Anatoli Karpov: “Nunca descansé tras esos demenciales duelos con Kasparov”
Por Yuri Vasiliev
Sport
Express.ru
10.04.2007
Esta conversación con el duodécimo campeón mundial se desarrolló a bordo del
tren “Flecha roja”. Es casi imposible charlar en Moscú con el eternamente
ocupado Karpov. Y cuando después de una serie de infructuosos intentos por
acordar una entrevista me enteré de que Anatoli Evguenievich iba a Piter, me
vino a la cabeza la idea de meterme en ese mismo tren. Karpov no objetó nada a
un compañero de viaje con una grabadora.
El ex campeón del mundo se dirigía a la capital del norte para asistir a la
ceremonia en la que le sería otorgada la medalla Ludvig Nobel. Es más conocido
su hermano menor, Alfred Nobel, inventor de la dinamita y fundador del
legendario premio internacional. Pero Ludvig se hizo ilustre por haber vivido en
Rusia 56 de sus 67 años, e hizo mucho por ella.
La medalla Ludvig Nobel se entrega por iniciativa del gran científico ruso
Dmitri Ivánovich Mendeleev, quien fue amigo de este hombre extraordinario y lo
tenía en gran estima. Se otorga a personas que han obtenido grandes éxitos en
aquel ámbito, al que han dedicado su vida. Y Kárpov ha entregado su vida al
ajedrez. Aunque no ha hecho sólo eso.
Mantenían el interés, incluso durante cien días
A Kárpov corresponden muchas marcas en el ajedrez. Por ejemplo, en el torneo
de Linares 1994 (categoría XVIII), obtuvo 11 de 13 puntos: “más 9”, 2,5 puntos
por delante de Kaspárov y de Shírov. He aquí otro resultado, aún más increíble,
logrado en 1995 en Mónaco (categoría XVIII) en ajedrez activo: 10 de 11: “más
10”, rebasando en 3,5 puntos a Anand. Teóricamente, es posible superar estas
marcas, pero resulta muy difícil imaginarse siquiera semejante superioridad
sobre los mejores grandes maestros del mundo.

Karpov en el año 1984
Sin embargo, a Karpov corresponde otro logro, del que no pueden presumir
ninguno de sus once antecesores en el trono real y que no podrá ser superado por
ninguno de sus sucesores en el cetro mundial. Anatoli Evguénievich pasó ante el
tablero, en once duelos por el campeonato mundial, 780 días ¡Más de dos años!

Karpov hoy
– Usted ni siquiera se imagina qué clase de sobrecarga es para el sistema
nervioso (dice pensativamente al inicio de nuestra charla en el “Flecha roja”)
Ciento diez días estuve en Filipinas, cuando jugué mi duelo contra Korchnoi. Y
el interés hacia el enfrentamiento no bajó ni el último día. Parecía que todo el
mundo estaba entonces en Bagio: cientos de periodistas, aficionados al ajedrez
de todos los rincones del planeta... Un match tan largo es ahora imposible,
claro. Hoy en día incluso uno de 24 partidas parece demasiado largo. Según mi
punto de vista, la cantidad óptima de partidas es 16 o 18, que puedan jugarse en
32 días. Si dura más, es difícil mantener el interés del público y de la prensa.
– ¡Pero Kaspárov y usted lo lograban y, además, qué arrebatadores
lienzos de guerra creaban!

Match en Leningrado en 1986

Las 2 K en septiembre de 1984, en el match que fue suspendido
– Eran
otros tiempos. Ahora el ajedrez ha perdido su aura misteriosa, enigmática...

Karpov vs. Kasparov en un duelo "amistoso" con motivo del
150 aniversario de Credit Suisse el año pasado en Zürich
(Suiza)
El “retretegate” y sus daños
– ¿Son las computadoras las culpables?
– No solamente ellas. A veces los mismos ajedrecistas dañan, y mucho, nuestra
actividad. Por ejemplo, el no tan lejano y tristemente célebre “escándalo del
retrete” en Elista lastimó colosalmente el prestigio del ajedrez.
– Pero, por otro lado, gracias a ese escándalo el ajedrez apareció en
las portadas de los más grandes diarios del mundo...
– ¿En las portadas, dice? ¡Pero en que tono! Luego las portadas
desaparecieron, pero quedó el mal olor... Ahora, cuando hablas con periodistas
de diarios serios, lo primero que escuchas de personas que no saben mucho de
ajedrez es “retrete”. Creo que el juego irregular de Topalov, después del match
en Elista se debe a que comenzó a entender qué grandísima tontería cometió al
dejarse llevar por su equipo. Porque tras lo sucedido en Elista perdió gran
parte del respeto que le tenían. Antes que nada, lo perdió entre sus colegas. Y
dudo mucho que logre recuperarlo.

El representante de Topalov, Silvio Danailov con un mini-retrete
– Los búlgaros sospechaban que Krámnik recibía ayuda de una
computadora...
– ¿De qué ayuda puede hablarse si Topalov no ve un mate forzado y pierde
partidas en las que tiene gran ventaja? Creo que semejante jugada de relaciones
públicas estaba planeada con anticipación por su representante. Recurrieron a
ella como se recurre a las armas químicas prohibidas y la soltaron cuando
comprendieron que iban a perder el match, para voltear y alterar el carácter
deportivo del enfrentamiento.

Topalov inspeccionando el baño en Elista
– El eco de este escándalo no amaina. Una serie de medios
informativos, tal vez con el deseo de castigar a Topalov y a su representante
por esta fea historia, desplegaron una campaña contra el tándem búlgaro, al
acusarlo de hacer trampas. ¿Qué opina sobre la posibilidad que grandes maestros
de elite reciban ayuda externa durante el juego?
– Desde mi punto de vista, es imposible combinar el juego con la ayuda. El
jugador debe confiar por completo en la computadora y limitarse a reproducir las
jugadas que ésta le sugiera, o jugar. Para jugar aprovechando la ayuda de la
computadora debe existir una señal continua que pueda recibirse
ininterrumpidamente.
– Técnicamente no resulta complicado emitir semejante señal pero,
correspondientemente, también es fácil bloquearla. Además, hay programas capaces
de distinguir sin margen de error alguno el juego humano del de un programa.
– Sí, todas estas sospechas de trampa me parecen falsas, infundadas.
La computadora. Amiga y enemiga
– Ahora ya puede hablarse con seguridad de la dependencia de los
ajedrecistas de las computadoras. Muchos grandes maestros se acomodaron a las
computadoras y ya ni pueden imaginar su propia existencia sin ellas...
– Llega a extremos cómicos. Revisas con algún colega alguna posición, y lo
primero que hace es lanzarse hacia la computadora: “¿Y qué dice Fritz?”. Yo
digo: “Pero espera, vamos a sentarnos, a pensar, vamos a juzgar nosotros mismos,
a encontrar algunos planes. Y luego revisamos con la computadora”.

El periodista y comentarista español, Leontxo García comentando las partidas
de Morelia junto con su amigo Fritz
– Más de una vez me he convencido de que incluso los grandes maestros
más fuertes ya no confían en sus propias cabezas.
– No es tanto que no confíen, sino que no quieren incomodarse. Pero si
siempre usas la computadora, inevitablemente perderás la capacidad de analizar,
de tomar decisiones independientemente y te convertirás en el operador de las
decisiones de la computadora.
– Ahora se habla mucho del alto porcentaje de coincidencias de la
“primera línea” del análisis de programas computacionales con las jugadas que
muchos grandes maestros hacen durante las partidas. Y además, de aquellos de
quienes nadie sospecha que hagan trampa. ¿Acaso las computadoras han cambiado la
manera en la que los ajedrecistas piensan?
– El uso demasiado activo de computadoras durante el entrenamiento despierta
entre los ajedrecistas un automatismo exagerado. Por ejemplo, estoy convencido
de que Anand nunca pudo convertirse en un ajedrecista genial porque las
computadoras lo secaron.

Vishy Anand
– Anand juega con una velocidad fenomenal y obtiene resultados
brillantes. Tras su convincente victoria en Linares el gran maestro indio ocupa
el primer lugar en la lista FIDE.
– Nadie niega el extraordinario talento de Anand ni su enorme fuerza
práctica. Pero el abuso en el uso de la computadora desarrolló en él un
automatismo indeseable y con mucha frecuencia sus decisiones son superficiales,
carentes de profundidad. Recuerdo el match final en ajedrez activo entre Anand y
Topalov en Bastia, en Córcega. Estaba sentado en la sala y observaba la partida.
Fue una siciliana complicada... sugiero a mis vecinos grandes maestros la jugada
que, según me parecía, debía hacer Anand. Y aquí Frederic Friedel (uno de los
dueños de “ChessBase”-Y.V.) declara: “No, Vishy no va a jugar
así. Porque Fritz no juega así”. Y Anand de veras eligió la jugada señalada por
“Fritz”. Y aún así Anand no es Fritz...
No sería pedir ventaja, sino oportunidades iguales
– Ahora Fritz le gana hasta al campeón del mundo. ¿Qué opina usted?
¿Debe el ser humano competir con una calculadora electrónica?
– En efecto, la computadora no juega ajedrez; calcula. Además, los programas
modernos revisan con ayuda de sus procesadores cientos de millones de posiciones
por segundo. El ser humanos jamás los alcanzará. Me dijeron que en el match de
Krámnik contra Deep Fritz en Bonn el ser humano podía emplear el mismo libro de
aperturas que la computadora.

Fritz 10 con el árbol de aperturas a la derecha de la pantalla
– Sí, estuve presente en ese encuentro y vi cómo el operador volteaba
el monitor fuera del campo de visión de Krámnik en cuanto se acababa la teoría.

Kramnik mirando la pantalla durante la apertura de una de sus partidas en su
duelo contra Deep Fritz
– Pero hay una teoría de finales, ¿qué hacer con ella? Recuerdo cómo junto
con Kaspárov intentamos ganarle a un programa en blitz (a 3 minutos) un
final de dama contra torre. En una partida normal cualquiera de nosotros lo
hubiera logrado con facilidad, pero contra una computadora, y además en blitz,
en tres minutos, resultó ser casi imposible. Porque la computadora no juega,
únicamente compara tablas en las que se señala: esta posición se pierde,
digamos, en diez jugadas, y esta en seis. Y la máquina siempre elige el camino
más largo hacia su derrota. ¡Y como resultado nosotros simplemente nunca
teníamos suficiente tiempo para atraparla!

Garry Kasparov tampoco tiene miedo a los ordenadores
– ¿O sea que el factor velocidad pasa al primer plano?
– Sí, el factor tiempo es decisivo. La computadora lo ve todo en millonésimas
de segundo y el ser humano, para juzgar la situación, necesita madurarla.
– Entonces, ¿hay que pedirle ventaja a la computadora, para atraparla
en un laberinto de variantes?
– Eso no sería pedir ventaja, sino un honesto igualamiento de posibilidades.
– Los programadores cuentan con la vanidad del ser humano: ¿acaso el
campeón del mundo tendrá deseos de pedirle ventaja a un montón de hierros?
– No es que cuenten con vanidad, sino con los deseos de los ajedrecistas de
ganar un muy buen dinero de una manera bastante ligera. Estos ajedrecistas
actúan así irresponsablemente con el ajedrez. Y en último término consigo
mismos. El espectador común se queda con la impresión de que el campeón mundial
juega peor que una computadora. Pero esto está muy lejos de la realidad. Lo que
se necesita es simplemente igualar las oportunidades.
¿Acortamiento o aniquilación?
– ¿Qué opina de la nueva idea del presidente de la FIDE Kirsán
Iliumzhínov de acortar el tiempo de reflexión en todas las competiciones de la
FIDE, exceptuando los encuentros por el campeonato mundial, hasta una hora por
jugador para toda la partida?
– No sé quién empuja a Kirsán Nikoláevich a semejantes innovaciones, pero
éstas matan al ajedrez. Posiblemente a alguien le resulte interesante ver cómo
grandes maestros cometen errores elementales y se tironean en apuros de tiempo.
Pero esto es la aniquilación del ajedrez.

Berik Balgabaev, Georgios
Makropoulos y el Presidente Kirsan Ilyumzhinov
Lamentablemente muchas personas, que no son ajedrecistas profesionales y que
rodean a Ilyumzhinov ejercen sobre él más influencia que los profesionales. Esta
gente no entiende que no deben cambiarse constantemente las reglas, no debe
cambiarse constantemente el formato del campeonato mundial, que no debe
cambiarse constantemente el ritmo de juego.
La idea de hacer del ajedrez un deporte apto para la televisión mediante el
acortamiento del tiempo de reflexión se le metió en su tiempo en la cabeza a
Campomanes, que entonces dirigía la FIDE. Pero el resultado fue que el ajedrez
no logró conquistar la televisión, pero sí cayó bruscamente la calidad de las
partidas. Ahora ya pocas veces encuentras un final jugado bonito, sin errores,
porque a los grandes maestros ya no les queda tiempo para la etapa final del
juego. Por eso las joyas en los finales se han vuelto cosa tan escasa. Entonces,
en mis matches con Korchnoi, con Kaspárov, con Timman y con Kamsky hubo finales
realmente fantásticos, jugados con acciones únicas por ambas partes.
Vale mucho el consejo de los campeones
– Anatoli Evguénievich, pero usted, como campeón del mundo, puede
entrar al consejo de campeones que pretende formar el presidente de la
Federación Internacional de Ajedrez y, desde ahí, influir directamente en la
toma de tal o cual decisión. Entre ellas, la introducción del nuevo ritmo de
juego. Durante el torneo de Linares allá acudió el vicepresidente de la FIDE
Zurab Azmaiparashvili y discutió sobre este tema con Topalov, Anand y
Kasimzhanov. ¿Ya le propusieron a usted ingresar al consejo de campeones?
– Me llamó Azmaiparashvili, pero lo mandé lejos. En primer lugar, una persona
que se dedicó a organizar torneos arreglados no tiene la autoridad moral para
hablar con los campeones del mundo. Y en segundo lugar, no puede ocupar un
puesto de tanta responsabilidad en la FIDE. Me asombra que Ilyuumzhinov no
comprenda esto.

Zurab Azmaiparashvili
– No he escuchado nada sobre torneos arreglados.
– ¿Y cómo amasó su Elo en Macedonia e "irrumpió en la élite", como entonces
escribieron? Ni él mismo lo oculta.
– ¿Y qué le parece la idea en si misma de un consejo de campeones?
– ¿La idea en si misma? Si usted respeta a los campeones del mundo entonces,
tras preparar su propia variante para tal o cual innovación, los invita y ellos
le aconsejarán cómo mejorarla. Como ve, es muy sencillo. No se necesita llevar
negociaciones, no es necesario crear un órgano decorativo más.
No caves un hoyo a otros
– ¿Qué opina del nuevo sistema del campeonato del mundo?
Particularmente que, si gana Krámnik, deberá aceptar el reto de Topalov, y si
gana otro, entonces este otro deberá aceptar el reto de Krámnik
– Sí, es un proyecto en verdad raro. No entiendo para nada a santo de qué en
él aparece la figura de Topalov en caso de una victoria de Krámnik. Eso de que
el nuevo campeón deba aceptar el reto de Krámnik todavía lo puedo comprender,
pero por qué Krámnik, si gana, debe jugar contra Topalov, todavía no lo
comprendo.

Topalov en San Luis
– Tal vez porque Topalov ganó “San Luis” 2005 y logró unos pocos
puntos más que, digamos, Morozevich, quien sí jugará en el campeonato mexicano.
– Topalov logró algunos puntos más que la mayoría de los participantes en
conjunto. Y su ausencia en el próximo ciclo del campeonato del mundo es una
tontería escandalosa. Pero recordemos cómo surgieron estas extrañas reglas.
Fueron decididas en San Luis por esas mismas personas de la FIDE que fueron al
encuentro de las decisiones de los señores Danailov y Topalov. Creyeron que tras
los brillantes resultados de Topalov en 2005 Krámnik simplemente no iba a tener
oportunidad alguna. Y para hundirlo definitivamente, idearon estas reglas, según
las cuales uno de los dos participantes del match en Elista no tendría cupo en
el siguiente ciclo. Hay un maravilloso dicho ruso: “No caves un hoyo a otro, tú
mismo caerás en él”. Exactamente esto fue lo que pasó con Topalov y Danailov. Le
cavaron un hoyo a Krámnik, pero ellos fueron los que cayeron en él.
En lo que respecta al sistema del campeonato mundial, pues ya he dicho varias
veces que cualquier variante es mejor que lo que teníamos antes. La desgracia es
que fue sepultado un sistema que había sido perfeccionado durante decenios. Fue
sepultado el conjunto de reglas a cuya creación contribuyeron Mijaíl Moiséevich
Botvinnik, Borís Vasilievich Spasski, Robert James Fischer y un humilde
servidor. Este conjunto de reglas lo incluía todo, era tan detallado y cercano a
la perfección que podía competir con las reglas de los Juegos Olímpicos. En la
creación de estas reglas participó la más ajedrecística de todas las
federaciones nacionales: en esa época, la federación de ajedrez de la URSS.
Ahora la federación rusa de ajedrez casi no participó en la discusión sobre las
nuevas reglas del campeonato mundial.
“Si se ha de ganar al campeón...”
– Basta de asuntos tristes, Anatoli Evguénievich. Cuéntenos, por
favor, sobre sus afamadas sesiones de simultáneas en las colonias donde cumplen
su condenas los criminales. ¿Cómo es esto y qué le empujó a tal actividad?
– Es un programa grande que ya llevamos desde hace diez años. Su objetivo es
ayudar a adaptarse social y psicológicamente a personas que llevan mucho tiempo
encerradas. Porque para un preso incluso el apretón de manos antes de la partida
resulta un gesto muy importante. Los oficiales de guardia tienen prohibido dar
la mano a los presos y aquí el campeón del mundo les estrecha la mano.

Vale mucho: un apretón de manos con Karpov
No hay que olvidar tampoco a los reclusos voluntarios; me refiero a los
empleados de la colonia. Tienen un servicio muy pesado y llevar algo de variedad
a sus vidas es una cosa buena. Ya logré atraer a un grupo de escritores y
artistas y ahora tenemos un grupo grande de personas que pensamos lo mismo.
¿Qué es estar en prisión y no tener la oportunidad de ocuparse con nada? Una
pesadilla. Incluso ahora, en las mejores colonias, las ocupaciones laborales
representan únicamente el 60 por ciento del tiempo. Y el ajedrez es una
ocupación interesante para la gente. Creamos pequeñas bibliotecas de ajedrez,
clubes de ajedrez, organizamos campeonatos entre los reos y entre los empleados,
doy exhibiciones de simultáneas...
– ¿Ha habido algún caso curioso en ellas?
– Sí los ha habido. Por ejemplo, sucedió durante una sesión de simultáneas en
una colonia para criminales particularmente peligrosos en Riazán. Por lo general
doy oportunidad a los participantes de discutir la posición entre ellos, de
mover las piezas. Incluso si se roban una jugada, aunque recuerdo perfectamente
las posiciones, no corrijo nada en el tablero si es que con lo anterior no
modificaron el carácter de la posición. Pues bien, un ancianito estrafalario,
quien, a juzgar por su aspecto, llevaba tras la rejas más de una decena de años,
se dejó llevar tanto que regresó tres jugadas. Por supuesto que se alteró la
calificación de la posición, de pronto sus piezas revivieron de manera
extraña... tuve que restablecer la posición y decir: “Aquí se han hecho tres
jugadas. Haga una , por favor ”. Su reacción me asombró. Se turbó mucho, se
agitó y dijo “Oh, disculpe, disculpe, no quería... ¡y en general, si se ha de
ganar al campeón, que sea a la buena!” Resultó no ser un ancianito cualquiera,
sino experimentado.
El “Linares” de la taiga
– Confieso un pecado, Anatoli Evguénievich. Una vez escribí una
columna en el diario, que se tituló “El Linares de la taiga”, donde ironicé
ligeramente sobre el nombre del torneo de Poikovski: torneo Kárpov. Comprendo
que decenas o incluso cientos de clubes de ajedrez en Rusia y en otros países
lleven su nombre. Saludo que su nombre haya sido dado a dos maravillosas plazas
en España. Pero “el torneo Kárpov”... suena raro estando usted vivo.

Paisaje cerca de Poikovski
– (Se ríe) Es posible. Pero en cualquier caso, su humilde servidor
hizo algunos esfuerzos, halló respuesta por parte de las autoridades locales y
en este poblado de la taiga se dieron dos fenómenos sorprendentes: el torneo
Kárpov y una escuela de ajedrez que lleva mi nombre. En Poikovski viven 26.000
personas y en la escuela estudian 300 muchachitos.
– ¿Hay entre ellos futuros Kárpov?
– Es difícil decirlo, pero creo que eso no es tan importante. Mucho más
importante es que los muchachos estén de veras interesados en el ajedrez, de lo
que una vez más me convencí cuando hace poco me reuní con ellos durante la
clausura del torneo de Poikovski. Nuestra escuela ya preparó tres candidatos a
maestro y a nueve jugadores de primera categoría. Para un pueblo tan pequeño,
esto ya es cierto nivel. Puede decirse con seguridad que en la provincia ya
quedó liquidado el analfabetismo ajedrecístico. Y como el pueblo está en la
región autónoma de Khanty-Mansiysk, cuya capital pronto albergará la próxima
Copa del Mundo y en 2010 la Olimpiada, tal vez pronto seamos testigos de que
todos los escolares de la región cursen ajedrez en la escuela. Creo que nuestra
experiencia en Poikovski puede ser un ejemplo bastante bueno para los dirigentes
de la región de Khanty-Mansiysk.

En medio de la nada: Khanty-Mansiysk

Khanty-Mansiysk, hoy en día una de las regiones más ricas de Sibería
Kaspárov se retrasó un poco
– Usted ha escrito y publicado muchos libros. ¿Podemos esperar algo
nuevo próximamente?
– No hace mucho salió en francés un libro que escribí en coautoría con el
profesor de la Sorbona Jean-François Phelizon. Él es el gerente general de un
consorcio franco estadounidense de vidrio y cristal industriales. No es un libro
puramente ajedrecístico, aunque el ajedrez representa su punto central. Se llama
“La psicología de la lucha” y traza analogías entre la competencia ante el
tablero de ajedrez y la lucha en política y en los negocios.
– Kaspárov quiso escribir un libro similar bajo el título
convencional “Cómo el ajedrez modela la vida” y parece que ya lo presentó en una
serie de capitales extranjeras.

Kasparov firmando uno de sus libros
– Kaspárov se retrasó un poco. Los chinos y los ingleses ya tradujeron
nuestro libro.
– ¿Aparecerá en ruso?
– Creo que sí.
– ¿Continúa dedicándose a la filatelia?

Karpov es un gran aficionado a la filatelia (foto cortesía de
David Llada)
– Sí, mis pasiones no cambian . Por cierto, ya había terminado el manuscrito
de mi libro sobre el arte de coleccionar sellos postales, pins y
medallas relacionados con el ajedrez, pero en un viaje a Bruselas me robaron el
portafolios en el que, junto con otras cosas, lo tenía guardado. Los pillos no
se enriquecieron pero para mí fue un golpe muy fuerte la pérdida de, además del
manuscrito, la libreta con los teléfonos y direcciones de quienes he conocido a
lo largo de 27 años. Pude recuperar muchos pero lamentablemente no pude
recordarlos a todos.
– Lo sorprendente es que lo hayan robado en la aparentemente tan
decente Bruselas.
– Y además en el centro mismo de la ciudad. Unos árabes me salpicaron de lodo
en la espalda. Me distraje con la gabardina sucia, solté mi portafolios por un
segundo, y eso bastó...
– Lo bueno es que no traía en él su computadora con análisis de la
apertura española.
– (Se ríe) Uso la computadora para otras cosas.
– ¿Juega blitz en Internet? Sé que, por ejemplo, Kaspárov lo hace...

Kasparov echando una partida de ajedrez relámpago en
Playchess.com desde la oficina de ChessBase en Hamburgo con Ben Bartels,
Rainer Woisin, André Schulz y el comediante Matthias Deutschmann (la voz alemana
de Fritz) mirando

Kasparov siguiendo partidas en Playchess.com con
Deep Fritz

- No juego en Internet, pero con mis amigos lo hago constantemente. No
nombraré sus apellidos, pero son fuertes grandes maestros conocidos, unos 20
años más jóvenes que yo.
– ¿Y qué tal los resultados?
– Ya no puedo lograr los fantásticos resultados de antes. Antes ganaba a
todos con la mano en la cintura. Me descolgué en la teoría. Lo principal es
obtener una posición jugable y ahí entonces todo es como antes...
– ¿O sea con la mano en la cintura?
– Sí. Pero no en la mía.
– ¿Por qué ha disminuido su participación en torneos serios?
– Toda ese desorden con el ciclo del campeonato mundial me quitó las ganas de
participar en competiciones oficiales, pero en torneos comunes participo cuando
puedo. Ahora viajo a España para jugar en un torneo fuerte de ajedrez activo. En
verano jugaré en un torneo de ajedrez clásico en Serbia.
– Luego del torneo de Linares charlé con el mejor jugador del mundo
según la lista FIDE, Anand. Le gusta pasar sus vacaciones en lugares salvajes,
alejados de la civilización. ¿Cómo descansa usted?

Vishy Anand en Linares 2007
– Mis pasiones no cambian. Me gusta jugar al billar o al backgammon con mis
amigos.
– ¿Y viajar a bañarse en el mar, a calentarse bajo el solecito?
– Han pasado ya 24 años desde mis demenciales duelos con Kaspárov, y desde
entonces no he descansado nunca en el sentido usual de la palabra. Doy vueltas
como una ardilla en una rueda... El primer premio Nobel ruso, el académico Iván
Petróvich Pavlov, decía que el mejor descanso consiste en cambiar de
actividades. Yo sigo este principio.

Karpov donde más a gusto está: frente al tablero tradicional
Cuando nuestra prolongada conversación con Anatoli Evguénievich terminó,
recorrí el largo camino desde su vagón de primera clase hasta el mío, que estaba
en la cola del tren. Atravesé el vagón restaurante que estaba abierto, aunque
eran ya las tres de la madrugada. Los comensales nocturnos, con rostros
cansados, continuaban la sobremesa. Al final llegué con buen destino a mi litera
superior en el vagón 16 del “Flecha roja”. Ya podía descansar un poco antes de
llegar a Piter.
Yúri Vasíliev
Fotos: archivo de ChessBase
Traducción: Manuel de los Reyes García Márkina
Cortesía de
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