Alexander Grischuk dejó algo
sorprendido a Paco Vallejo en su partida a la ciega al
plantearle la variante 6.Ae2 contra la Najdorf. La apertura iba bastante
bien para el ruso, especialmente cuando el español perdió un peón. Pero por
suerte para Vallejo la posición le permitió buenas oportunidades de
contrajuego y logró recuperar el peón gracias a su estilo de juego activo.
La partida tuvo un final algo curioso, porque se estropeó el sistema
informático y tuvieron que terminar la partida a la antigua usanza,
anunciando las jugadas de viva voz, con el árbitro grabando. Afortunadamente
dicha complicación no trajo ningún problema porque la posición era de empate
claro.

En la partida rápida jugaron de nuevo otra Najdorf. Vallejo pareció haber
olvidado gran parte de su análisis y realizó algunos movimientos vacilantes.
Por un rato, Grischuk estaba algo mejor, pero el firme español logró
aguantar. La posición final no estaba del todo clara. De todas maneras
parece que ninguno de los dos jugadores se arrepintió de que la partida
hubiera terminado en tablas.

La partida a la ciega entre Alexander
Morozevich y Boris Gelfand tenía buena pinta
cuando el ruso realizó los movimientos 1.Cf3 y 2.g3, que habían causado
tanta expectación en la partida rápida contra Anand en la jornada anterior.
Pero a Gelfand no le atrajo la idea de jugar a lo loco e hizo un
planteamiento tranquilo. "Sólo es una partida", dijo Gelfand después de
terminar en empate tras 20 movimientos.
En la partida rápida, Morozevich se defendió con un
planteamiento indio ligeramente provocador. Siguió una complicada lucha en
la cual las oportunidades de ambos bandos estuvieron más o menos
equilibradas. Pero cuando Gelfand por fin logró jugar 32.Cd5, inmediatamente
quedó indudablemente mejor. Sin embargo, a partir de entonces le faltó
tiempo para encontrar un plan definitivo de victoria. De todas formas, no
fue buena idea dar por perdido su peón y la partida terminó rápidamente en
tablas.
A Peter Svidler le apetecía jugar algo
diferente en su partida a la ciega contra Vishy Anand y
optó por 5.De2 contra la Ruy López. Lo hizo en parte porque presentía que su
oponente habría optado por capturar en e4, buscando al Española abierta, y
esa una idea no atraía mucho a Svidler. La partida transcurrió de manera
bastante tranquila. Como Svidler no pudo evitar el cambio de alfiles, la
partida pronto terminó en tablas.

En la partida rápida, ambos jugadores ya sabían lo que
les apetecía jugar y realizaron los primeros movimientos a una velocidad de
relámpago. Siguieron la variante de la partida de Anand contra Shirov en Cap
d’Agde, derivándose una fuerte pelea Española. Durante mucho tiempo la
partida estuvo equilibrada, hasta que se desató la lucha y las negras
tuvieron que defenderse con mucho cuidado, lo que no fue fácil para Svidler
porque estaba en apuros de tiempo. La partida sólo se decidió cuando Anand
finalmente optó por volverse hacia su rey para darle el respaldo necesario
al peón pasado de la columna d.
Ciertamente Levon Aronian tenía ningún deseo de
discusiones teóricas cuando abrió su partida a la ciega frente a Veselin
Topalov con1.f4. Quizás es demasiado llamar sorpresa a esta elección
poco frecuente, ya que el armenio es un declarado admirador de Bent Larsen y
el gran danés solía jugar la Apertura Bird. El desafío de Aronian a "jugar
sin más" fue aceptado por Topalov, que salió de la apertura con una mejor
posición. Pero Aronian siguió buscando sus oportunidades y, a medida que
avanzaba la partida, el ganador de Linares demostró una vez más lo gran
jugador que ese mantuvo a la upo esperar sus ocasiones a lo largo del juego
el campeón de Linares demostró una vez más, que es un gran jugador. Primero
luchó por recuperar el terreno perdido y, una vez logrado eso, intentó sacar
más.
En la modalidad de partidas rápidas Aronian continuó incorporando
novedades a su juego con movimientos que nunca antes había realizado, dando
lugar a posiciones originales. Las innovaciones alcanzaron su cota más
elevada cuando las negras jugaron 9. De7, una jugada con la que
posteriormente Aronian estuvo en desacuerdo (pues entendió que debería de
haber jugado simplemente 9…Ce7). Las blancas parecían estar mejor pero una
larga serie de cambios condujo a un final de tablas.
La partida a ciegas entre Peter Heine Nielsen y
Vasily Ivanchuk fue una fuerte lucha entre ambos contendientes. El
ucraniano optó por la Defensa Grünfeld y salió de la apertura en una cómoda
posición. “Estuve toda la partida defendiéndome” admitió elegantemente el
jugador danés. Pero luchó bien y al final, después de 53 largos movimientos,
consiguió salvar el medio punto.

La partida rápida fue otra dura lucha para Nielsen, aunque esta vez no
tuvo que ver con la apertura. Su posición estaba bien hasta que pasó por
alto la jugada intermedia 37 Ac2, antes que el blanco cambiase en a4. En ese
momento se encontró con bastantes problemas, que a la larga resultaron en
una posición perdedora. No obstante siguió planteando problemas y lo hizo
con éxito. Ivanchuk debe haber pasado por alto varias oportunidades para
vencer y al final un jaque continuo selló las tablas.

Loek van Wely debe haberse sentido más
confiado que en anteriores ocasiones al comienzo de su partida a la ciega
contra Peter Leko. Al fin y al cabo el holandés logró imponerse al
húngaro ganador del
Torneo Corus el pasado mes de enero. La partida que
jugaron tiene detrás una divertida historia. En invierno de 2005, van Wely,
ugando con blancas en la Bundesliga, respondió a la variante con 8…Cxd5
seguido por 9…Cb4 y encontró difícil llegar a algo concreto. Como resultado
lo jugó él mismo con negras en la Copa del Mundo de Khanty-Mansiysk y logró
fácilmente tablas frente a Vallejo. Por desgracia para van Wely, fue
precisamente esta la partida que estudió Leko para llegar a la conclusión de
que es difícil para las blancas lograr algo. Por eso no resultó muy
sorprendente que van Wely tuviera una leve ventaja durante toda la partida,
que no logró convertir en victoria.

Cuando se asomaron a la sala de descanso tras su
partida rápida, preguntaron a Leko y a van Wely por qué habían acordado
tablas en la posición final. De hecho fue un cumplido, pues habían luchado
durante 67 movimientos en una partida muy tensa con oportunidades alternas.
"¿Quién fue mejor y por qué?", bromeó otro espectador. La rápida respuesta
de Leko fue: "¡Eso mismo es lo que también nos estábamos preguntando
nosotros!". Luego se sentaron para analizar la partida, tomándose de nuevo
su tiempo para ello.