De la mañana a la noche
(Fotografías: Nadja Woisin)
La última jornada en Bilbao nos ofreció un día espléndido. El viento
olía a otoño, pero el sol y la temperatura eran veraniegas, sobre todo para
los que venimos de más al norte. Por eso había que aprovechar para pasear y
conocer un poco más esta acogedora ciudad portuaria.
El Ayuntamiento, a pie de muelle
Edificios al borde de la ría
La estación de FEVE:
Casa en la Calle Esperanza:
La Plaza Nueva
Pero la hora de las partidas nos llama. Enfrente de la sala de juego, un
reclamo publicitario habla de una inversión en la que ganan ambos bandos
¿Tablas?
Karjakin y Frans Morsch
El quinceañero de Ucrania en pleno esfuerzo mental
Y su rival, también:
Frans ha hecho el esfuerzo en casa, durante muchos años, tratando de hacer a
Fritz un poco mejor cada día
Ahora sólo tiene que dejarlo trabajar
Ponomariov estudia la jugada
Y el Dr Christian Donninger, observa el tablero desde un ángulo, mientras su
portatil recibe los cálculos de Hydra, también escorado. Ponomariov busca la
otra diagonal de la posición. Cuando alguno de los ajedrecistas se levantaba a
estirar las piernas y ver lo que había en las otras mesas, tendían siempre
mirar la posición desde el punto de vista del ordenador. Eso sí, con total
caballerosidad y deportividad, se abstenían de cualquier comentario o gesto.
¿Ergonomía? ¿Yoga? ¿Contorsionismo?
Topalov contra Junior
Junior en primer plano
Amir Ban concentrándose sobre la planilla
Es curioso observar que la tensión de la partida no la sufren las máquinas,
sino sus operadores. Ellos son, en este caso, también los responsables de los
programas, y la cita supone un examen de su trabajo ante un tribunal muy
cualificado.
La esquina de prensa, comentaristas y retransmisiones:
La organización trabaja a cualquier hora y en cualquier lugar:
Unas pantallas en los escaparates de la sala de exposiciones de la BBK, que
fue donde se jugaron las dos últimas jornadas, permitían a los aficionados y
viandantes seguir lo que ocurría en el interior.
Conforme transcurrían las partidas y se acercaba la hora de los resultados,
la afluencia de gente se hizo mayor
Y también nos permitió descubrir las vista nocturna de las fachadas de la
Gran Vía
¡Con una temperatura de 22ºC! ¡Todo un lujo para un 9 de octubre!
Y no podemos dejar de homenajear a las esposas de los organizadores, que
seguro que no dejan de ser ellas mismas organizadoras también en momentos de
tanto trajín.
¡Muchas gracias a todos por la acogida, la hospitalidad y la amabilidad que
nos habéis dispensado! En directo y también a través de estas páginas