12/11/2009 – "Caballo al canto, penas y llanto" será, sin duda, uno de los aforismos más conocidos entre los aficionados
al ajedrez. Y, aunque también existen unas cuantas excepciones a esta regla, la frase naturalmente tiene su razón. Tanto más si
el caballo no solamente está en el borde del tablero sino que también está
situado en un rincón. No es un caso que se dé frecuentemente y menos en partidas
magistrales, pero el otro día una situación así le ocasionó quebraderos de cabeza a Ivan Cheparinov,
ya que además el equino estaba acorralado con la ayuda de un alfil.
El gran maestro hamburgués especialista en teoría de finales Karsten Müller ha analizado el final
Cheparinov-Caruana
para
ChessBase Magazine Online.