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Botvinnik vs. Petrosian
Si diésemos un salto de 50 años hacia atrás, nos encontraríamos en 1963. Entonces no había ordenadores, ni programas de ajedrez, ni smartphones, ni correo electrónico, ni Internet, ni e-books, ni fax, ni coches híbridos, ni techos con paneles solares en las casas...
Eso sí, también en 1963 hubo un duelo por el título mundial del ajedrez, en aquel entonces entre el defensor del título, Michail Moisseyevitsch Botvinnik y el retador Tigran Vartanovitsch Petrosian, en Moscú, un lugar ya con tradición para los campeonatos del mundo. Ambos grandes maestros de ajedrez aprendieron el juego de reyes a los 12 años de edad. Botvinnik a los 14 años de edad ganó al Campeón del Mundo José Raúl Capablanca en una partida simultánea en Leningrado. El talento de Tigran Petrosian igualmente se mostró temprano, a los 17 años fue campeón juvenil de la URSS. Botvinnik y Petrosian se vieron las caras en el duelo por el título mundial entre el 23 de marzo y el 22 de mayo de 1963.
Tigran Vartanovitsch Petrosian había ganado el legendario Torneo de Candidatos de 1962 en Curacao, por delante de Paul Keres, Efim Geller y el joven Bobby Fischer. El estadounidense obsesionado con el ajedrez se quejó del modo de juego y de la facilidad con la que solían firmar tablas los jugadores soviéticos. Después la FIDE cambió el sistema a torneos por eliminatorias. Pero volvamos al año 1963. Botvinnik se preparó de manera muy escrupulosa. El ajedrecista provenía de una rica familia judía; su padre era dentista y preparó un dossier de su contrincante. Era típico de Botvinnik, prepararse bien contra sus oponentes. El plan para la carrera del joven con gafas había sido que llegase a ser doctor en ciencias naturales. Pero la fascinación por el juego de reyes fue más fuerte. El Campeón del Mundo ya había llevado la corona del ajedrez entre los años 1948 y 1957 y después nuevamente entre 1958 y 1960. Dos años antes, Michail Botvinnik, que en 1963 tenía 51 años, se había enfrentado a Michail Tal para reconquistar el título en un duelo de revancha en Moscú.
Su oponente, Tigran Petrosian pasaba por ser un artista de la defensa. El armenio de carácter suave, perfeccionó sus conocimientos a lo largo de los años y era un auténtico experto a la hora de defenderse sobre el tablero de ajedrez. Iban a ser muchos los ajedrecistas de la elite mundial los que se morderían los labios ante sus fortalezas hechas con piezas. Fue muy difícil vencerlo. Los historiadores de nuestros tiempos suelen señalar que Petrosian tenía un marcador impresionante en 10 olimpiadas de ajedrez. En 130 partidas disputadas conquistó 79 victorias, firmó 50 empates y tan solo sufrió una derrota. Esa se la ocasionó el GM alemán Robert Hübner en Skopie 1972.
También comenzó con una derrota su duelo por el título mundial el 23 de marzo de 1963, contra Michail Botvinnik.