Comentarios del árbitro David Levy
¡Qué día tan increíble! Al comienzo de la ronda, parecía como si los
jugadores humanos pudieran devolver el marcador del día anterior, aprovechando
la ventaja de conducir las blancas en los tres tableros. Khalifman logró una muy
ligera ventaja en la apertura, Kasimzhanov aseguró una ventaja mayor contra la
Defensa Siciliana de Junior y Ponomariov tenía un peón de más tras sólo seis
jugadas, cuando Fritz imprudentemente decidió sacrificar un peón a cambio de
unos tiempos de desarrollo.
Partida para reproducir (Se abre en una ventana diferente, para que
pueda ojearla mientras lee los comentarios)
La partida entre Ponomariov y Fritz fue un auténtico vaivén. Fritz no
entendió, cuando sacrificó su peón de b7, que iba a jugar justo el tipo de
posiciones en las que los tiempos NO son adecuada compensación por un peón. Como
resultado, Ponomariov pronto pareció consolidar su ventaja material sin mucha
dificultad y parecía que convertir su posición en victoria era “sólo cuestión de
técnica”, como suelen decir. Y a medida que transcurría la partida, el marcador
del monitor de Fritz era uniformemente rojo, indicando que el programa estaba
decontento con su posición de forma consistente.
La partida clave en la ronda dos: Ponomariov vs Fritz, tripulado por Mathias
Feist
Pero entonces sucedió algo extraño. Ponomariov avanzó su peón g desde g2 a
g4, atacando la dama de Fritz, creyendo que tenía que retirarse para ponerse a
salvo, en cuyo caso la posición del GM habría sido abrumadora. Pero al acercar
el peón a g4 Ponomariov se quedó congelado, con su mano sobre la pieza, durante
quince segundos o más.
Acababa de darse cuenta, para su pesar, que el peón de
Fritz en h4 podía capturar al paso (El que fuera campeón del mundo sencillamente
se había olvidado de una de las reglas relativas al movimiento de las piezas.
Pero habiendo tocado el peón g ya no podía hacer nada. Por supuesto, podría
haberlo retrasado a g3, pero el resultado sería el mismo.
Tras errar con el peón g: Ruslan Ponomariov, Campeón del Mundo 2002
Fritz mostró gran placer al realizar la captura al paso, cambiando
súbitamente el color de su gráfico, pasando de una larga columna roja a otra
verde: la forma de Fritz de decirle al mundo “¿No creeis que tengo una estupenda
posición?”. En ese momento Ponomariov quería rendirse. Pero mantuvo la
compostura y lucho durante algunas jugadas más, con su posición colapsándose,
tanto por el flanco de rey, con la incursión de la dama de Fritz, como por el
opuesto, donde la torre de Fritz se hacía con el peón blaco en c, abriendo la
columna y controlándola.
Los espectadores esperaban que Ponomariov capitulase en cualquier momento,
pero los hados intervinieron en el destino. Fritz encontró una jugada, 39…Ac2,
que era cláramente ganadora, excepto por un detalle: ¡perdía! Es lo fascinante
del ajedrez cibernético. Cuando reproduzcan la partida échenle un vistazo a la
secuencia forzada que comienza con la jugada de Fritz …Ac2, y cuenten cuantas
medias jugadas (ply) hay desde ahí hasta la posición en la que Matthias
Feist se rindió en nombre de Fritz. Luego añádanles unas pocas medias jugadas
más, porque en la posición final, aunque las negras tendrían que soportar un
déficit de material decisivo, en ese momento el programa aún tenía dos piezas
menores por torre. Así que la profundidad a la que Fritz debería haber analizado
la variante crítica para darse cuenta de que …Ac2 era una jugada perdedora en
vez de ganadora, estaba más allá de las capacidades del programa.
Tras la partida, Ruslan nos dijo que siempre había sabido que podía
hipnotizar a los oponentes humanos, "¡pero estoy muy sorprendido y desconocía
que también podía hipnotizar ordenadores!".