Martes, 19 de junio de 2012
ChessBase Blog por Karsten Müller
Siguiendo las huellas de Capablanca
Solo he mirado el final de forma más detallada, pero le aconsejo que mire
toda la partida para ver como Magnus recopila pequeñas ventajas y siempre
encuentra la forma de avanzar hacia su objetivo.
La máquina de ajedrez
Para la mayor parte de los aficionados, e incluso para muchos buenos
jugadores, el final de partida significa que termina la emoción. Pero la
aparente simplicidad muy a menudo esconde profundos misterios y enorme
complejidad. Los jugadores más grandes de todos los tiempos se beneficiaron de
su superioridad en la fase terminal de la partida. En el caso de Capablanca, su
espléndida técnica finalística le dio fama legendaria y el título de "máquina de
ajedrez".
La siguiente bien conocida partida se jugó en el torneo de Moscú de 1936.
Los mejores años del excampeón mundial de 48 años ya quedaban atrás y, en
posiciones complicadas, Capablanca ya no era tan agudo como en su juventud. Pero
si había alguna opción de victoria en un final, él la explotaba con la precisión
de un ordenador de épocas posteriores.
El GM y doctor hamburgués Karsten Müller, nacido en 1970, juega desde
1988 en el Hamburger Schachklub en la primera división de la
Bundesliga y en 1996 y 1997 fue tercero en el campeonato de Alemania. Es un
experto en finales de fama internacional y se encarga regularmente de las
columnas de finales de ChessBase Magazine y del "Endgame Corner" de
ChessCafe.com.
Tienen una relación de sus trabajos en el catálogo de ChessBase
aquí.