07/11/2011 – Hoy en día la rutina de Henrique Costa Mecking, "Mequinho", de 59 años, que
fue el tercer mejor jugador del mundo en los años 70, está lejos de estar atareada tal y como lo solía ser cuando se desplazaba en un coche abierto desde Río de Janeiro al programa de Chacrinha. Come dos veces al día, toma medicamentos homeopáticos, va a misa y se dedica a los estudios de ajedrez. Pero su deseo de volver a formar parte de la elite mundial en cierto modo conecta las dos épocas de su vida, aquella de
entonces como héroe nacional y la totalmente tranquila de ahora. "Si he llegado a ser uno de los mejores, el país tendría que apoyarme".
Con todo, se niega a viajar a varios países en el mundo. "Hay muchos lugares a los que no voy. Sólo juego donde me siento bien por la situación política y religiosa, en la que los cristianos no son perseguidos, donde hay libertad y democracia".
Pueden leer la entrevista en
Folha...