Para ganar, primero debes aprender
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Anand tenía el mayor Elo del mundo cuando se coronó campeón en México 2007 y por aquél entonces Magnus, a sus 16 años, era número 16 en el listado oficial. Al año siguiente, cuando revalidó su título con holgura frente a Kramnik en Bonn, Anand había descendido al 5to puesto y su retador era 6to. No era un match entre los mejores jugadores del mundo, Magnus había ascendido al 4to puesto, por delante de ambos y Topalov era el rey ganando un torneo tras otro.
Cuando Anand defendió de nuevo su título, esta vez frente a Topalov en Sofía 2010, ganando en el último minuto, el número del 1 del mundo era ya Magnus Carlsen. Topalov iba detrás y Anand cuarto. Para la próxima reválida contra Gelfand en Moscú 2012, que ganó por los pelos, la situación iba al límite, Anand cuarto y Gelfand en el puesto 22 mientras Magnus seguía abriendo brechas como número 1.
El ser o no ser número uno en el mundo no es algo simbólico. Nos da una referencia clara del rendimiento del campeón respecto a sus principales rivales. Durante esos últimos 6 años Anand fue bajando en sus actuaciones, cada vez distaba más de aquél increíble matador que propinaba estocadas a diestras y siniestras a sus adversarios. El campeón no era el mejor en las batallas frontales en los torneos a los que acudía y sus resultados eran cada vez peores, mientras Magnus brillaba.
Pues no hay que ser un mago para predecir que será todo lo contrario, Magnus seguirá arrasando. El chico es humano, por supuesto y se tomará sus descansos, tendrá otras cosas que hacer en la vida claro está, no le obligaremos a estar devorando millas para jugar un torneo tras otro, pero estoy absolutamente seguro de que en cada torneo que se presente jugará con la máxima intensidad posible para demostrar que sigue siendo el mejor del mundo y si lo hace, todos tendremos que estar eternamente agradecidos porque de esa manera el ajedrez se impulsa a nivel mundial.
Había una gran expectación, los aficionados adoran a Carlsen y tenían puestas en él sus esperanzas. El hecho de estar fuera de la órbita rusa, un retador noruego, la añadía un factor mediático adicional. Así las cosas se montó un tremendo circo publicitario sobre este encuentro.
Ajedrecísticamente hablando, el match no fue gran cosa. Fue peor que otros, por ejemplo que el Spassky-Fischer o que cualquiera de los célebres encuentros disputados entre Karpov y Kasparov. Estos últimos siempre terminaron por un margen estrecho, la emoción era extraordinaria y entre ambos se pegaban unas ostias descomunales. Imperaba una rivalidad en toda la regla y además la paridad era aproximada, cualquiera estaba en condiciones de ganar. Esta vez no hubo color.
Desafortunadamente para Anand, el momento en el tiempo en que le tocó enfrentarse a Magnus no era el mejor. Era 21 años mayor y tenía 95 puntos Elo menos. Era una lucha desigual y hay que reconocer su esfuerzo y la dura preparación a que se sometió. Anand es un caballero dentro y fuera del tablero, una persona excelente con quien he hablado en diferentes ocasiones y épocas. Siempre está del mejor humor y ojalá pueda seguir mostrando sus grandes habilidades en los años próximos.
En este match, un 40% de las partidas no tuvieron ninguna historia y serán olvidadas sin más en los próximos días, me refiero a las partidas 1, 2, 7 y 8. No hubo ninguna novedad teórica ni ninguna apertura que inspire a discutirse, revisarse en profundidad o ser seguida como nueva tendencia por las jóvenes generaciones. Tuvimos varias Berlinesas, bien conocidas, otro jaque en b5 y una Nimzo India muy interesante.
Apenas hubo movimientos de carácter táctico, con la excepción de la partida 9 que fue de las pocas que nos pusieron los pelos de punto. Magnus necesitó echar mano a un único sacrificio durante todo el match, ocurrió en la partida 3, en la que al momento en que le acechaba un gran peligro avanzó su peón a e3 sacrificando el de b2 (que por cierto Anand no aceptó)
Magnus Carlsen está revolucionando las cosas y su aproximación al mundial ha sido distinta, de hecho ya lo lleva haciendo desde hace un año o así. Me refiero a que no prioriza las aperturas, al menos no intenta decidir la partida preparando una novedad concreta que lo lleve a una gran ventaja en la fase inicial. Proyecta la imagen de que se siente feliz si entra a un medio juego con una microscópica superioridad, un simple punto de partida a partir del cual comenzar a trabajar.
Debo decir que de cara a los aficionados este tipo de estrategia aburre un poco, pero ciertamente repercute de forma muy favorable para Magnus. Jugadores como Alexei Shirov o Garry Kasparov dedicaron gran cantidad de tiempo a su preparación y durante cada partida necesitaron derrochar una enorme energía. Alexei es un jugador extraordinario, de un talento brutal y es un poco más joven que Anand, pero desde hace algunos años acusa el paso del tiempo. Garry se retiró a una edad similar, cuando era muy joven, uno de los mayores talentos de la historia del ajedrez, pero quizás fue víctima de ese exceso de energía que imprimía a sus partidas.
Magnus, con su nueva forma de ver el ajedrez, está ahorrando combustible y a ese paso, habrá Magnus para rato. Su estrategia es más simple, su intuición le permite jugar de forma más apacible, sin tener que echar mano a grandes novedades teóricas y cada vez me recuerda más a mi ilustre compatriota José Raúl Capablanca.
Se nota y mucho en un campeonato mundial. Cuando se enfrentaban Fischer y Spassky o Karpov y Kasparov se discutían variantes increíblemente tácticas y arriesgadas, que se repetían en partidas siguientes, sin miedo a lo que el equipo de analistas rival pudiera encontrar. Hoy se nota temor, se prefiere evitar ese tipo de variantes. Tendremos que acostumbrarnos a decir adiós a líneas con las que disfrutábamos tanto como las siguientes:
El peón envenado en la Variante Najdorf de la Siciliana
Aquella candente variante de la Española en la que Karpov avanza su peón a f5
O aquella idea intrépida con que Kasparov sacrifica un peón con negras en apenas 8 movimientos.
Bueno, es una pregunta imposible, es demasiado temprano para saberlo aunque con el sistema actual, se verá obligado a defender su título pronto. Personalmente creo que nadie con una diferencia generacional podrá con él, esto quiere decir que grandes jugadores como Ivanchuk, Gelfand, Svidler, Kramnik y Anand, todos muy fuertes, no tienen en mi opinión posibilidades de batirlo en un match. Su talón de Aquiles tendrá que encontrarlo un joven de su edad o más joven todavía. Alguien de esa generación de Caruana, Karjakin y prefiero no seguir citando nombres porque seguro pasaré por alto a varios de esa pujante nueva generación. ¿Un chino? Quizás, por qué no, suben como la espuma.
Tendrá que ser alguien que crea en sus posibilidades y salga dispuesto a todo desde el minuto 1 y traté de exprimir la táctica hasta el filo de lo imposible en partidas como la 1 y la 3, donde Anand pudo luchar más. Que si prepare bien las aperturas e intente confrontarlo con situaciones teóricas complejas, como ocurrió en la partida 9 y no vaya a caer, por supuesto, en este juego tranquilo donde con Magnus no tendrá la mínima posibilidad.
Tratándose de un Mundial y su enorme importancia, he tratado de analizar a fondo las 10 partidas y con el transcurso del tiempo iré actualizando y mejorando mis análisis. ¡Se aceptan sugerencias! Te invito a verificar mis comentarios y ojalá que a disfrutar con ellos en mi página web, amadorgm.com
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