11/07/2012 – "Cuando Fischer se despertó a la tarde de la primera partida del duelo, el 11 de julio de 1972, poco a poco se iba percatando
de que efectivamente estaba en Islandia para disputar el título mundial y que estaba nervioso. Tras años de calamidades y controversias, tras las recientes
disputas relacionadas con el duelo, Fischer finalmente estaba en los umbrales de la meta de su vida. Laugersdalhöll iba a ser su
universo durante los próximos dos meses. Se habían controlado y vuelto a controlar todos los detalles en la sala de juego para asegurar que los
ajedrecistas estuviesen cómodos. Laugersdalhöll es un estadio cavernoso, con forma de cúpula (alguien lo describió como "la seta de Islandia"), con unos enormes
altavoces cubiertos de blanco colgando del techo, como si fueran gigantes murciélagos albinos. El primer piso estaba cubierto por completo con
gruesas alfombras para amortiguar el ruido que hacían los espectadores al entrar o salir de la sala y las sillas plegables fueron reemplazadas por sillones acolchados y por lo tanto silenciosos".
Así comienza el relato de los acontecimientos un testigo de excepción:
Frank Brady y su libro (en inglés)...