12/01/2009 – Algunos jugadores, como Antón Kovalyov, lo mejor del ajedrez argentino en los últimos 20 años, se marcharon del país en busca de nuevos horizontes. Por la misma senda están Pablo Lafuente y Pablo Della Morte y en breve, Damián Lemos y Sebastián Iermito la continuarán. Otros talentos, como Hugo Spangenberg o Pablo Zarnicki, se sumergieron en el mundo de los corazones, diamantes, tréboles y picas; cada día, más lejos del ajedrez. El joven Alan Pichot, de 10 años, que en el último Mundial en Vietnam finalizó 5° entre 100 participantes, no volverá a competir en un certamen... Carlos Ilardo busca las razones por ello en su artículo de opinión en
La Nación (Argentina)...