El hombre que acusó a Bobby Fischer de hacer trampas

por Manuel Azuaga Herrera
24/10/2022 – partir de la queja de Fischer la FIDE modificó el sistema de competición y diseñó una fase de enfrentamientos directos con un formato clásico que incluía cuartos de final, semifinales y final. Gracias a este cambio, Fischer se convirtió en aspirante y, en 1972, se enfrentó a Boris Spassky en el ya mítico 'duelo del siglo' de Reikiavik. Durante la contienda, Efim Geller fue el colaborador más estrecho de Spassky. Su profundo conocimiento del juego lo convertía en el mejor de los analistas posibles. El propio Spassky, tras ser derrotado por Fischer, reconoció su esfuerzo: «Geller era obstinado, a menudo hostil, pero fue el único de mi equipo que realmente me prestó ayuda». Una ayuda inquebrantable que, por momentos, pareció un pacto de sangre. Para leer el artículo completopor Manuel Azuaga Herrera, en Diario Sur... | Gráfico: Sr. García (Diario Sur)

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El ajedrecista soviético Efim Geller, eterno aspirante a campeón del mundo, fue probablemente el mejor analista de todos los tiempos

1925. Moscú. Nicolái Krilenko, presidente del Comité de Justicia del Estado, organizó un torneo internacional de ajedrez en el lujoso hotel Metropol, frente al teatro Bolshoi. El campeón del mundo José Raúl Capablanca aceptó la invitación de Krilenko. Su sola presencia multiplicó la popularidad del noble juego entre los aficionados soviéticos, los mismos que aplaudían al cubano por las calles de la ciudad. La nómina de participantes incluía a jugadores de la talla del excampeón mundial Emanuel Lasker, el campeón estadounidense Frank Marshall o el prodigio mexicano Carlos Torre, entre otros. Los moscovitas empezaron a vestir con corbata y gemelos, tal y como lo hacía Capablanca. Un joven cineasta, Vsevolod Pudovkin, aprovechó la ocasión para rodar 'La fiebre del ajedrez', un delicioso cortometraje que hoy está considerado un clásico universal del cine mudo. Vladímir Nabokov, valga el apunte, aparece en el film durante unos segundos. Lo cierto es que la fiebre del ajedrez se propagó como un virus desmandado y llegó hasta Odesa, la perla del Mar Negro, donde una mujer acunaba en la calle Pushkin a su hijo de ocho meses. El bebé se llamaba Efim Geller y se convertiría, tiempo después, en el mejor analista de la historia del ajedrez.

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Manuel Azuaga Herrera, licenciado en Ciencias de la Información. Socio fundador de la Asociación Ajedrez Social de Andalucía. Monitor de la Federación Andaluza de Ajedrez (Nivel I-FADA)