La bestia
27/11/2001 – No se le pueden hacer fotografías al corazón del nuevo motor ajedrecístico. Trabaja en la sombra, alejado del brillo y el colorido de la interfaz gráfica, y huye de los paparazos. Todo lo más cerca que podemos estar de él es cuando nos situamos frente a su panel de control, intentando dominarlo o hacerlo más agudo y peligroso. Junto a su descomunal fuerza tiene una fenomenal paciencia para soportar todos nuestros caprichos.