17/11/2003 – A Garry Kasparov sólo le servía la victoria si quería mantener opciones
de vencer el duelo. Y su juego fue compacto e implacable, como el de una
apisonadora. Si a veces los programas nos asombran por su buen juego, en otras
nos hacen preguntarnos como puede ser que aspiren a ganar a los humanos. El
marcador ahora está empatado 1,5:1,5 y la partida del martes además de ser la
última, será la decisiva.
Reportaje.
Análisis
de la tercera partida.