El 20 de febrero, la Gelehrtenschule des Johanneums de Hamburgo organizó una velada en honor a Arnold Schönberg como parte de los «Días del Exilio».
El nombre de Schönberg está estrechamente asociado con la construcción de la música dodecafónica, pero esta invención por sí sola no hace justicia a la obra del músico vienés. Nacido en 1874 en Austria-Hungría, en Viena, como hijo de un zapatero húngaro, Schönberg se convirtió en uno de los teóricos musicales y compositores más influyentes de principios del siglo XX, junto a Claude Debussy e Igor Stravinsky.
Fue autodidacta en música desde temprana edad. Como estudiante de secundaria, ya componía marchas y polkas. Tras la temprana muerte de su padre, Schönberg tuvo que contribuir al sustento de su familia y trabajó como empleado bancario, pero nunca perdió el contacto con la música. El director Alexander von Zemlinsky, cuya hermana se casó con Schönberg, apoyó sus primeros intentos como compositor, músico y profesor de música.
Inicialmente, Schönberg fue influenciado por sus predecesores románticos, pero incluso antes de la Primera Guerra Mundial, desarrolló un estilo musical cada vez más expresivo junto a sus alumnos, entre ellos Anton von Webern y Alban Berg, en la «Segunda Escuela de Viena». El 31 de marzo de 1913, tuvo lugar una memorable actuación de nuevas piezas en la Sala del Musikverein en Viena, lo que provocó una disputa entre el público y los músicos. Este evento, conocido como el «Concierto del Escándalo», pasó a la historia, ya que el debate sobre la estética de la obra se volvió tan acalorado que el público, impactado por el expresionismo y el experimentalismo de la música, comenzó a amotinarse.
Después de la guerra, Schönberg y personas afines fundaron la Sociedad para Ejecuciones Musicales Privadas para promover la música moderna, y en 1922 se estableció la Sociedad Internacional de Música Contemporánea. Allí se interpretaron composiciones de Bartók, Debussy, Ravel, Strauss y Stravinsky, entre otros.
En 1921, Schönberg desarrolló una técnica compositiva utilizando únicamente doce tonos interrelacionados (música dodecafónica), aunque nunca incluyó este enfoque musical en su programa de enseñanza. Tras la muerte de su primera esposa, Matilde, se casó con Gertrud Kolisch, hermana de su alumno Rudolf Kolisch, lo que lo acercó a la familia Kolisch, que incluía a Ignaz von Kolisch, uno de los jugadores y mecenas de ajedrez más importantes de Austria. Gertrud Kolisch era sobrina nieta de Ignaz von Kolisch. Esto pudo haber despertado el interés de Schönberg por el ajedrez, aunque solo fue un jugador aficionado.
Hacia mediados de la década de 1920, Schönberg ya era un compositor y profesor de música consolidado, y en 1925 fue nombrado profesor en la Academia Prusiana de las Artes en Berlín. Sin embargo, tras la llegada al poder de los nazis, Schönberg, que provenía de una familia judía, tuvo que renunciar a su puesto. Schönberg se había convertido al protestantismo en 1898, pero durante su exilio en Francia, regresó al judaísmo en julio de 1933. En agosto de 1933, dejó Europa e inmigró a Estados Unidos, estableciéndose primero en Boston y luego en Los Ángeles, donde enseñó en la Universidad del Sur de California y posteriormente en la Universidad de California en Los Ángeles.
En EE. UU., George Gershwin y Albert Einstein fueron amigos y conocidos de Schönberg
Schönberg vivió con su familia en la avenida North Rockingham, en un vecindario donde también vivía el exiliado Thomas Mann. Sin embargo, tuvo una disputa con el escritor por el personaje de Adrian Leverkühn, el protagonista de Doctor Faustus.
El 13 de julio de 1951, Arnold Schönberg falleció en Los Ángeles. Una parte significativa de su legado fue transferida al Centro Arnold Schönberg en Viena. Muchos manuscritos, partituras y publicaciones, que habían sido archivados en la editorial de Schönberg, Belmont Music Publishers, en Pacific Palisades, fueron destruidos en el gran incendio de enero de 1925.
Aunque el enfoque creativo de Schönberg se centró principalmente en la música, también se desempeñó como pintor, inventor y diseñador. Una de sus invenciones fue el Ajedrez de Coaliciones, que concibió en la década de 1920. En este juego, dos grandes potencias y dos potencias menores compiten entre sí.
Foto: André Schulz
Además de las piezas de ajedrez habituales, que Schönberg rediseñó, hay tres piezas especiales: ametralladoras, submarinos y aviones, cada una con movimientos únicos.
En el Ajedrez de Coaliciones, cada gran potencia juega junto a una potencia menor. Sin embargo, las alianzas no están predeterminadas y solo se establecen al comienzo de la partida. Schönberg desarrolló el Ajedrez de Coaliciones bajo la influencia de la Primera Guerra Mundial, tallando él mismo las piezas en madera y pintándolas en rojo, azul, verde y amarillo. De alguna manera, este ajedrez para cuatro jugadores recuerda a la antigua forma india de ajedrez, Chaturanga, que también se jugaba con cuatro jugadores.
Sin embargo, cuando Emanuel Lasker visitó a Schönberg en Berlín, Schönberg decidió no mostrarle la variante al segundo campeón mundial; quizás no estaba del todo convencido de su propia invención.
El Ajedrez de Coaliciones nunca se jugó de forma competitiva y cayó en el olvido durante mucho tiempo. A principios del nuevo milenio, algunos entusiastas de Schönberg y del ajedrez retomaron esta variante de ajedrez e intentaron jugarla competitivamente. Tras algunas modificaciones menores en las reglas, se demostró que el Ajedrez de Coaliciones era efectivamente jugable tal como Schönberg lo había concebido, aunque sigue siendo en gran parte inexplorado debido a la falta de partidas registradas.
Volker Ahmels, un músico, profesor de música y jugador de ajedrez radicado en Hamburgo, se ha convertido en un defensor particularmente activo de la variante de ajedrez de Schönberg. Ahmels, un antiguo jugador fuerte de ajedrez, que llegó a jugar en la Bundesliga, ha desarrollado un interés especial por la música de artistas perseguidos y prohibidos. Dirige el Centro de Música Perseguida en la Universidad de Rostock.
Los cuatro jugadores tenían poca experiencia con el Ajedrez de Schönberg, pero la partida transcurrió de manera fluida y lógica. Después de que Barembruch, que lideraba una potencia menor, perdiera uno de sus submarinos, Behrhorst y Andersen comenzaron a ganar terreno. Aunque Behrhorst también perdió uno de sus aviones, una ofensiva conjunta contra la gran potencia liderada por Tom Wedberg resultó en una doble amenaza imparable. Wedberg y Barembruch tuvieron que ceder.
Foto: Anne Kropp
Foto: Anne Kropp
La partida fue proyectada en la gran pantalla sobre el escenario mediante un proyector, permitiendo a los aproximadamente 60 espectadores seguir la acción en el tablero. Entre el público se encontraba Hauke Reddmann, representante de la Federación de Ajedrez de Hamburgo, quien registró sus impresiones en un informe. Volker Ahmels y André Schulz ofrecieron comentarios en vivo en el lugar.
Foto: Anne Kropp
Foto: André Schulz
Tras la partida y un descanso en el buffet, Friederike Haufe disertó sobre las exhibiciones de la exposición. Luego, el evento dio paso al segmento musical. Primero, Volker Ahmels ofreció una charla sobre las muchas conexiones entre la música y el ajedrez. Muchos músicos han tenido una pasión por el ajedrez, y muchos ajedrecistas también han sido talentosos musicalmente. Ejemplos sobresalientes de este doble talento incluyen al compositor de óperas Philidor, quien también fue el mejor jugador de ajedrez de su tiempo en el siglo XVIII, y Mark Taimanov, quien, junto a su esposa Lyubov Bruk, formó un dúo de piano de clase mundial y jugó un Match de Candidatos contra Bobby Fischer.
Para concluir el rico y diverso programa cultural, Friederike Haufe y Volker Ahmels interpretaron una selección de piezas más cortas de distintos períodos creativos de Arnold Schönberg. Quentin Andresen, un estudiante del Johanneum, también contribuyó con tres composiciones para piano de Schönberg de 1894.
El dúo de piano: Volker Ahmels y Friederike Haufe | Foto: Anne Kropp
Quentin Andresen | Foto: André Schulz
La directora Inken Hose agradeció a todos los involucrados y también reconoció a Hendrik Schüler, quien ha liderado el grupo de ajedrez SKJE durante muchos años, contribuyó a la organización y gestionó, entre otras cosas, una clase con el Gran Maestro Tom Wedberg.
Foto: André Schulz
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