21/09/2002 – Nos metieron en un coche y nos taparon los ojos. Durante horas nos movimos por un campo arbolado de un país sin nombre hasta llegar a un lugar no desvelado. Pero al final logramos ver al recluido campeón del mundo. No estaba en una caverna sino en un buen hotel, posando para los fotógrafos. Nos enteramos de que, además de piscina y cancha de tenis, tiene un ordenador con ocho procesadores, similar al que se enfrentará en Bahrein. Y también supimos otras muchas cosas. Aquí tiene la
historia completa.