30/12/2005 – En Argentina cada vez más chicos, a temprana edad se suman al desafío. En 2005 la base de la pirámide del ajedrez argentino continuó lentamente su prolífico proceso de expansión. Si bien en el siglo XVII desembarcaron las primeras piezas de ajedrez en esta región del mundo, sólo a fines del siglo XIX el juego abandonó las tertulias para convertirse en competencia. Cincuenta años después, entre 1950 y 1954, la Argentina se posicionó en la segunda plaza, detrás de los soviéticos. Sin embargo, a medio siglo la falta de renovación de sus figuras provocó un retroceso del ajedrez argentino hasta la 30ª posición entre las 157 naciones. Los logros frente al tablero conseguidos por los maestros como Panno, Najdorf, Rossetto, Bielicki, Quinteros, Zarnicki, y algunos más, se guardan en un rincón del corazón, pero el recuerdo luce sepia. Curiosamente es como si la actuación del último año del héroe local de Argentina, Rubén Felgaer, de 24 años, número 1 del ranking local, número 86 del mundo y primer ajedrecista argentino que superó la barrera de los 2600, hubiera despertado conciencias y alimentado los sueños entre los más jóvenes. Surgió un grupo de chicos, con edades entre los 12 y 16 años, que obtuvo resultados sorprendentes frente a rivales que los superaban en edad y fuerza de juego. Oscar Panno comentó frente a La Nación: "Internet es un arma bárbara para los chicos: juegan, estudian y chatean en tiempo real. A Kovalyov y Needleman les vi cosas interesantes". El artículo completo por
Carlos A. Ilardo en La Nación...