornudo sino una sala que casi obligatoriamente acompaña todas las comidas


¿Para qué apurarse si la vida también funciona al ritmo tranquilo?


Tranquilos. Primero una siestecita...

Me enseñaron que la manera más fácil para estar feliz es siempre ver el lado positivo de todo aunque a primera vista parezca negativo.




Si hay que esperar por algo, se puede pasar el tiempo haciendo otras cosas, por ejemplo, jugando al ajedrez relámpago.

El horario de las rondas del torneo cambiaba continuamente. A veces el comienzo de la ronda era aplazado una hora y en otras ocasiones, cuatro. Una vez incluso un día entero. De esta manera, la gente siempre estaba en estado de alerta, listo para dar el salto y para ver lo que iba a traer el futuro. Eso también llevaba consigo que no cabía otra que estar casi todo el tiempo presente en la sala de juego, desde la mañana hasta la noche para no perderse la ronda, que podría empezar en cualquier momento.

El torneo abierto estaba ideado para que la gente pudiera obtener normas de MI. Pero eso no fue posible. Cada poco algún jugador abandonaba el torneo y entraban otros nuevos. Todo eso, a toda velocidad y sin aviso previo. Comenzamos a bromear que el torneo podía terminar como abierto con 30 jugadores, pero lo mismo podía concluir como una liga entre diez".


El torneo abierto por sistema suizo fue ganado por Sarwat Walaa, de Egipto con el marcador final de 7,5/9


Árbitros, organizadores y presidentes: Abdalla Khaled Elnami (con chaqueta de color marrón claro) y el de la federación iraquí, Dhafer Abdul Ameer Madhloom (con el documento en la mano) intentando saber lo que está pasando

Los organizadores abandonaron la idea del torneo femenino en el que yo iba a jugar, porque no había suficientes participantes. Eso para mi tuvo la ventaja de tener más tiempo para hablar con la gente y para ver el país. Es un lugar fantástico. Lleno de contrastes.




Podría ser también la costa mediterránea de España o Francia, ¿verdad?


Un puerto deportivo


¿Y eso? ¡Parece Holanda!

Pero en realidad todo es Túnez.


Aquí va mi foto favorita. Al fondo se ve el pueblo de El Haouaria





El tiempo. Un capítulo aparte en Túnez.

Tengo que decir que "el tiempo" es un tema particular en Túnez. Tiene su propia dinámica. El tiempo fluye. Como si fuese un río. Hay que aprovecharlo, porque si no, el tiempo se "pierde". Por eso tendemos a sentirnos frustrados si nos tenemos que quedar esperando, si siempre hay tantas cosas que hacer. Pero por otra parte, y al pensarlo de manera algo filosófica, cuanto más rápido uno trabaja, tanto más rápido se va consumiendo el tiempo. En cambio, si descansamos más y y nos apuramos menos, y si nos tomamos el tiempo para mirar las cosas con más tranquilidad, ¡es posible frenar el tiempo! Así no pasa tan rápidamente, o dicho todavía de manera más positiva:

¡El tiempo nos e-s-p-e-r-a!


Así se puede disfrutar del tiempo, aunque sea esperando: con un buen vaso de té de Túnez, fuerte y con un ligero saborcillo a piñones


Y para acompañar un poco de dulce


Y un poco de música

Uno de los conductores me contó que no había pegado ojo desde hace 50 horas y que seguía trabajando. Lo dijo con una sonrisa y sin quejarse. Es más, dijo que le alegraba mucho que yo quisiera conocer el país. De repente murmuró algo de hambre y en menos de diez minutos paramos en un sitio y el conductor llamó a la puerta. Abrió una mujer joven y nos invitó a entrar y cocinó para nosotros. Llegó a ser mi amiga más reciente.

Sin la increíble hospitalidad de los tunecinos, nunca habría visto tantas cosas. Pero también hubo algunas sorpresas. Hay una refrán que dice: "No cuentes los pollitos antes de que todos hayan salido del huevo". Intenté varias veces ver Túnez, Cartago y el famoso museo Bardo, pero no lo conseguí. Para abreviar: falta de comunicación y coordinación. Pero aún así mereció la pena ver la capital de Túnez y sus afueras durante un instante.


¡No es Grecia sino Sidi Bou Said!

Primero pensé: "Bueno: visto y listo". Pero cuando empecé a recorrer las calles con sus maravillosas puertas azules y casitas blancas tenía ganas de quedarme más de los 30 minutos programadas para ver aquello.










Un vendedor ambulante de jazmín




Mis amigos tunecinos se dieron cuenta rápidamente de mi afición por las puertas pintadas de colores y me regalaron esa postal


Los grandes maestros Azer Mirzoev y Marian Petrov delante de la gran mezquita de Túnez





Deimante


Imen Ayat, la novia de Kamel Meddeb (en el centro), patrocinador del festival. A su lado Kamel Njili, el organizador.



En la Medina del casco viejo de Túnez






El balcón está pero, ¿dónde están Romeo y Julieta?


La piscina del hotel


Alina con compañía



Voy a terminar mi reportaje sobre mis aventuras en Túnez con una anécdota sobre el GM Azer Mirzoev.



El último día, el vuelo de Azer iba a salir a las 13:00 horas y a las 9:30 habían quedado para recogerle en el hotel. Después de mucho tiempo de espera y muchas llamadas telefónicas perdió la esperanza cuando solo llegó al aeropuerto a las 12:55 horas, es decir, cinco minutos antes del despegue del avión. ¡Pero su vuelo tenía una hora de retraso! Y la historia tuvo un buen final. Unas horas más tarde llegó sano y salvo a Bakú.

Enlaces:

Traducción: Nadja Wittmann, ChessBase


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