La fiesta del gran maestro Oscar Panno

por ChessBase
06/09/2013 – Se realizó en El Caballito de Palermo, Taller de Preajedrez para niños desde 4 años dirigido por Marina Rizzo, como parte del Ciclo Ajedrez y Cultura auspiciado por el Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, un merecido homenaje al gran maestro Oscar Panno, a 60 años de su triunfo en el Campeonato del Mundo Juvenil de 1953 en Copenhague. Resultó muy cálido y familiar, diferente a los habituales homenajes protocolarios. Informe por Juan Morgado y Luis Scalise...

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El biógrafo del maestro, Enrique Arguiñariz, abrió la reunión mediante una somera exposición sobre la vida de Panno, que fue ilustrada mediante atractivas fotos, y matizada con anécdotas y episodios relatados por el propio maestro. No faltaron referencias a su actividad como ingeniero, tales como el puente construido bajo su dirección en la Avenida General Paz y Av. Del Libertador. (Foto: Marina Rizzo)

Luego se pasaron diversas fotos de torneos jugados por Panno, llamando su atención una que mostraba el cierre multitudinario del Campeonato Juvenil Argentino de 1951, en el hall de entrada del Club Argentino y ocupando la escalera, donde pueden verse en primera fila a Panno, Cruz, Sanguineti, y entre otros, a Luis Piazzini, Marcos Luckis, Luciano Cámara, Benito Villegas.

Posteriormente el maestro comentó extensamente la partida Kasparov – Portisch (Bruselas, 1986) ofreciendo a los oyentes una verdadera clase magistral de estrategia ajedrecística. Destacó las virtudes intelectuales de Kasparov, y su investigación intensiva en la búsqueda de sutilezas en las aperturas, así como de una constante búsqueda de la iniciativa en el medio juego y el final. 

Fueron luego leídos tres emotivos mensajes de personalidades importantes del ajedrez internacional, como Kirsan Yliumzhinov, presidente de la FIDE, Levon Aronian (Gran maestro top del momento) y Borislav Ivkov, su antiguo rival en los torneos juveniles y en tantísimos torneos. También se pasaron videos con saludos de su alumno Grant Akopian, que vive en Erevan, Armenia, y del MI Armenio Ashton Nadanian. Por último, se le cantó al maestro el merecido Happy Birthday, con el apagado de velitas en una torta con motivos ajedrecísticos, en el que el maestro fue ayudado por sus nietos y alumnos de El Caballito de Palermo.  

Mensajes

Estimado Sr. Panno:

En nombre de la Federación Mundial de ajedrez (FIDE) permítanme expresar mis más sinceras felicitaciones en la ocasión especial del 60º aniversario de la obtención del título de campeón del mundo Junior y campeón argentino de ajedrez.

Este aniversario es una gran cita, no sólo para usted, sino para todos nosotros, aquellos que lo queremos, sus colegas y amigos. Has creado tu propio destino y has logrado mucho en tu vida.

Usted es reconocido como una persona abierta y de principios, que tiene mucho para ofrecer y para aprender.¡Usted está activamente compartiendo su vida rica y su experiencia deportiva con los jugadores de ajedrez más jóvenes, y es un verdadero modelo de un gran maestro de ajedrez internacional!

Su gran experiencia y profesionalidad le han asegurado respeto y autoridad indiscutible entre sus colegas.

Déjeme en este maravilloso día desearte lo mejor: salud, éxitos, nuevas oportunidades, victorias, optimismo y resistencia en las situaciones de vida, bienestar, y todo lo mejor.

¡Siempre sé un ganador y alcanza tus objetivos!

Suyo atentamente,
Kirsan Ilyumzhinov
Presidente de la FIDE
22 de agosto de 2013

Al Gran Maestro:

Le envío mis felicitaciones a1 GM Oscar Panno. Lo felicito al GM, mi sucesor como campeón mundial juvenil, en su 60º aniversario de ganar el II Campeonato Mundial Juvenil realizado en Copenhague 1953. Si recuerdo bien, la última vez que nos vimos fue en Puerto Rico 1984. Me siento como si hubieran sucedido ayer esos encuentros de Copenhague y Puerto Rico. Querido Pannito, en los últimos 20 años viajé virtualmente a través de la máquina del tiempo, recordé varias veces los lugares de nuestros encuentros: Copenhague 1953, 1955, Mar del Plata y Buenos Aires 1955, Moscú (olimpíada) 1956, Palma de Mallorca 1973, Sao Paulo 1973, Buenos Aires 1979, Puerto Rico 1984... En los primeros Juegos Olímpicos después de la segunda guerra mundial en Dubrovnik 1950 Argentina tuvo un equipo temible: Najdorf, Bolbochán, Guimard, Rossetto, Pilnik, y es un milagro que Yugoslavia haya ganado esos Juegos. En los dos siguientes Juegos Olímpicos, en Helsinki 1952 y Amsterdam 1954 (su primera olimpiada), Argentina, liderada por el gran Najdorf, ganó el segundo lugar dos veces detrás de la pléyade sin paralelo de grandes maestros soviéticos: Botvinnik, Keres, Bronstein, Smyslov, Boleslavski, Kotov, Taimanov, Geller... Argentina fue, como Yugoslavia, país que no existe más, fueron líderes del ajedrez del mundo durante décadas.

Tengo en mi memoria a Najdorf, Bolbochan, Eliskases, Pilnik, Rossetto, Guimard, Sanguineti, y a muchos más que aún viven y todavía marchan con orgullo.

Querido Oscar,

dándote la mano, te mando sinceros deseos para que tengas buena salud durante mucho, mucho tiempo.

Hasta siempre

Borislav Ivkov – 13 de agosto de 2013

Mundo Deportivo, 1955 (Archivo J. S. Morgado)

Estimado maestro:

Es un gran honor para mí felicitar a uno de los mejores jugadores de todas las épocas, que siempre será recordado como alguien de la edad de oro del ajedrez. Hace exactamente 60 años el señor Oscar Panno demostró que el ajedrez tiene un lenguaje universal, y no tienes que haber nacido en Europa para ganar un torneo prestigioso, tal como el Campeonato Mundial Juvenil! Él continuó jugando al más alto nivel y ganando muchos eventos durante su carrera activa. El señor Panno no sólo se convirtió en uno de los magos estratégicos del juego, sino que también contribuyó a un incremento del interés hacia el ajedrez en el mundo, y especialmente en su natal Argentina y América Latina.

¡Estimado señor Panno!

Quiero sinceramente desearle buena salud y que tenga muchos momentos maravillosos en el futuro.

Con gran respeto,

Levon Aronian – 24 de agosto de 2013

It is a great honor for me to congratulate one of the greatest players from the era that always will be remembered as the golden age of chess. Exactly 60 years ago Mr. Oscar Panno proved that chess has a universal language, and you don't have to be born in Europe to win a prestigious tournament, such as the World Cadet Championship! Continuing to play on the highest level and by winning many events during his active career, Mr. Panno did not just became of the strategical wizards of the game, but also greatly contributed to a rise of interest towards chess in the world and especially in his native Argentina and Latin America.

Dear Mr. Panno! I want to sincerily wish you good health, and many wonderful moments for you to see in the future!

With great respect, Levon Aronian.

Levon Aronian

"Muy complacido de poder mandar un afectuoso saludo al GM Oscar Panno conmemorando la gesta que logró al ganar hace ya 60 años el mundial juvenil de ajedrez. Tuve la gran satisfacción de jugar frente a él algunas partidas y recibir en vivo sus clases magistrales que rebosaban esa comprensión profunda del ajedrez. En algún momento se dieron las felices circunstancias de estar en Buenos Aires entrenando con el maestro y la huella de su legado perdura por siempre. Valga la ocasión para expresar públicamente mi gratitud por todas sus enseñanzas impartidas no sólo en el tablero sino en el amplio espectro de la vida".

GM Julio Granda Zúñiga

Julio Granda Zuñíga

Ushuaia 1986. Grupo de jugadores, entre los que pueden verse Gustavo Méndez, Sergio Giardelli, Pablo Ricardi, Alejandro Hoffman, Jorge Gómez Baillo y Jorge Laplaza(Foto Morgado)

Hola Oscar,

ya me gustaría estar ahí para darte un abrazo y felicitarte personalmente pero como la distancia no lo permite te mando unas líneas a través de Marina. Mi felicitación no va solo por tu éxito deportivo que es histórico e impresionante sino por todo lo que significás como docente y como persona, como mi profesor y como mi amigo. Un gran abrazo, que disfrutes el homenaje y espero que nos reencontremos pronto. Alejandro.

GM Alejandro Hoffman 

Oscar Panno

Panno a través del tiempo

Biografías mínimas de Oscar Panno [Revistas deportivas]

Tiene 40 años, casado, tres hijos. A los 9 años comenzó a jugar en torneos familiares, con sus hermanos y tíos. A los 12 ingresó al Club River Plate, donde comienza a arrancarle los secretos al juego, asistido por Julio Bolbochán. [Goles nº 1386 del 12 de agosto de 1975]
El Ingeniero Civil Oscar Roberto Panno, nacido el 17 de marzo de 1935, nos recibe en su lujosa oficina del Departamento Técnico de Aceros SIMA S.A., en Defensa 113, frente a la Plaza de Mayo y en diagonal a la Casa Rosada. Un séptimo piso, donde se ve a Buenos Aires desde arriba. Cuando fue campeón tenía 18 años. Aquello data de 1953, y el ahora ingeniero cursaba el 6º Año del Otto Krause. Panno no tiene introversión ninguna. Hay decisión en sus gestos, personalidad en sus determinaciones, firmeza en su decir. No arrastra ni sílabas ni palabras. Cuando habla, aunque sea para uno, para nosotros, se abstrae de tal forma que le importaría muy poco que frente a él hubiera un auditorio repleto. Escuchándolo, viéndolo moverse, uno se traslada enseguida a un salón flanqueado por tableros, murales, silencio y cerebración… Y entonces uno se da cuenta por qué Panno pudo hacer lo que hizo una vez… [El Gráfico Especial nº 14]

Rumbo a Bogotá: Vamos a poner el hombro para traer la I Copa América¨

[Crítica, 16 de enero de 1958]

Tres argentinos participarán en el torneo por la Copa América que organiza la Federación Colombiana, y que comenzará en los primeros días de la semana próxima. Se trata de Miguel Najdorf, que se halla en los Estados Unidos, Pedro Martín, radicado en Bogotá, y Oscar Panno, quien viajará mañana y nos visitó hoy para despedirse.

¿Va bien preparado, Oscar?

No he tenido tiempo para hacerlo, como en otras ocasiones. Tuve exámenes y algunas otras complicaciones.

¿Por qué no juega Reshevsky?

No sé. Quizá esté ocupado, o los organizadores no se avienen a pagarle los U$S 2.000 que él habitualmente impone como condición para disputar cualquier certamen. Pero en lugat suyo estarán dos buenos elementos: Bieguier y Lombardy, éste último actual Campeón  Mundial Juvenil.

¿Será otro pleito con Najdorf?

Y con los demás. Por Colombia y países vecinos se juega mucho al ajedrez, y sus maestros han progresado mucho. Boris De Greiff, Cuéllar Gacharná,. Sánchez, colombianos, son fuertes maestros. La sorpresa será el boliviano Cídar Humérez. En cuanto a Martín, será otro escollo bastante duro. Es un torneo de confraternidad sudamericana, de muy simpáticos acentos. Por eso, me interesa vivamente. Además, necesito prepararme para el próximo Interzonal de Europa. Lo que se conoce y no se practica tiene sus reparos: conviene la experiencia sobre el tablero. Es un certificado que nunca está demás.

¿Piensa ganar este torneo?

Panno sonríe y contesta:

Es una respuesta con denominador común en todos los participantes. Por eso, al firmar ese anhelo, contesto por todos. Para ganarlo habrá que luchar mucho y con cuidado. El certamen se presenta bravo por la calidad de los jugadores que señalé, y será más intenso que el Campeonato Sudamericano. Pero vamos aponer el hombro para poder traer la I Copa América.

Son las últimas palabras del rey del ajedrez en Sudamérica, a quien despedimos deseándole éxito.

Figurita de Panno, aproximadamente 1960

Panno, en diarios colombianos

[El Tiempo, Bogotá, 18 de enero de 1958]

El juvenil y Gran Maestro argentino Oscar Panno Díaz, hijo de argentino y de italiana, catalogado entre los 10 más grandes tableros del mundo en la actualidad, tiene un record de actuaciones internacionales excepcional por sus victorias, figuraciones y laureles, resaltados aún más por su edad: 23 años. Oriundo de la Capital Federal argentina, comenzó a mirar el tablero por indicación de su papá. Luego, prácticas con la familia hasta ingresar en el Club River Plate como aficionado en 19512, y pasar a la 4ª categoría nacional. En 1952 pasó de 2ª a 1ª. En período de ascenso, pasó al Torneo Mayor en 1952, certamen previo al Campeonato Argentino. En 1953 se adjudicó el  nacional, desplazando a Eliskases, Maderna, Pilnik, Rossetto, Sanguinetti, guimard y Jacobo Bolbochán, el mayor de ellos, entre los maestros. En 1953 se presentó al Mundial Juvenil de Copenhague, alcanzando el primer puesto, victoria que constituye el mayor recuerdo deportivo.  

El año 1954 lo consagró vencedor del II Zonal Sudamericano, jugado en Mar del Plata. En el mismo año. Con Najdorf, Julio Bolbochán y Pilnik, actuó en las Olimpíadas de Ámsterdam, donde Argentina clasificó 2ª detrás de Rusia. Dos años más tarde, en el Torneo de Mar del Plata finalizó 6º; con opción a la 3ª casilla, una derrota frente a Pachman lo hizo retroceder a esa posición. El setiembre del mismo año disputó el Torneo de Gotemburgo, para finalizar 3º, en pos de Bronstein y Keres. Su figuración en este torneo le valió el título de Maestro Internacional. Tras de Panno quedaron grandes figuras como Petrosian, Geller, Szabó, Spassky, Filip y Pilnik. Este hecho es de por sí muy elocuente respecto de la altura a que había llegado para entonces el juvenil Campeón Argentino. Al Mundial de Ámsterdam viajó Panno sin la debida preparación. Prestaba el servicio militar, y apenas salió con el tiempo indispensable para dejar el uniforme y tomar el avión. En el duro certamen quedó 8º, figuración que refleja el estado de sus condiciones.

Dice Panno:

En torneos de esta clase, las pretensiones no pueden ser tan amplias.

En Moscú 1956, Olimpíada, no sólo Panno estuvo flojo, sino todo el equipo argentino. Con la consigna de defender su 2ª casilla ganada en limpia lid en Ámsterdam, Argentina sólo ocupó el 4º puesto, que es considerado por los ajedrecistas de la República del Plata como una derrota. Ganó Rusia, seguida de Hungría y Yugoslavia.

Con el antecedente de dos triunfos sobre Boris de Greiff (1955) y Miguel Cuéllar Gacharná (1957), Panno cataloga el ajedrez colombiano como el 2º de la América Latina. Acerca de este torneo, su desenlace, dice, es una incógnita. Tiene confianza y optimismo.

Todos los participantes juegan bien, por lo que no puedo anticipar conceptos.

Panno, que considera, a su juicio, a Bronstein, Keres, Smyslov, Botvinnik, Najdorf y Julio Bolbochán como los más grandes jugadores actuales, es un admirable soltero a la expectativa, que no le huye a las mujeres.

Ushuaia 1985, Playa de Lapataia. Panno y Gómez Baillo,  sentados. De pie, Laplaza, Ricardi, Giardelli. (Foto Morgado)

U$S 1.000 fue el premio para Panno en Bogotá

[H. Bardi, Mundo Deportivo, 10 de febrero de 1958]

El Brigadier General Luis E. Ordóñez, de la Junta Central de Gobierno, clausuró el I Torneo de las Américas y entregó los premios. Oscar Panno, vencedor invicto, recibió la medalla de oro, la gran copa que le obsequió la Junta Militar y U$S 1.000. William Lombardy, de Estados Unidos, que fue segundo, obtuvo la medalla y Copa del Ministerio de Guerra, y U$S 500. El tercero, Miguel Cuéllar Gacharná, de Colombia, recibió medalla, copa y U$S 500. El cuarto, Miguel Najdorf, conquistó la Copa del Ministerio de Educación, y la Copa Ministerio de Relaciones Exteriores le fue entregada el quinto, el norteamericano Arthur Bisguier.

[Agencia AP, La Prensa, 18 de febrero de 1958]

¿Resultó muy fatigoso el Torneo de Bogotá?

Siempre exige dedicación y estudio. Yo dejé tres kilos en Colombia. Pero no tuve tiempo de acordarme de eso porque los pocos días que estuve en Buenos Aires los dediqué a mis estudios, y a leer y practicar ajedrez.

Noticias Gráficas, 1º de noviembre de 1953 (Archivo J. S. Morgado)

Olimpíada de Munich

[Rodolfo A. Redolfi, Los Principios, Córdoba, 11 de octubre de 1958]
Oscar Panno posee el título de Gran Maestro… y es un gran maestro. En el Torneo de Portoroz pudo haberse clasificado entre los seis primeros y pasar al turno final, pero le faltó un poco de final, debido a que el cansancio ha hecho mella en él. En los últimos tiempos, su actividad ha sido demasiado intensa, y de allí que diese tablas algunas partidas que, en buen estado, pudo forzar y ganar. Aquí se le considera con todo respeto, y son muchos los ojos que siguen el desarrollo de sus juegos. Su juventud, 23 años, hace que tenga mucho tiempo para ascender aún más. Cuando una partida se le presenta ligeramente ventajosa, donde hay una primacía minúscula, Panno saca provecho en forma extraordinaria, y sus jugadas son una verdadera cadena de sutilezas, que van cercando la posición rival, sin darle lugar a una salida. Frente a Barcza, de Hungría, realizó una labor magistral, digna de un gran maestro.

Boletín Círculo de Villa Crespo, 1955 (Archivo J. S. Morgado)

Oscar Panno, 60 años al servicio del ajedrez [Reportaje de Carlos Beer a Oscar Panno, Ajedrez de Estilo, 1995]

Oscar Panno es, sin duda, uno de los pilares del ajedrez nacional. Como él mismo reconoce, junto a Najdorf conforman el dúo que impulsó a muchísimos aficionados a acercarse al tablero. Recientemente, el ingeniero –tal como se lo conoce en todo el ambiente– cumplió 60 años. Era justo rendirle un homenaje a una de las glorias del ajedrez argentino, que ya se ganó un lugar en la historia. 

Ajedrez de Estilo: ¿Cómo aprendió a jugar?

Oscar Panno: Cuando yo tenía aproximadamente 6 años, mi padre trajo a casa una serie de juegos de salón, entre los que estaban el dominó, las damas y el ludo, para que tuviéramos alguna forma de pasar el rato con mi hermano cuando no se podía salir a jugar a la pelota. Nosotros salíamos poco porque estábamos en un barrio, Saavedra, donde no había pavimento; eran calles de tierra, y éramos bastante caseros. Así aprendimos a jugar ajedrez, aun que es difícil para un chico que recién conoce los reglamentos del juego largarse a jugar.

AdE: Entonces, ¿cómo hicieron?

OP: En realidad, lo que hicimos fue descubrir en la revista Leoplán, que nuestro padre coleccionaba, la sección de Roberto Grau, el mejor didacta de habla hispana que conocemos en la Argentina. Se llamaba Entre las torres y traía anécdotas, partidas, consejos técnicos, toda una serie de cosas que uno leía con mucho placer.

Empezamos a descubrir la nomenclatura, porque nadie nos había dicho cómo se escribe una partida. Me acuerdo que algo que nos dio mucho trabajo descubrir su significado fueron los dos ceritos, hasta que uno de mis tíos dijo que podía ser el enroque, y desde ahí la partida seguía adelante. Yo me entusiasmé y empecé a leer las partidas de Leoplán, que fue el primer texto ajedrecístico que tuve.

AdE: Ahí llegó la competencia...

OP:  Primero empezamos a jugar en casa con mis tíos que sabían jugar bien, o también en la escuela, o hacíamos torneos familiares. Eso fue desde los 6 hasta los 12 años. Luego entré en el Club River Plate para hacer natación, y ahí había una sección de ajedrez más formalizada, con profesores y jugadores de distintas categorías. Me enganché y empecé a ir los sábados y domingos a los torneos, vinieron algunos éxitos, y después ya apareció en mi vida Julio Bolbochán, como profesor y excelente amigo.

AdE: ¿Qué recuerda de los primeros torneos?

OP: Estando en River iba a ver torneos y me enganché en uno. Perdí una partida malamente, porque tenía todo para ganar, y eso me motivó para seguir yendo y mejorar. Además, tenía en River un grupo de amigos de mi misma categoría con los que jugábamos en torneos de 4ª.

AdE: ¿En qué momento sintió que estaba dejando de ser el chico al que le gustaba jugar al ajedrez, para transformarse en un ajedrecista?

OP: Creo que eso es insensible, porque uno va progresando, se va interesando más, tiene más obligación de estudiar. Además, no había la informática de ahora. Descubrí, en la biblioteca de mi abuelo, dos o tres libritos de ajedrez más o menos buenos. Uno era El Peón Dama de Bogoljubow, que era una apertura moderna; otro, el Caro-Kann de Damián Reca. Y eso después tiene influencia en el propio estilo. Yo siempre jugaba P4D, mientras que los demás jugaban P4R. Eso fue a los 12 años; por supuesto luego fui creciendo ajedrecísticamente...

AdE: ¿Y la etapa del salto?

OP: A los 15 años ya era el talento infantil en Barracas Central, cuando gané en 1950 la Copa Libertador San Martín. Fue un gran torneo para todos los chicos de hasta 16 años del ambiente metropolitano, y yo vencí. Ya entonces representaba a River en los torneos de 4ª, y ganaba, porque al no tener categoría oficial, jugaba como menor y robaba, ya que uno iba creciendo y la categoría no aumenta. Recién a los 17 años pasé a 2ª categoría. Era algo engorroso por la escuela: iba a jugar de noche y tenía que pedirle a mi padre un permiso especial, que sólo me concedía con la condición de no aflojar en las notas del colegio. Valió la pena, porque en mi primer certamen en 2ª categoría me impuse con 18n puntos sobre 19.

AdE: Ahí llega la época de juveniles...

OP: Aprovechando el crecimiento que había acá en el orden nacional, se presenta la oportunidad de jugar torneos juveniles en el interior del país. En el año 1951, cuando tenía 16 años, jugué el I Torneo Nacional de menores de 20, clasificatorio para el I Campeonato Mundial para menores de 20 en Birmingham. Disputamos el primer puesto con Raúl Cruz, porque Raúl Sanguineti, que era el mejor en ese momento y unos años mayor que nosotros, se enfermó y quedó afuera. Entramos a la última rueda con el mismo puntaje, él ganó y yo empaté. Terminé con grandes lágrimas. Raúl Cruz fue al Campeonato Mundial en el que sacó un honroso tercer puesto. El ganador fue Ivkov.

AdE: ¿Fue su primera decepción?

OP: Sí. Tuve que esperar dos años más, hasta 1953. Cruz y Sanguineti no podían ya participar, y yo gané el torneo nacional con un puntaje relativamente alto. Fui a Copenhague para jugar la 2ª versión del Campeonato Mundial para Jóvenes.

AdE: Y llegó el gran desquite...

OP: Sí. Pude ganar ese campeonato delante del mismo Ivkov, que ya estaba en el límite de la edad. Yo tenía 18 años, él estaba cerca de los 20. Las preliminares fueron de 9 partidas, y después vino la final, todos contra todos, de 7. A Ivkov le gané dos veces, muy bien en la segunda vuelta con una apertura que habíamos estudiado mucho con Bolbochán, porque se estaba jugando en Buenos Aires en el match de Reshevsky con Najdorf. Empaté con el alemán Klaus Darga, pero le gané por sistema de desempate.

AdE: ¿Con qué expectativa había viajado?

OP: No tenía expectativas. Tenía sólo muchas ganas de ir y de jugar. No conocía el nivel de mis rivales, pero sabía que malos no podían ser, porque yo había visto que Cruz, con un buen nivel, había salido tercero.

AdE: ¿Cómo tomaron los medios periodísticos y la sociedad en general su conquista?

OP: Si pudiéramos hacer una comparación, era como cuando Guillermo Vilas fue el número 1 y todo el mundo quería jugar al tenis. En este caso sucedió lo mismo. No había televisión, pero tuve que ir a las radios, docenas de cenas y almuerzos, giras por el interior, y todo eso. Pero eso, de alguna manera, lo promovió la gente, que se entusiasmó con el ajedrez, y resultó para los jóvenes un estímulo importante.

AdE: Después del éxito en el mundial juvenil llega uno de los más importantes títulos, el Campeonato Argentino.

OP: Claro. Yo jugaba bien, y tenía un intenso entrenamiento con Julio Bolbochán, pero además tenía un entusiasmo inagotable. Cuando vine acá en el ’53, después del mundial, fui derecho a jugar el Campeonato Argentino, que era un torneo muy fuerte, pero con la ausencia de Najdorf, que para esa época estaba jugando el Torneo de Candidatos en Zurich, y de Julio Bolbochán, que era su asistente. Gané ese torneo delante de Pilnik, Guimard, Rossetto, Sanguineti, y otros.

AdE: ¿Cuál fue su siguiente éxito?

OP: En marzo de 1954 se hizo el Zonal Sudamericano, ya con Najdorf presente, y volví a ganar. Es decir que ya estaba integrado, tanto a la plana mayor de nuestro ajedrez como al equipo olímpico. En el mismo año ‘54 vamos a jugar la Olimpíada de Ámsterdam, y jugué en el tercer tablero, detrás de Najdorf y Julio Bolbochán. Pilnik era el cuarto tablero, y Guimard el suplente.

AdE: El Zonal Sudamericano fue el trampolín hacia el primer mundo...

OP: Sí, porque me habilitaba para jugar el Interzonal de Gotemburgo, un empujón muy grande a nivel internacional. Lo ganó David Bronstein, Keres fue segundo y yo tercero, delante de los otros rusos. Creo que fue un poco sorpresivo; era de los tapados que nadie respeta ni le llevan el apunte, y al que todos el quieren ganar, y el tipo después se queda con el punto. Así que en Gotemburgo le gané a la crema rusa y a todos los europeos. Y en ese torneo entraban los seis primeros a la Candidatura, y después se agregaron tres más. Nosotros nueve jugamos la Candidatura, junto a Smyslov.

AdE: Ahora, tal vez no resulte tan asombroso, pero en aquella época, ¿cómo tomaban los jugadores top que un chico de 18 años les ganara a todos?

OP: Era un acontecimiento excepcional. Tal vez ese haya sido el punto de inflexión de la historia, donde la juventud comenzó atener participación en los grandes torneos, desde ese momento, se fueron achicando cada vez más las edades. Me acuerdo que al terminar este Interzonal, en el discurso de clausura el Presidente de la FIDE nos señalaba a Spassky y a mí, porque estaba establecido que al que ganaba la Candidatura se le daba el título de GM, y nosotros, con 20 años, éramos los más jóvenes jugadores de toda la historia.

AdE: ¿Cómo le fue en aquel histórico Torneo de Candidatos?

OP: Diría que nos tocó una época de vacas flacas, porque yo estaba haciendo la conscripción, no me pude preparar, tuve que ir solo, sin ningún ayudante, y me encontré allá con Pilnik, que había clasificado. Ganó Smyslov, seguido por Keres. Cada uno tenía su ayudante, que era un GM; estaban muy bien preparados. En cambio, nosotros estábamos solos, y yo había salido del cuartel para ir allá; era toda una aberración. Como ya estábamos en el ’56, se había cortado el apoyo oficial. Antes había una coyuntura política distinta. No tuvimos éxito, pero jugamos honrosamente  Fue muy duro, pero a la vez muy provechoso. Lo bueno es que me hice muy amigo de Bronstein.

AdE: ¿Usted hablaba ruso?

OP: No, yo hablaba inglés. Bronstein me enseñaba el alfabeto ruso, y mientras desayunábamos me explicaba cómo se decía cada cosa. Me enseñaba a escribir. Y paradójicamente en Gotemburgo peleábamos el primer puesto, y él me ganó una partida donde yo rechacé dos veces tablas. Quería ganarle, y terminó ganando él. En el Candidatura hicimos tablas las dos partidas, y creo que lo perjudiqué, porque por mi culpa tuvo medio punto menos, que le hubiera servido para salir segundo. Era un jugador fuerte, salvaje.

AdE: Después de Gotemburgo, cuál fue el torneo más importante en que participó?

OP: la Olimpíada de Moscú en 1956, y el Interzonal de Portoroz en 1958. Recuerdo también el Zonal Sudamericano de 1957, que gané delante de Najdorf, y clasificaron conmigo Sanguineti y Rossetto. Al año siguiente fuimos a Portoroz, donde estuve por clasificar nuevamente a la Candidatura, pero perdí algún punto tontamente, por ejemplo con Tal, una partida que dio la vuelta al mundo porque era importante para ambos. Pero a partir de 1958 tengo un gran conflicto con la FADA, porque ellos no cumplían con muchas cosas, y me fui atrasando en la Universidad. Entonces, dejé el ajedrez por tres años completos hasta que me recibí de Ingeniero, en 1961. Y la verdad es que encontré un placer en la Facultad, porque me sobraba tiempo. Lamentablemente el país me traicionó, porque después me demostró que no necesitaba ingenieros. Fue en el año 1980, con Martínez de Hoz, y tuve que dejar de trabajar. 

AdE: Luego de esa pausa, ¿le costó volver?

OP: Cuando uno se siente cómodo se integra rápido. En la Olimpíada de Munich 1958 jugué casi siempre de primer tablero, aunque oficialmente era segundo.

AdE: ¿Qué recuerdos tiene de Bobby Fischer?

OP: En el Torneo de Palma de Mallorca 1970 hubo un pequeño inconveniente con los dirigentes por el horario de las partidas. Después dieron marcha atrás, y no acepté porque ya nos habían prometido jugar a la misma hora. Bobby me vino a buscar al hotel para jugar, y lo acompañé sólo para firmar la planilla.

Nos llevábamos muy bien. En líneas generales, la gente piensa que entre los jugadores hay reticencia en el trato, pero no es así. Para Bobby, el mundo del ajedrez es lo único que existe, pero a todo lo externo, empezando por los periodistas que lo persiguen, él les escapa. Con los jugadores era muy amigo. Después a él lo atrapan los grandes campeonatos mundiales, la Federación Norteamericana.

AdE: ¿Qué grandes amigos le dejó el ajedrez?

OP: Yo disfruté de la amistad de Petrosian. Tomábamos café, íbamos al cine, me llevaba a su casa de Moscú a escuchar música. Era una cosa extraña porque él no hablaba bien inglés. Con sus palabras en ruso y algunas de alemán nos manejábamos. Cuando la gente tiene interés en entenderse, se entiende. Además, tengo un respeto muy grande por Keres, que era muy ameno, muy agradable, muy dado, lo mismo que Smyslov.

AdE: Entre los argentinos, ¿a quién puede mencionar?

OP: Fui muy amigo de Raúl Sanguineti, y algunos jugadores que se destacaron menos, como Fernando Casas, Raúl Cruz. Más actualmente, somos muy amigos con Alejandro Hoffman y Sergio Giardelli.

AdE: ¿y además del ajedrez?

OP: Me hubiera gustado dedicarme al tenis. Me apasiona. Con el temperamento que tengo, quizás hubiera haber llegado a ser uno de los buenos tensitas argentinos. Pero: ¿cuánto de bueno? Nadie lo sabe. El ajedrez es muy cruel. En un solo segundo, con una jugada mala, usted puede ver cómo se derrumba todo un trabajo fino que estaba haciendo. No da revancha. En el tenis eso no pasa, ya que para ganar tiene que haber una diferencia de dos puntos.

AdE: Los visitantes actuales se sorprenden por el fanatismo del aficionado argentino por el ajedrez. ¿En esa época ya pasaba lo mismo?

OP: Sí, porque Argentina, o Buenos Aires, es un pedazo de Europa clavada en América. Para un muchacho de acá ir a jugar a Europa es una gran cosa. Para uno del interior venir a Buenos Aires es lo mismo. Desde principios del siglo XX se traía a grandes jugadores para dar cátedras, conferencias. Jugadores como Teichmann, Lasker. Por eso no es sorprendente que Buenos Aires haya sido la sede donde jugaron el único match por el título mundial Alekhine y Capablanca.

AdE: ¿Recuerda cómo fueron las negociaciones para que Buenos Aires sea sede de ese recordado match?

OP: No se podía encontrar ningún lugar en el mundo para hacerlo. Hasta que Buenos Aires tomó la posta, ofreció la bolsa y convenció a los jugadores. [Reportaje de Carlos Beer a Oscar Panno, Ajedrez de Estilo nº 268/9, mayo de 1995, pág. 491/502]

Panno Legendario

Por Luis Scalise

Se cumplieron 60 años desde que un joven de 18 años, del Barrio de Saavedra, se adjudicara el Campeonato Mundial Juvenil de ajedrez en julio de 1953, en Copenhague (Dinamarca). Fue MI en 1954, GM en 1955 e Ingeniero Civil en 1962; y 18º en el ranking mundial de 1972; tres veces campeón argentino, en 1953, 1985 y 1992; mejor 2º tablero en la Olimpíada de La Habana 1966. Son éstas algunas de las conquistas del mejor ajedrecista argentino nativo.

Le dijo a su biógrafo Enrique Arguiñariz:

No me alcanzan las paredes de mi casa, para exhibirlos…

Pero su extensa y brillante carrera empalidece otra actividad de esta mente privilegiada: la enseñanza. Por más de 40 años, sus clases magistrales en Ríver Plate, GEBA, Villa Ballester, San Fernando y Villa Martelli, como así sus entrenamientos a otros jóvenes maestros, hacen de Oscar Roberto Panno un pedagogo excepcional. No en vano Viktor Korchnoi lo solicitó como analista en su match con Karpov en Baguío de 1978.

Por eso la Academia El Caballito de Palermo que dirigen Marina Alba Rizzo y Ernesto Julia, decidió rendirle un humilde y afectuoso tributo al legendario maestro. Una vez más Panno, no solo derrochó su irónico humor, sino que brindó una breve super-clase comentando la partida Kasparov vs. Portisch, Bruselas 1986; demostrando que su espíritu está intacto.

Dice a los 78 años y al lado de sus dos nietos:

Estuve jugando un partido de tenis y me duele todo el cuerpo.

Se recibieron mensajes de todo el mundo ajedrecístico, desde el presidente de la FIDE, Kirsan Ilumjinov, hasta los grandes maestros Borislav Ivkov, Julio Granda; el armenio Levon Aronian envió una foto con el libro de Arguiñariz, tomada en la cocina de su hogar. Es que Panno traspasó la frontera del tablero blanquinegro. Le toco una época del ajedrez mundial, sin computadoras y con partidas suspendidas, que obligaba a ser creativo. Y solo podían ser creativos aquellos que estaban dotados para ello. Y el joven maestro, contra todos los principios de la teoría de Tarrasch, puso un caballo en la banda y creó la Variante Panno de la India de Rey (1.d4 Cf6 2.c4 g6 3.Cc3 Ag7 4.g3 d6 5.Ag2 0-0 6.Cf3 Cc6 7.0-0 Ca5).

Expres: Había que esperar meses para que llegara alguna revista europea; si llegaba. En ese mundial juvenil de Copenhague, tenía alguna idea del juego de Ivkov porque había sido el campeón anterior en 1951, pero de los otros participantes no sabía nada.

Hoy, con la informática se sabe casi todo y lo poco que no se sabe, se averigua de inmediato.

El ajedrez y la vida eran distintas en la segunda mitad del siglo XX. Para el hombre común los viajes en avión comenzaban a ser frecuentes y los ajedrecistas argentinos (en la parte más austral del planeta) tenían que forzosamente viajar: la mayoría de los torneos importantes eran (y siguen siendo) en Europa. Panno, pese a los vaivenes de nuestro país, siempre permaneció en Saavedra.

Dice:

Cuando tenía cinco años, mi hermano y yo le pedíamos a papa que nos llevara a ver la construcción de la Avenida General Paz (la circunvalación que divide a la Ciudad de Buenos Aires con la Provincia).

Veinticinco años después Panno fue uno de  los ingenieros que colaboró en la construcción del complejo puente que une Vicente López con la Capital. Su intensa y extensa trayectoria como ajedrecista lo llevó a distintos puntos del planeta, a los lugares más exóticos como Baguío (Filipinas) o los más tradicionales de América, como Los Ángeles. Así fue templando su agudizada mente para desplegar un trato con dureza, cuando las circunstancias lo requieren; o con afabilidad y preciso humor. Cierta vez en una tradicional cena de asado criollo, se comía criadilla. Había muchas damas presentes y alguien le preguntó, tal vez pensando que lo iba a poner en apuros:

¿Qué es esto que estamos comiendo, Oscar?

Sin embargo, rápido como el rayo, Panno respondió:

Lo que tiene el toro y no tiene la vaca.

Panno, el más fuerte ajedrecista argentino nativo, por su trayectoria en una época dorada del mundo ajedrecístico, es …¡legendario!

Materiales de archivo: Luis Scalise, Juan Sebastián Morgado
Libro biográfico: Enrique Arguiñariz
Fotografía: Estela Roh
Organización:  El Caballito de Palermo junto a Morgado, Scalise, Arguiñariz


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