
ChessBase 17 - Mega package - Edition 2024
It is the program of choice for anyone who loves the game and wants to know more about it. Start your personal success story with ChessBase and enjoy the game even more.
El torneo por el Campeonato
del Mundo FIDE, que tendrá lugar desde el 27 del septiembre hasta el 16 de
octubre en San Luis (Argentina), debería resultar un acontecimiento fascinante.
Es la primera vez en más de medio siglo que el campeonato mundial (masculino)
de
A estas alturas, es
probable que hayan leído
el artículo de Nigel Short en el que se cuestiona la reivindicación de
Garry Kasparov's del 95% de
posibilidades de que el torneo sea ganado por Viswanathan
Anand, Veselin Topalov, o Peter Leko. Nigel se ofreció a apostar 100
$ sobre el ganador del torneo por los otros cinco jugadores (Peter Svidler, Alexander Morozevich, Michael Adams, Judit Polgar, and Rustam
Kasimdzhanov) si Kasparov le
pagase
No hay duda de que es
probable una victoria de Anand, Topalov,
o Leko y, por supuesto, hay muchas consideraciones
subjetivas difíciles de analizar numéricamente. Sin embargo, las estadísticas
pintan un panorama más incierto que el sugerido por Kasparov.
Según mis cálculos, los cinco jugadores restantes tienen unas posibilidades
conjuntas del 41% (no del escaso 5%) para ganar el torneo, lo que hace parecer
bastante atractiva esa apuesta de
Viswanathan Anand parece
ser el claro favorito, con un 31%. Veselin Topalov tien las previsiones
mejores tras él con alrededor del 17% y cada uno de los seis restantes
jugadores están entre el 8% y el 12%, excepto en lo que respecta al actual
campeón del mundo FIDE Rustam Kasimdzhanov,
que es el participante de lejos con más baja puntuación y al que sólo se le da
una opción entre treinta para ganar el torneo. Seguiremos hablando más adelante
de los jugadores pero primero quiero analizar el propio formato del torneo, porque
es una antigua reclamación desde los campeonatos FIDE por eliminatorias de los últimos
años. Podemos debatir sin fin sobre si es preferible un torneo o un encuentro,
pero en vez de eso prefiero destacar que de todos los posibles formatos de
torneo, éste es excelente.
Podría ser tentador el
echar un vistazo a las reglas del torneo e inmediatamente empezar a criticar el
hecho de que, como en el pasado, un primer puesto compartido pudiera ser
decidido en último término por partidas rápidas, partidas relámpago o incluso
con la partida "Armagedon" de muerte súbita.
Por supuesto, nadie quiere que una partida rápida decida el campeonato, pero
eso ciertamente es una posibilidad muy real en un torneo por KO, donde no a
tantas opciones de desempate que no sea avanzar hacia partidas con control de
tiempo más rápido. No se pueden utilizar los resultados individuales o el número
de victorias porque siempre son los mismos para ambos jugadores. Y la "primera
victoria" (o la "última victoria") se considera demasiado
injusta para el jugador que empezó con negras (o que terminó con ellas). El
campeonato FIDE de hecho se determinó con partidas rápidas dos veces durante la
era del KO: en la primera competición cuando Anatoly Karpov derrotó a Anand en 1998 y
luego en la última, cuando Kasimdzhanov venció a Michael
Adams en 2004.
Sin embargo esta preocupación
es mucho menos relevante en San Luis que lo que lo fue en los torneos por KO. En
una competición por el sistema de liga, y especialmente en una larga, es
posible establecer reglas de desempate de forma que sea casi seguro resolver el
primer puesto por medio de las propias partidas clásicas. Durante un torneo
largo habrá muchas diferencias en la cantidad de victorias de cada jugador y también
pueden usarse varios resultados individuales. Sin duda, algunos de los criterios
de desempate pueden parecer algo arbitrarios (p. e., ¿por qué no “menos
derrotas” en vez de “más victorias”?) Sin embargo, al menos de esta forma los
jugadores saben con anticipación en lo que se están metiendo y pueden jugar de
acuerdo con ello a medida que se aproximan las rondas finales y las situaciones
de desempate van cristalizando. Por supuesto, siempre se puede jugar la partida
“¿Y qué?” y regresar a criticar el desempate final (partidas con control de
tiempo más rápido), pero para esta competición en concreto y con estas reglas
en particular, es poco probable que el campeonato tenga que resolverse con
partidas rápidas o relámpago. En concreto, las opciones son de
Repasemos las diversas
posibilidades. En primer lugar, recuerden que es una competición muy larga,
catorce rondas. Eso significa que es bastante probable que los jugadores se
ordenen bastante por si mismos; de hecho, según mis cálculos, hay casi un 80%
de posibilidades de que haya un ganador claro tras 14 rondas, lo que significa
que toda esta preocupación por los desempates resultaría bastante irrelevante. En
otras palabras, si jugásemos este torneo 40 veces, tendríamos un ganador claro
en el primer puesto en 32 ocasiones y veríamos un primer puesto compartido sólo
en 8. ¿Qué pasa en esos 8 casos restantes?
Según las reglas, el primer
criterio de desempate es el de los resultados individuales entre los jugadores
empatados. Por ejemplo, si hubiera un empate entre tres, miraríamos los
resultados individuales sólo entre esos tres jugadores. Si continúa el empate, se
va al siguiente criterio, que es contar el número total de partidas ganadas
durante todo el torneo por cada jugador (contra todos los rivales, incluso
aquellos que no comparten el primer puesto). La mayor parte de las veces el
criterio bastará para determinar un ganador único. Sólo en una ocasión de cada
40 hay que recurrir a partidas rápidas. E incluso si hay que ir a ellas, hay
casi un 98% de opciones de que se vean implicados dos jugadores, en vez de la
extraña mini liga con varios jugadores que prevén las reglas.
En este tema de las
partidas rápidas, quiero señalar otra cosa. Sé que la victoria de Rustam Kasimdzhanov del año
pasado en Trípoli fue una gran sorpresa, pero en realidad podía haber sido anticipada
de alguna manera por medio de la estadística, si se hubieran usado en los cálculos
las puntuaciones de rápidas. No las empleé porque no había a mano una lista
oficial de rápidas de
Así que si llegamos a un
desempate a rápidas, puede que les interese conocer que la puntuación no
oficial de Anand en esa modalidad es más de 60 puntos
superior a la de cualquier otro en San Luis, pero los lugares 2º y 3º (entre los participantes en San Luis) los
ostentan los que tienen menos posibilidades Kasimdzhanov
y Alexander Morozevich, con Judit Polgar
muy abajo en la clasificación de rápidas, a más de 200 puntos por detrás de Anand. Empleé esas puntuaciones de rápidas en mi modelo de
simulación, pero realmente no es muy significativo porque es poco probable un
desempate a rápidas.
Basta de desempates; volvamos
a las rondas
Mi modelo de simulación
tomo diversos factores en consideración. El factor más importante, por
supuesto, es la fuerza estimada de cada jugador: su puntuación. En vez de usar
directamente las puntuaciones FIDE, he escogido emplear mi fórmula más exacta
de puntuación Chessmetrics para calcular la fuerza de
cada jugador al 1 de septiembre. También consideré otros factores, como la
fuerza con blancas y negras de cada jugador, así como sus frecuencias de tablas
con cada color. También busqué resultados individuales significativos en el
pasado y, finalmente (tras muchos titubeos) decidí incluir una bonificación/penalización
para los jugadores que lo han hecho particularmente bien/mal contra una oposición
2700+. Tomando en consideración todos estos factores y simulando el torneo
completo un millón de veces, esto es lo que salió:
Indudablemente hay algunas
diferencias importantes entre estas cifras y las que se esperarían a partir de
la clasificación FIDE. Primero y más importante, Anand
y Topalov están empatados en la última lista FIDE, con
Peter Leko a 25 puntos por
detrás, y hay otro salto de 25-30 puntos antes de alcanzar a Peter Svidler y Judit Polgar. Entonces ¿por qué tengo a Anand
tan por delante de Topalov y como hicieron Svidler y Polgar para alcanzar a Leko?
Bueno, es un poco difícil
de explicar, pero haré un intento. Puede que recuerden un artículo que escribí
hace un par de años donde sugería reemplazar la actual fórmula Elo con una fórmula “lineal” más simple. Mis análisis
mostraban que la fórmula Elo crea un involuntario margen
de error contra los jugadores que tienden a vencer a oponentes 100 o 200 puntos
por debajo. Por ejemplo, si tiene una ventaja de 150 puntos sobre su oponente,
los datos empíricos dicen que puntuará un 67%, mientras que la fórmula Elo espera que puntúe el 70%. Así que si juega 100 partidas
contra rivales que estén 150 puntos por debajo y pongamos que puntúa realmente 67/100
(encajando exactamente en las predicciones empíricas), entonces la fórmula Elo reclamaría que debería haber puntuado 70/100, y de ese
modo hubiera puntuado 3 puntos completos por debajo de sus expectativas y
perdería (sin merecerlo) 30 puntos.
Entre los participantes en
este torneo, los jugadores distintos de Kasimdzhanov
que típicamente se enfrentan a jugadores con menos nivel (debido a las
competiciones en las que tienden a participar) son Peter
Svidler y Alexander Morozevich.
Estos dos jugadores han tenido una ventaja promedio de puntuación de unos 100 puntos
en las partidas de los últimos años y por eso sus puntuaciones FIDE son algo más
bajas de las que realmente merecían, debido a la desviación mencionada más
arriba. En el otro extremo del espectro, Peter Leko y Veselin Topalov se enfrentan a rivales tan fuertes que sólo los
superan por 25 o 30 puntos. Leko y Topalov no tienen ese desfase del Elo
en su contra, así que sus puntaciones FIDE son un poco mayores de las que
merecen, en relación con los demás. Así que lo que parece un salto de 25 puntos
en la fuerza entre Leko y Svidler
en la clasificación FIDE se revela como simplemente una función de la clase de
competiciones en las que participan y de hecho Leko y
tienen probablemente una fuerza parecida, a pesar de lo que dice la clasificación.
Y mientras que Anand se enfrenta a oponentes del
mismo calibre que los de Topalov, la puntuación de Anand es tan alta que también sobrepasa en 100 puntos a su
oponente típico. Por ello, la fórmula Elo da unas
expectativas irrazonables a Anand y su puntuación FIDE
es también menor que la que merece.
Hasta aquí la explicación
simplificada. Hay mucho más, porque las fórmulas de puntuación son en realidad
muy distintas. Por ejemplo, las puntuaciones FIDE no tienen en cuenta que Judit
Polgar se pasó un año completo en blanco, mientras
que mis puntuaciones (que tienen en cuenta la inactividad) son sensibles al
paso del tiempo. Topalov juega con mucha más
frecuencia que lo que lo hacía hace algunos años y eso también está afectando a
su puntuación. ¡Si algo hay que destacar es lo sorprendente que resulta que la
lista FIDE y la de Chessmetrics sean tan parecidas! Sin
embargo ustedes no estén muy preocupados por los entresijos de los cálculos de
la puntuación, así que dejémoslo así: he optimizado mi fórmula para darle el máximo
poder de predicción y dice que Svidler en realidad es
tan fuerte como Leko, y que Anand
es algo más fuerte que Topalov, pero ¿quién sabe la
verdad?
Ya que estamos haciendo
este viaje nostálgico por mis pasados esfuerzos periodísticos, déjenme
recordarles otro artículo que escribí hace algunos años, tratando de ver si los
resultados individuales del pasado tenían alguna proyección sobre los
resultados futuros. Sé que los jugadores piensan que es así, que hay ciertos
jugadores contra los que les encanta jugar y otros con quienes odian hacerlo. En
aquel artículo concluía que realmente no había tal efecto, que no importaba si
se habían obtenido resultados buenos o malos en el pasado contra alguien.
Sin embargo, dado que los
enfrentamientos individuales son tan relevantes en este torneo (son el primer
criterio de desempate), pensé que debería revisar aquella investigación un poco.
Así que volví a ejecutar los análisis usando las nuevas puntuaciones Chessmetrics y comprobé si teniendo en cuenta los
enfrentamientos individuales del pasado se mejoraban las predicciones de
enfrentamientos futuros. Resulta que si se sobrepasa un cierto nivel de relevancia,
mejora las predicciones futuras si se corrigen enfrentamientos en los que un
jugador parece tener una especial “habilidad” para vencer a otro.
El ejemplo histórico más
famoso es (por supuesto) la carrera de Vladimir Kramnik de dominio sobre Garry Kasparov. A lo largo de su carrera, Kramnik
le llevó unos 79 puntos a Kasparov (lo que significa
que Kramnik logró 7,9 puntos completos más de los
esperados, en todas sus partidas). Es de lejos la mayor cantidad en la historia
del ajedrez. Si volviesen a jugar, esta metodología recompensaría a Kramnik con una bonificación especial de 26 puntos cuando
se enfrentase a Kasparov. Empatados en segundo lugar
con 60 puntos está la dominación de Viktor Korchnoi sobre Lev Polugaevsky y
la de Kramnik sobre Judit Polgar
(que podría llegar a ser especialmente relevante si Polgar
se las arregla para ganar este torneo; ¡Kramnik recibiría
una bonificación especial de 20 puntos contra Polgar!)
Más abajo en el puesto 33 de la
clasificación histórica está el rendimiento superior de Leko
frente a Topalov y hay que bajar hasta el puesto 102 en
la lista para encontrar el mejor rendimiento de Anand
contra Polgar. Aquellos dos emparejamientos de San
Luis son los únicos que se pueden calificar como “significativos”. Por eso en
mi modelo le doy a Leko una ventaja adicional de 14
puntos cuando se enfrenta con Topalov y le doy a Anand un extra de 11 puntos contra Polgar.
Pero con todo, creo que este factor no es especialmente relevante.
También decidí comprobar si
ciertos jugadores lo hacían especialmente bien (o especialmente mal) cuando se
enfrentan a rivales de elite. Puse la frontera en el nivel 2700 y, para cada
jugador, examiné sus resultados históricos con jugadores de 2700+ y contra
jugadores por debajo, para ver si había alguna diferencia inusual en los
resultados. De los ocho participantes, los tres que lo han hecho especialmente
bien frente a rivales 2700+ fueron Peter Svidler, Peter Leko y Rustam Kasimdzhanov,
y les di una bonificación de 7 puntos en mis cálculos (puesto que éste es uno
de esos acontecimientos de elite). Por otra parte, Alexander Morozevich históricamente lo ha hecho mucho mejor contra
jugadores por debajo y no tan bien frente a oponentes del nivel 2700, así que
tiene una penalización de 11 puntos en mi cálculo. Veselin
Topalov y Judit Polgar también
recibieron penalizaciones más pequeñas de este tipo. Aquí tienen un sumario de
los diferentes modificadores que usé:
Jugador |
FIDE |
CM |
2700+ |
Final |
Tablas |
Opciones |
Anand |
2788 |
2794 |
– |
2794 |
50% |
31% |
Topalov |
2788 |
2767 |
-7 |
2760 |
43% |
17% |
Svidler |
2738 |
2742 |
+7 |
2749 |
49% |
12% |
Leko |
2763 |
2744 |
+7 |
2751 |
57% |
11% |
Polgar |
2735 |
2741 |
-6 |
2735 |
41% |
11% |
Morozevich |
2707 |
2727 |
-11 |
2716 |
37% |
8% |
Adams |
2719 |
2723 |
+4 |
2727 |
53% |
7% |
Kasimdzhanov |
2670 |
2671 |
+7 |
2678 |
38% |
3% |
En esta lista quiero llamar
su atención sobre la columna del porcentaje de tablas. En conjunto espero un
porcentaje de tablas del 46%. Aunque se trata de una competición de elite y por
ello tradicionalmente repleta de tablas, la inclusión de Topalov,
Polgar, Morozevich y Kasimdzhanov debería asegurar muchas partidas decididas y
esto podría tener un resultado muy interesante. Recuerden que el número total
de victorias logradas por un jugador es uno de los criterios de desempate, y
por ello los jugadores que ganan mucho y pierden poco tendrán una ventaja
sustancial sobre otros que ganan poco pero nunca pierden. Hay otro factor matemático involucrado, que es
que los jugadores que arriesgan tienen más opciones de encadenar victorias y
lograr una puntuación realmente alta que les permita ganar el torneo.
Para ilustrar esto,
comparemos a Judit Polgar con Peter
Leko. En la lista anterior pueden ver que una vez
considerados todos los factores, a Leko se le da una “puntuación
final San Luis” por encima de 2750 mientras que la de Polgar
baja a 2735. Sin ambargo, se les da un idéntico 11%
de opciones para ganar el torneo. ¿Por qué? De nuevo, es un poco difícil de
explicar, pero lo intentaré. Si ha llegado hasta aquí, al menos debe estar ligeramente
interesado. Los jugadores con muchas partidas decididas tienen una “campana” más
amplia de puntuaciones totales, lo que significa que tienen opciones bastante
significativas de lograr una puntuación positiva grande, junto con una probabilidad
bastante significativa de una puntuación negativa grande. En el otro lado, los
jugadores propensos a las tablas, no tienen una variación tan amplia en los
resultados posibles:
Pueden ver que la curva de Leko tiene un máximo en una puntuación igualada o +1, así
que es tiene más probabilidades que Polgar de
finalizar con tal resultado. Ella tiene claramente más probabilidades que Leko de lograr una puntaución
grande negativa como -4 or -5, pero a pesar de su
menor puntuación, una vez que se sitúa en el rango +4 o +5, la impredecible Polgar realmente tiene más opciones que el propenso a las
tablas Leko para terminar con ese resultado amplio. Y
dado que es probable que haya que lograr un resultado de +3 (o superior) para
ganar el torneo, las opciones de Polgar de ganar el
torneo son bastante comparables a las de Leko. Sus
resultados medios son menores, pero eso no importa tanto como su probabilidad
de obtener un resultado final amplio. Lo mismo cabe decir sobre porqué Svidler realmente tiene unas opciones de victoria
ligeramente mejores que el mejor clasificado Leko y
porqué Morozevich tiene unas opciones de victoria
ligeramente mejores que el mejor clasificado Adams.
Por último, me gustaría dar
alguna justificación de lo que he dicho en el último párrafo sobre la necesidad
de un marcador +3 o +4 para ganar el torneo. Recuerden que he simulado este
torneo un millón de veces distintas. En unos casos un resultado de +2 fue
suficientemente bueno para lograr el primer puesto con claridad y en otros un
resultado de +9 ni siquiera fue bastante para empatar en el primer puesto. Incluso
hubo un torneo simulado en el que los ocho jugadores empataron con 7/14 y los
criterios clásicos de desempate bastaron para determinar dos jugadores para el
desempate a rápidas, ¡donde Svidler venció a Kasimdzhanov y ganó el título! Sin embargo, tomando un
promedio agregado, se puede tener una percepción buena de las tendencias
generales en las que se logrará la victoria.
Puedo decirles que más del 70%
de las veces, el torneo lo ganó alguien puntuando +3, +4, o +5, siendo +4 el
resultado con más probabilidades de ganar. Un resultado de
+2 es
probable que no vaya a ser suficiente para ganar el torneo; de hecho, las
opciones están 17 a 1 contra convertirse en campeón si se termina con +2. Lograr
un resultado de +3 es obviamente más prometedor, pero las opciones aún están 2 a
1 en contra. Por otro lado, un resultado de +4 probablemente da un 51% de
opciones de terminar primero con claridad y un 11% adicional de compartir el
primer puesto y aún así ganar el título, lo que en total significa un 62% de
oportunidades si se logra +4. Aquí tienen un gráfico que ilustra las cifras para
todos los marcadores entre +1 y +10.
Parte de la diversión de esto es ver como cambian las cifras a medida que
transcurre el torneo y tratar de imaginar el porqué. A menudo hay algo muy
significativo que ha sucedido y de lo que nuna me hubiera dado cuenta sin
escavar un poco más. Mi plan es facilitar actualizaciones estadísticas en cada
día de descanso del torneo y tratar de explicar porque las cifras han cambiado.
Espero que se hayan divertido con este artículo. Sé que la perspectiva
estadística no es la única y ni siquiera la más importante. Pero quizás
facilitará un contrapunto útil para aproximaciones más subjetivas. En cualquier
caso, les veré de nuevo el primer día de descanso. Mientras tanto, pueden
visitarme cuando quieran en mi sitio Chessmetrics o
enviarme mensajes de correo electrónico sobre cualquiera de estos temas.