08/11/2002 – Castillo Blanco.- El Príncipe Fritz está dispuesto a enfrentarse con el Rey Negro. Animado por su valiente prima Bianca, que tiene gran iniciativa: “¡Vaya! ¡Un duelo! ¡Guau! ¡No me voy a perder eso!” El pequeño “rey suplente” será ayudado por el bonachón Rey Pintojo. El conocido experto sibarita (su última obra fue el libro de versos Postres pintojos: “De todas las horas y tiempos, la de comer arrastra mis sentimientos”), que es un buen amigo de la familia, se siente obligado a ayudar al pequeño Fritz. En illo tempore fue uno de los testigos de la famosa
partida inmortal entre el Abuelito Blanco y el Rey Negro. Aplicando unos extraños y flamantes métodos de entrenamiento, el Rey Pintojo entrena a Fritz y Bianca y sorprende a los expertos del ajedrez de todo el mundo.
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