En realidad, la capacidad de trabajo, de esforzarse y sacrificarse, la voluntad y la disciplina, son una especie de talento muy apreciable. La ley del mínimo esfuerzo es muy poderosa y es un hecho contrastado que el cerebro está programado para economizar energía.
Durante el pasado mes de julio estuve desarrollando las labores de entrenador en el campeonato de España sub-14, en la preciosa localidad de Salobreña, con la selección de Aragón. Nuestra representación estaba compuesta por nueve talentosos muchachos. Con algunos de ellos trabajo regularmente durante todo el año, como la campeona femenina de Aragón, María Moreno, y el campeón absoluto de Aragón, Máximo Lorente. Asimismo, la federación aragonesa realiza anualmente una serie de entrenamientos de tecnificación, que sirven también para lograr un mayor conocimiento mutuo entre el entrenador y los jóvenes más destacados de la comunidad.
La siguiente encuesta no pretende ser un extenso análisis sobre la relación entre las horas de estudio y los resultados competitivos, sino más bien invitar a la reflexión. La fórmula del éxito está muy clara: talento + trabajo = éxito. Cabe considerar que siempre puede existir un sesgo en las respuestas, causado por el deseo de ocultar que se trabaja mucho o poco. Para limitar el impacto de esa posible tergiversación de la realidad, he consultado, siempre que ha sido posible, no solo con el jugador o jugadora en cuestión, sino también con su entrenador y padres. Por ejemplo, en el caso de Habans, la información proviene directamente de su entrenador, Jesús de la Villa. Se les ha pedido a todos sinceridad y que ofrezcan una media aproximada de horas de trabajo semanales.
Entendiendo que en el caso de los más jóvenes, durante las vacaciones escolares disponen de más tiempo libre. Se deben contabilizar las horas de estudio con sus respectivos entrenadores, así como las que trabajan individualmente. No entran en consideración las partidas rápidas a 3 minutos online o cosas similares. Pero sí se deben computar las partidas de entrenamiento, donde cada jugador disponga por ejemplo de 15 minutos o más. Es habitual y conveniente para asimilar una variante de apertura que se ha estudiado, por poner un ejemplo, jugar partidas de estas características. Las partidas de torneo naturalmente son una parte muy importante del desarrollo del ajedrecista, pero no se han tomado en cuenta aquí. En algunos casos, como el de Pedro Ginés, son muchas las horas de torneo y hay que valorar ese dato a la hora de estimar sus horas de dedicación.
Aragón:
María Moreno Burillo: 3 h, 45 minutos; Marcos Moreno Burillo: 5 h; Francisco Iravedra: 6 h, 45 minutos; Máximo Lorente: 7 h, 30 minutos; Héctor Lorente: 5 h, 15 minutos. Nicolás Asensio: 7 h; Tomás Morales: 6 h; Javier Morales: 5 h; Catalin Conon: 18 h; Sergio Atares: 7 h; Pedro Ginés: 28 h; María Eizaguerri: 35 horas.
Otras comunidades:
Félix Ilinca: 50 h; Javier Habans : 14 h; Daniel Tabuenca: 7 h; Julio Centeno: 4 h; Julia Piñol: 14 h; Daniel Salinas: 6 h; Alex Villa: 10 h; Aramí Lobo: 14 h; Bernardo César Maestre: 20 h. En verano 40 h semanales; Sabrina Vega: Lo equivalente a una jornada laboral. Actualmente, menos porque está ocupada con algunos proyectos y por su reciente maternidad. Iván Salgado: 56 horas a la semana y a veces más. Pero últimamente solo puede dedicar unas 3 horas al día por tener otras actividades; Jaime Santos: 50 horas semanales;
Como consideraciones finales, me viene a la mente la respuesta del Gran Maestro Miguel Illescas en una entrevista de hace ya bastantes años, aparecida en la ya mencionada revista Jaque, a la pregunta de cuántas horas estudiaba al día. Respondió:" es difícil de decir por qué en ocasiones puedo ir en el autobús pensando en una posición de apertura que he estado estudiando". Se podría añadir también que los jugadores más destacados, Fischer, Kaspárov, Carlsen etc., además de ser genios, también han sido o son los más trabajadores.
"El genio es un 80% de transpiración y un 20% de inspiración" es una conocida frase de Thomas Alva Edison. Esto mismo se ha dicho de muchas formas diferentes, pero el significado es siempre el mismo. El talento sin trabajo no sirve de mucho. Cada uno se debe marcar sus propios objetivos y trabajar en función de ellos. En el ajedrez y en la vida.
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