Historia de una tarde de verano
La maravilla
El sorteo especial
Historia de una tarde de verano
Cuando se tienen hijos siempre hay que guardar un as en la manga. Y más aún
si son pequeños.
Sin ir más lejos, este verano, una tarde de un prometedor día de agosto,
las nubes fueron haciéndose cargo del cielo.

Los animales parece que llevan un hombre del tiempo incorporado. Las vacas de
una granja próxima pronto se pusieron en fila (bastante ordenada, por cierto)
reclamando que les abriesen las puertas del establo.

Siempre hay algunas con la digestión pesada que luego llegan al ordeño con
apuros de tiempo.
Un viento fresco del noroeste llenó el aire de una finas gotas de agua, que
diluyeron el horizonte con un velo gris.

Y hasta los juguetones más empedernidos se dieron cuenta de que era
conveniente recoger los vehículos con los que emulaban a Alonso y Montoya.
Aunque, claro, las cuestas arriba...

El más peludo y sofocado miembro de la familia se pensó un poco si le
apetecía más una refrescante lluvia o el refugio del hogar.

Y ya tenemos una de esas situaciones que les decía en la que los ases en la
manga sirven para salvarse, pues así como los animales irracionales tienen una
especial sensibilidad para los cambios de tiempo, las crías de humano parece
que se contagian de la electricidad que flota en la atmósfera y es necesario
atrapar su atención, antes de que encuentre refugio en los sofás nuevos de la
salita, jugando a los piratas.

El despliegue técnico ya para un poco el primer golpe y estimula también su
curiosidad. "¿Qué será? ¿Una película? ¿Música? ¿Las fotos de la
última reunión familiar? ¿Nos intentarán colar algo de la escuela en plenas
vacaciones?"

"Sea lo que sea, aquí hay un ratón despistado, así que... ¡pa'
mi!"

"Bueno, dibujos animados. No está mal. La historia nos gusta. Un niño
tiene que ser rey para que su papá se vaya de vacaciones y el malo quiere
aprovecharse del niño. Y luego el niño, que se llama Friz, y su amiga, prima,
novia o lo que sea, que se llama Bianca, tienen que hacer muchas cosas para
ganar al malo y que su papá no se quede sin su trabajo de rey cuando vuelva de
vacaciones. ¡Vaya cosas que hay que hacer por los padres a veces!"
"¡Sí! ¡Hasta romper retretes"
"Y limpiar castillos de arañas"
"¡Las vacas no comen chicle, que les puede doler la barriga!"

"Este es el malo"
"Dale otra vez, que me gusta como suenan los caballos"
"¿Quién es esa loca de las flores?"
Incluso los mayores toman posiciones. Eso sí: en segundo plano y sólo para
dar alguna pista y poner orden en los turnos de juego. Que si no enseguida
queremos acaparar el ratón y mostrarles a nuestros vástagos lo bien que se nos
da manejarlo.

Es un momento propicio para disfrutar de cerca con el comportamiento y las
ocurrencias de esos locos bajitos.
Pero claro, hasta que en los ordenadores no pongan gatos en vez de ratones,
hay quien no va a desarrollar ningún interés por la informática, aunque sus
colores sean el blanco y el negro.

Cuando la cortina de agua se marcha con el viento fresco, los más pequeños
vuelven a buscar las emociones fuertes del descenso de prados con caída libre,
acompañados de mascota juguetona y paciente.

Pero a alguno le ha picado el gusanillo

Y quiere saber alguna cosa más, pues la primera parte de programa está
tirada, pero las pruebas del Gimnasio de Neuronas tienen su intríngulis.

"¡Me parece que voy a tener que practicar más lo del mate en
escalera!"
Y yo no les alargo más la espera: el as que estaba en mi manga o, mejor
dicho, en el disco duro de mi ordenador, y que mantuvo a los niños encantados
fue el programa El pequeño Fritz. Resultó una sorpresa agradable y
divertida, para grandes y chicos.
Para los más pequeños (3 y 4 años, en este caso) llega un momento en el
que alcanzan una especie de umbral de saturación y que piden a gritos un cambio
de actividad. Así que no deben dárseles grandes "diócesis" de
ordenador en ningún caso.
Cuando ya se tienen 7 u 8 años, se comprenden mejor los rudimentos y las
explicaciones de las pruebas y el juego resulta más adictivo. Pero también hay
que mantener dentro de un orden el tiempo que se pasan delante de la pantalla.
Y cuando se tienen taitantos y has logrado acostar a los enanos, es difícil
resistirse a poner a prueba las propias habilidades, con el último aliento que
te queda.
¡Quién me iba a decir a mi, que siempre había fracasado a la hora de
intentar enseñarles las reglas del ajedrez, que iba a poder captar su atención
de esta manera! ¡Dentro de poco ya podremos echar algunas partidas en un
tablero de verdad!

Isabel Victoria Menéndez Rodríguez (Asturias)
La maravilla
El pequeño Fritz es un programa desarrollado conjuntamente por ChessBase y
Terzio. Se reúnen así en él la experiencia en la programación de ajedrez de
alto nivel y la maestría en las publicaciones infantiles. Todo su contenido ha
sido cuidadosamente doblado y adaptado al español. Desde su lanzamiento, ha
sido galardonado con las mayores distinciones por su originalidad e innovación,
por ejemplo en las ferias del libro de Frankfurt y Bolonia o en el Museo de la
Ciencia de Boston:



Y valorado por las federaciones de ajedrez de España y Alemania:
Dispone de más información sobre el programa aquí
y puede comprarlo en cualquier momento en nuestra
tienda en castellano.

Un sorteo especial
Cuando El pequeño Fritz está a punto de cumplir un año, pensamos en
celebrarlo con todos los usuarios de una manera especial. Y puesto que siempre
nos alegra recibir sus cartas con comentarios sobre nuestros programas, hemos
decidido realizar un sorteo entre todos aquellos que nos
escriban contándonos sus anécdotas y experiencias con El pequeño Fritz.
Las fotos son bienvenidas, pero siempre en un formato y tamaño que sea
manejable.
El plazo para entrar en el sorteo expira a las 24:00 del 7 de enero de 2004. El sorteo se celebrará el día
14 del mismo mes.
Publicaremos una selección de los mensajes más interesantes que vayamos
recibiendo. Aunque, por razones de espacio, nos
reservarnos el derecho de extractar y publicar extractos.
Les agradecemos que nos indicasen al menos la ciudad o el país en el que
viven. No es necesario que nos especifiquen de momento la dirección postal. Una
vez efectuado el sorteo nos pondremos en contacto por correo electrónico con
los ganadores para pedirles las señas en las que desean recibir el premio.
¡Que sí! ¡Que no se me olvida mencionar cual es el premio! ¡Sólo era
para darle un poco más de emoción!. Al ganador o ganadora se le enviará una
copia del programa firmada por el mismísimo Garry Kasparov. Y para las personas
de poca fe, aquí tienen el testimonio gráfico:

Pero, créannos: ¡ningún premio es mejor que poder hacer que
un niño pase un rato divertido!