El camino del caballo
por
Manuel López Michelone

El ajedrez, curiosamente, sirve para mucho más que solamente jugar al
ajedrez. Hay montones de divertimentos relacionados con el juego ciencia y que
se basan en antiguos pero populares retos a resolver. El "camino
del caballo" (también le llaman el "tour del caballo"),
es un viejo problema el cual trata de mover la figura del caballo de ajedrez,
empezando en cualquier casilla, y saltando sobre todas las demas una sola vez
por cada escaque. Esto parece difícil, pero se han hallado algunas soluciones
que son verdaderamente simplistas, cosa aparentemente paradójica.

Este problema parece ser que ya era conocido por los árabes pero hasta
1720 fue sugerido por el matemático Brook Taylor (1685-1731). El crédito
a la primera solución publicada aún no ha quedado totalmente resuelto,
pero en general se acredita a Moivre (1667-1754) como el primero en publicarlo.
En 1759 el extraordinario matemático Leonard Euler (1707-1783) publicó
su propia solución. Este acertijo se ha atacado de diversas maneras.
Euler lo hizo a su modo, T.P. Kirkan (1805-1895) y W.R. Hamilton elaboraron
mucho más las ideas originales de Euler y las extendieron notablemente.
Actualmente este problema del camino del caballo se considera típico
en cuaquier estudio de teoría de grafos.

Hace ya algún tiempo, el fuerte jugador de ajedrez mexicano, Antonio
Galán, me mostró un programita hecho en PowerPoint (que tiene
limitadas capacidades multimedia y de interacción con el usuario), que
hacía el camino del caballo. Lo más simpático fue que me
dijo que si ejecuta el programa al mismo tiempo que pone una obra de Bach
(del clavecín bien temperado) en su reproductor de CD, entonces el camino
del caballo realiza su paso por todo el tablero y termina precisamente cuando
el caballo llega a la última casilla. Curioso descubrimiento porque si
se necesitan 64 pasos, la obra en cuestión (BWV 846) parece llevar
una relación que más de uno podría calificar de mística
o mágica (ya ven, nos gusta siempre a los humanos estas relaciones misteriosas).

Se considera al clavecín bien temperado de Bach una de las obras musicales
monumentales de la civilización occidental. Consiste en dos libros, cada
uno con cuatro conjuntos de preludios y fugas. El primer libro fue finalizado
en 1722 mientras que el segundo se terminó 22 años más
tarde. Sin embargo, muchos de los preludios y fugas de Bach en estos dos libros
son revisiones mucho más maduras de sus primeros trabajos. Es interesante
escuchar estas creaciones embriónicas (por llamarles de alguna manera)
y compararlas con los productos finales. El clavecín bien temperado es
considerado como obras para ser simplemente interpretadas o bien, con propósitos
meramente de instrucción. Bach mismo nos da la respuesta a su creación
(en un copia autografiada del libro primero): "para el uso y goce de
la juventud musical, deseosa de aprender de los viejos tiempos y para aquellos
ya habilidosos en este estudio".
Pues a partir del programa que me mostrara Galán y su idea de pegarlo
a la música de Bach, escribí una versión que hace todo
esto. Obviamente hubo que ajustar la velocidad con la que se mueve el caballo
de casilla en casilla y es evidente que diferentes intérpretes de la
misma obra requerirán de equivalentes ajustes al software. Aquí
el trabajo de programación fue sencillo, porque no hubo que calcular
la solución matemática para que el caballo recorra todas las casillas
una sola vez. Ya Galán me había dado una de las soluciones y bueno,
yo solamente la programé. El efecto final me gustó y quien quiera
ver cómo fue programado puede acceder al código fuente y ejecutable
mandándome un correo a morsa@la-morsa.com