El encanto de Arion

Cuando acababa de morir Chigorin en 1908 y la vida ajedrecística en
Rusia estaba llegando a su punto culminante, Alexander A. Alekhine (1892 - 1946)
aún era uno entre los muchos maestros rusos de ajedrez. (Reti, Las
nuevas ideas en el ajedrez, 1922). En 1914, poco tiempo antes de estallar
la Primera Guerra Mundial, todavía se consideraban como "suerte"
o "sorpresa" los éxitos de Alekhine. Luego desapareció
de escena. Después de la guerra corrieron rumores de que Alekhine había
muerto.


En 1921 Alekhine apareció en un café de ajedrez de Berlín.
No hablaba mucho de los años pasados y dicen que siempre llevaba consigo
un jarrón de Sèvres que le había regalado el zar ruso por
su victoria en el torneo de maestros en 1914 (A. Münninghoff, Max Euwe,
2001). Lo que estaba dispuesto a contar Alekhine sobre los siete años
pasados fue publicado en aquel impreso que llamó "libro" (¡32
páginas!) Tartakower (1887-1956) "La vida de ajedrecista en la Rusia
Soviética" fechado en "Berlín, en junio de 1921".
Como detalle interesante hay que mencionar que el editor berlinés Bernhard
Kagan (1866-1932) dió como autor a "Alexander de Alekhine".
El texo original es difícil de conseguir. En las bibliotecas de las
universidades hay dos ejemplares, en Noruega y Suecia, se permiten el préstamo
del cuaderno a domicilio. El ministerio de la antigua RDA "Ministerium
für Volksbildung der Deutschen Demokratischen Republik" apuntó
el texto de Alekhine en la "lista de eliminiación" en el año
1952 ("Liste
der auszusondernden Literatur"). A principios de los años ochenta
fue publicada una reedición en la RFA. Existe otra reedición en
ATTACKE - Das beste vom Sowjetschach ("Lo mejor del ajedrez soviético"),
tomo 3, Sportverlag Berlín, 1992.
En la biografía de Alekhine escrita por Müller / Pawelczak (2ª
edición, Berlín 1962) los autores abordaron detenidamente al folleto
de Alekhine: "Contiene mucho material interesante y hace públicos
muchos hechos que normalmente y con el veto de los paises del este en otro caso
habrían caído en el olvido para siempre". Hay una frase donde
Müller / Pawelczak mencionan la "necrológica hermosa"
de Alekhine al prometedor maestro Evensson (p. 17), que había
sido fusilado por las tropas de Denikin durante la retirada de Kiev. Pero, lamentablemente
no está completa la descripción de Alekhine. El texto orgininal
de La vida de los ajedrecistas en la Rusia Soviética dice:
"En el año 1919 llegó a Moscú la noticia del fallecimiento
del joven y prometedor maestro Alexander Moissejewitsch Evensson, que fue fusilado
por las tropas del general en jefe Denikins durante la retirada de Kiev porque
por un lado era un funcionario soviético con responsabilidad (Es que
los bolcheviques recurrieron a Evensson en su función de jurisconsulto
y actuaba como juez instructor del tribunal revolucionario de guerra) y por
el otro tenía la mala suerte de ser judío".
Esa
noticia es destacable por varias razones: 1º) Alekhine conocía personalmente
a Evensson; se enfrentó en una partida con él en 1916 y al parecer
también en 1918 en Kiev. 2º) El mismo Alekhine también trabajó
como juez de instructor durante nueve meses, desde el 13 de mayo de 1920 hasta
el 13 de febrero de 1921, en la administración central de la milicia
(Isaak y Wladimir Linder, Das Schachgenie Alekhine ("El genio ajedrecístico
Alekhine"), Sportverlag Berlín 1992, p. 66). 3. El manuscrito de
Alekhine La vida de los ajedrecistas en la Rusia Soviética no
contiene elementos antisemíticos, sino todo lo contrario: llama la atención
sobre la matanza de Evensson por los desmanes contra los judíos.
Se quejó Chajim Ahron Krupnik en la edición del 23 de junio de
1921 del famoso semanario berlinés Die Weltbühne (p. 689
y siguientes) en un artículo con el título Europa tanzt
(¡Europa está bailando!):
"(...) Ucrania ha sido 'liberada' varias veces: los turcos la liberaron
de los tártaros, los polacos de los turcos, los rusos de los polacos,
los alemanes de los rusos, los ucranios de los alemanes, los bolcheviques de
Petljura, Denikin de los bolcheviques, etcétera. Pero todos intentaban
liberarla de los judíos, porque ya se sabe que ellos son los culpables
de todo. (...) Ese horror tardó casi dos años. Fueron destruidas
más de 800 colonizaciones judías en más de 2000 pogromos.
Murieron varios cientos de miles de judíos asesinados, de hambre, de
enfermedades. (...) Europa no quiere saber nada de esa miseria. Los periódicos
(...) se interesan más por el incendio en un almacén americano
o por un terremoto en las Filipinas que por la ejecución indignante de
tres millones de judíos en Ucrania. (...)"
El Dr. Savielly G. Tartakower, cuya familia sufría los desmanes contra
los judíos, no habría pasado por alto del reportaje de Alekhine
sobre la muerte de Evensson. Tartakower vivía en Viena durante los años
veinte pero seguía preocupandose mucho por Rusia. En 1922 tradujo una
antología de poesia alemana al ruso. En 1923 fue publicado La cara
rusa de la revolución: una antología contemporánea de poesia
rusa en la editorial Interterritorialer
Verlag Renaissance, Viena, traducida al alemán y con una introducción
de Savielly Tartakower. Su editor D. Erdtracht publicó varios escritos
sionistas a principios de los años veinte. Dicho sea de paso, resulta
que un sociologo, un tal "Aryeh Tartakower" (¿Sería
familiar de Savielly?) trabajaba para el Congreso
Mundial Judío.
Los libros sobre la nueva Rusia fueron muy populares en 1920/21. El en estos
tiempos el muy conocido médico y pacifista alemán Prof. Georg
Friedrich Nicolai escribió en la Weltbühne (Bolschewik und Gentleman,
edición del 6 de enero de 1921, p. 10 y sigientes):
"Todo aquel que ha estado en Rusia se ve obligado a escribir sobre los
bolcheviques (Para muchos de momento es una de las curiosidades más interesantes
y exóticas) y el público piensa que los reportajes de estos testigos
presenciales tienen un valor especial. Pero están equivocados porque
muchas veces el estar demasiado cerca de una cosa distorsiona la visión.(...)
Por eso, no es extraño que hoy en día estos mismos testigos inteligentes
de aquel entoces digan todo lo contario de lo que dijeron antes. (...) Cada
uno que ha estado en Rusia lo ve de una manera distinta. Y, para decir la verdad,
en principio solo ven lo que quieren".
La autora suiza Annelise Rüegg (1879-1934) también estuvo en Rusia
en 1920/21. En 1914 había publicado el libro "Vivencias de una hija
camarera: Imágenes de la industria de hoteles" (Erlebnisse einer Serviertochter: Bilder aus der Hotelindustrie). En 1916 escribió la continuación "Más
viviencias" (Weitere Erlebnisse). La Primera Guerra Mundial la trató
en el libro que llevaba el título "Viajando por el mundo durante
la guerra: vivencias de los tiempos de la guerra" (Im Kriege durch die
Welt: Erlebnisse aus der Kriegszeit, Editorial Grütli Buchhandlung,
Zurich 1918). El club suizo "Grütliverein" había sido
fundado en el año 1838 en Ginebra como club patriótico-democrático
de educación obrerista. Más tarde se incorparon los clubes de
canto y de gimnasia / deportes y luego los volvieron a separar.
En
1901 el club Grütliverein se unió con el Sozialdemokratischen
Partei der Schweiz (SPS). En 1915 se dio de baja en el SPS. En 1920 se fundió
con el "sozialistische Arbeitersport-Internationale" (Grupo
socialista internacional de deportes de obreros). El 16 de noviembre 1920 Annelise
Rüegg le hizo una entrevista a Lenin. Escribió un reportaje sobre
sus experiencias en Rusia. Hay ejemplar con una traducción en francás
en la Biblioteca Nacional de Suiza, que aún no ha sido valorada para
el mundo de ajedrez: Impressions d'une socialiste suisse hôte des Soviets
de Anna-Lisa Alekhine-Ruegg, Torino 1928 (38 páginas).
Alexander Alekhine y Annelise Rüegg se prometieron en las Navidades de
1920. A principios de 1921 Alekhine acompañó a su novia y a otros
delegados a Moscú y a otras ciudades rusas como intérprete. ¿Ya
se habría decidido a abandonar Rusia? En febrero de 1921 dejó
su trabajo como juez instructor. El 15 de marzo se casó con Annelise
Rüegg y el 29 de abríl 1921 recibió el permiso de salida
para Letonia. Dicen que vivió allí aproximademente dos meses antes
de viajar hasta Berlín.
En La vida de los ajedrecistas en la Rusia Soviética resumió
sus impresiones con las palabras siguientes:
"Todo dependía de la influencia personal de algún hombre
del gobierno soviético. En cierto modo debido a eso el ajedrez vivió
una época breve de florescimiento gracias a Iljin-Genewsky. Pero parece
poco probable que sea posible crear algo duradero con unos fundamentos tan poco
sólidos".
Tartakower introdujo el reportaje de Alekhines con las siguientes palabras:
"Los dirigentes bolcheviques aguantaban el encanto del ajedrez de la misma
manera en que lo hacían los animales salvajes en la Leyenda de Arion.
Se trata de una feliz coincidencia que el conocido editor berlinés haya
logrado contratar justamente a un Gran Maestro moscovita y dictador del ajedrez
como Alexander Alexandrowitsch von Alekhine para describir todos aquellos hechos
raros y que además adjunta un valioso material probatorio, por el que
todo el mundo del ajedrez le rendirá homenaje".
¿A qué se refería Tartakower con las fieras de la leyenda
de Arion? La mitoligía griega habla del rey Arion de Mileto, que crió
a Trambelos, el hijo de Telamon y Hesione como si fuera suyo. No debe tratarse
de este Arion. Tampoco se referiría al caballo salvaje Arion, hijo de
Poseidón, dios de los mares. Más bien será el cantante
y poeta Arion de Lesbos un personaje histórico del año 600 antes
de Jesucristo. A este se refiere la saga:
Un día Arion de Lesbos fue invitado a tomar parte en un concurso musical
en Sicilia. Ganó el premio y recibió regalos de sus admiradores.
Los marineros que le debían llevar de vuelta a casa en su barco decidieron
matarlo y robarlo.
- "Tienes que morrir", dijo el capitán del barco a Arion.
- "¿Qué crimen he cometido?", preguntó Arion.
El capitán respondió: "¡Eres demasiado rico!"
- "Déjadme mi vida", le pidió Arion. "Os daré
todos mis premios".
El capitán contestó: "Seguro que te olvidarías de
tu promesa nada más llegar a Corinto. Yo también lo haría
si estuviese en tu lugar. Un regalo dado forzadamente no es ningún regalo".
Arion se entregó a su destino pero pidió un último deseo:
"Por favor, déjadme cantar una última canción."
El capitán estuvo de acuerdo.
Arion fue hasta la proa del barco e invocó a los dioses, cantó
y saltó a la mar. El barco siguió navegando.
El
canto de Arion había congregado a un grupo de delfines. Uno de ellos
dejó sentarse sobre su espalda a Arion. Pronto adelantaron al barco y
llegaron al puerto. Arion se salvó y los piratas fueron condenados a
muerte.
Los animiales de los que hablaba Tartakower serían entonces los delfines
que se dejaron encantar por el arte de arion y le salvaron la vida. La comparación
con los gobernantes bolcheviques alberga una alusión a que apreciaron
el talento sobresaliente de Alekhine y que por eso le dieron permiso para salir
de Rusia.
Exagerando aún un poco más la comparación, Arion cantando
por su vida se podría convertir en un ajedrecista Alekhine jugando por
la suya. Pero la partida de su propia vida ha sido desterrada del reino de
las leyendas por los biografos de Alekhine.
Gerald Schendel (31.12.2002)